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Noticias del Whedonverso

Noticias del Whedonverso

De un tiempo a esta parte, Joss Whedon se ha convertido en una presencia fundamental dentro de la recién finalizada Comic-Con de San Diego, casi a la altura de Jeph Loeb y los tíos disfrazados de Stormtrooper. Por eso, su panel de este año ha sido (según testigos presenciales) tan apoteósico como cabría esperar de alguien tan querido por el fandom: según parece, las primeras filas estaban plagadas de entregadísimos browncoats, dispuestos a jalear cualquier característica especial que Whedon anunciaba para la inminente edición coleccionista de Serenity, su muy infravalorado debut en la gran pantalla. De todos modos, estamos ante un genuino hombre del Renacimiento, así que el panel no podía limitarse a hablar de su nuevo DVD (que, por cierto, vendrá con un nuevo audiocomentario del director y todo el elenco). Vayamos por partes.

En lo referente a su faceta como guionista estrella de cómics, Whedon dejó bien claro que no piensa parar: seguirá supervisando y escribiendo números para la octava temporada de "Buffy", finalizará su espléndida (aunque demasiado breve) colaboración en los "Runaways" y no descarta hacer algo para el universo Ultimate en un futuro cercano. En cuanto a los X-Men, comfirmó que él y Cassady dejarán la serie según lo previsto, pero adelantó el nombre de su sucesor en las tareas de guión: Warren Ellis, quien parece que planea incorporar a X-23 al equipo de forma permanente. Para acabar de rematar la jugada, Simone Bianchi se encargará de los dibujos, así que ya sabemos cuál será el tebeo de mutantes más loco de 2008 (y, probablemente, de todos los tiempos). Por si todo esto fuera poco, Whedon anunció que ha comenzado a publicar (junto con Fábio Moon) un nuevo cómic gratuito en el MySpace de Dark Horse: se titula Sugarshock, está protagonizado por una banda de rock adolescente del futuro, sale un robot que habla como los californianos y es una verdadera maravilla. Lástima que haya que esperar más de un mes (como poco) para leer la próxima entrega.

Hablemos ahora de sus próximos proyectos cinematográficos: el guión de "Goners" aún está en fase de reescritura porque, al parecer, los jefazos de la Universal no estaban muy contentos con el último borrador (esperemos que la cosa no acabe como con "Wonder Woman" y sus malditas diferencias creativas irreconciliables). Sin embargo, el hecho de estar batallando con el estudio por una película de terror no parece haber impedido que se haya puesto a escribir otra, esta vez junto con Drew Goddard (que, a este paso, se va a convertir en el hombre de confianza de Whedon Y de JJ Abrams): la cosa se va a llamar "Cabin in the Woods" y, según sus propias palabras, va a ser la película de terror que va a acabar con todas las películas de terror. ¡Wa wa wee wa! En otro orden de cosas, el creador de "Firefly" expresó su deseo de dirigir un cortometraje de ballet protagonizado por Summer Glau. Leed otra vez esta última frase y decidme si no suena como poesía.

Para terminar, cómo no, el Buffyverso, que tiene mucho que celebrar: la BBC le ha ofrecido la posibilidad de rodar "Ripper", su muy anhelado telefilm sobre los años de juventud de Giles. Se trata de un proyecto que Whedon y Anthony Stewart Head llevan intentando poner en pie desde que acabó "Buffy", y que nunca ha estado tan cerca de hacerse realidad como ahora: aún no ha podido confirmar la noticia al cien por cien, pero el hecho de que la cadena se haya interesado es una muy buena señal. De todos modos, ni una palabra sobre ese también quimérico telefilm de Spike, quien se tendrá que conformar con aparecer en la llamada sexta temporada de "Angel", una miniserie de cómics que Whedon supervisará y Brian Lynch ("Spike Assylum") guionizará. ¿Qué ocurrió con nuestros héroes al final de la serie? ¿Quién murió? ¿Quién se volvió un niño de verdad? ¿Quién pudo satisfacer su deseo de hacer más violencia? Estamos a punto de descubrirlo, aunque quizá no del modo que nos hubiera gustado. Para terminar, una buena noticia para los fans de Oz: el hombre-lobo más rockero del planeta volverá a aparecer en la octava de "Buffy", aunque aún no se sabe cómo ni cuándo. ¿Una gira-reunión de Dingos Ate My Baby, quizá?

Regreso al hogar

Regreso al hogar

Como dirían Ozzy Osbourne, los Beatles y Al Pacino en "Carlito's Way", estoy taaan cansado... Mis vacaciones han ido bien, cortas pero intensas: he conseguido no quemarme (demasiado), algo que considero todo un éxito, y en general lo he pasado insensatamente bien. Que era a lo que iba. En consecuencia, hoy estoy viviendo uno de esos días en los que mantenerme en pie se convierte en una tarea complicada, algo que aprovecharé para pasar gran cantidad de tiempo sentado frente al ordenador, poniéndome al día de lo que me he perdido durante la semana (¿qué demonios pasa con esa película secreta de JJ Abrams?) y bebiendo refrescos exóticos. Algún día me levantaré, aunque ese momento aún está muy lejano.

Hay ciertas cosas de las que debo hablar ahora que he vuelto: la primera de ellas es la aparición de The Norm, un volumen de Dolmen que recopila las brillantes tiras cómicas de Michael Jantze y que cuenta con un prólogo escrito por un servidor. Pese a eso, no puedo confirmar al cien por cien que haya salido: en la web oficial de Dolmen no está aún a la venta, y no me pidáis que me acerque a Madrid Comics... También quería dedicarle un momento a OKX, el tributo a "OK Computer" (diez años ya, ay...) que han organizado los chicos de Stereogum: vaya versiones inenarrables. La de "Paranoid Android", por ejemplo, es de esas que se tienen que escuchar al menos tres veces para saber si se trata de una genialidad o de una mierda (un consejo: es la segunda opción), la de "Karma Police" prácticamente no suena como "Karma Police", la de "Exit Music" es soporífera... Si Stereogum pretendía tomarle el pulso al rock indie a través de un homenaje a un disco fundacional, el resultado ha sido algo nefasto: sólo el acústico de "No Surprises" que hacen Marissa Nadler y Black Hole Infinity se salva un poco de la quema. Para terminar, y hablando de versiones, la que ha hecho Avril Lavigne de "The Scientist" me ha hecho replantearme un poco mi odio hacia Coldplay. Dios mío, no me puedo creer que haya escrito esa última frase. ¿Habré vuelto cambiado de mis vacaciones? ¿Qué me ha pasado? ¿¡Qué me ha pasado!?

ACTUALIZACIÓN: Eme A confirma en los comentarios que "The Norm" ha salido, de modo que corre a tu tienda más cercana y hazte con un ejemplar. O varios.

Todos, todos, todos, todos, todos, todos quieren venganza

Todos, todos, todos, todos, todos, todos quieren venganza

Amigos y vecinos, perdón por la escasez de actualizaciones que ha caracterizado a estos últimos días: exámenes, exámenes, exámenes. La buena noticia es que, ¡ey!, ya he acabado. La mala noticia es que estoy demasiado cansado para escribir un post coherente. No temáis: mañana las cosas volverán a la normalidad, o a algo tan parecido a ella que nadie se dará cuenta de que es otra cosa. Mientras tanto, y sin venir a cuento, dos reflexiones sobre la venganza en el arte popular. Sobre por qué nos mola tanto.

a) Todo el que esté siguiendo "Civil War" y esté interesado únicamente en la historia troncal está cometiendo un grave error. Al menos, en lo que al cruce con Lobezno respecta: el guionista Marc Guggenheim y el dibujante Humberto Ramos saben con qué clase de personaje están tratando, y eso se nota desde la espectacular primera viñeta. Esto no va de parábolas sociopolíticas ni ecos de tragedia griega: el "Civil War" de Lobezno va, pura y llanamente, de venganza. Así, los momentos en los que Scott, Emma y Johnny Cage tratan de convencer a nuestro héroe de que cazar a Nitro no devolverá a esos niños a la vida son esa clase de cliché que uno espera que un tipo como Logan mande a la mierda. Al fin y al cabo, estamos tratando con un mutante cabreado que necesita cargarse a un asesino para que su vida vuelva a tener sentido. Y con eso no se juega.

b) La prohibición del "Manhunt 2" en Reino Unido e Irlanda parece uno de los temas de conversación favoritos del día. Hace menos de un mes pude jugar a la versión de Wii en Rockstar London (¡ja!), y os aseguro que la cosa no es para tanto: de hecho, me dio la impresión de que no llega a los niveles de extrema sordidez del primero (aunque hay una pantalla-homenaje a "Hostel" que...). El personaje de Daniel Lamb, como Lobezno, es un tío con una misión: vengarse, de la manera más espectacular posible, de los tipos que le robaron seis años de su vida. En ese sentido, "Manhunt 2" recuerda a otra gran obra sobre vendettas: "Oldboy", que también contaba con un protagonista capaz de encontrarle nuevas utilidades (homicidas) a cualquier herramienta. ¿Qué tiene la venganza en el arte popular que tanto nos fascina? Y, sobre todo, ¿qué tiene la venganza en el arte popular que tanto atemoriza a los guardianes de la moral? Quizá sea mejor que deje la pregunta en el aire, que anoche no dormí y hoy tengo juerga hasta el amanecer. Así que haced como yo e id a consultarlo con la almohada.

Buffy 8: "The Long Way Home" (1-4)

Joss Whedon ha decidido continuar contando la historia de su chica favorita a través de 22 cómics que funcionan como la octava temporada de la serie, y el resultado (por ahora) está siendo espectacular. Para celebrar la resurrección de un icono, "El Emperador de los Helados" ofrecerá un post dedicado a analizar cada uno de los arcos argumentales que vayamos leyendo. El primero, "The Long Way Home" (con dibujos de Georges Jeanty y guión del propio Joss), acaba de terminar, así que ya es hora de decidir si ha merecido la pena volver a ver a Buffy, Willow, Xander y Giles. Por supuesto, si no quieres conocer detalles muy reveladores de los cuatro primeros números, te recomiendo que pases directamente a otro post (justo debajo hay uno de Nicola Tesla con fotos de electricidad loca, échale un vistazo).

Si normalmente se dice que un piloto televisivo se la juega durante los primeros cinco minutos, la octava temporada de "Buffy" lo hace durante las cinco primeras páginas. En ellas, Whedon sabía que tenía que salir indemne de varios y muy considerables retos: simplificando mucho las cosas, esas cinco páginas debían explicarnos por qué Buffy ha vuelto, qué tiene de nuevo, por qué no es una estrategia de Dark Horse y por qué debería importarnos. Al abrir con una doble página enmudecedora (definitivamente, eso no se podría hacer en televisión) y continuar con una voz en off que combina la exposición con un par de referencias geniales a la mitología (concretamente, a uno de los mejores episodios de "Angel"), Whedon supera el reto con creces: su nueva temporada no sólo tiene algo que merece la pena contar, sino que lo va a hacer de un modo fresco y que nunca antes habíamos visto. Si no hubiera tenido experiencia previa en los cómics (no hablo solo de "Astonishing X-Men", sino de su condición de fanboy), es posible que "Buffy 8" hubiera fracasado, pero no hay por qué temer: Whedon conoce su medio y, sobre todo, conoce a sus personajes. Cinco páginas para convencernos, sin lugar a dudas, de que estamos en buenas manos.

"The Long Way Home" es uno de los mejores season openers de una serie que, reconozcámoslo, nunca se ha caracterizado por la fuerza de sus season openers. Muchos han criticado el regreso sorpresa de hasta tres caras conocidas, pero no es tanto una maniobra para convencer al fan de que compre el tebeo todos los meses como una declaración de intenciones: estamos en un medio nuevo, y tenemos que acostumbrarnos desde el principio a que, ahora que la censura y el límite de presupuesto han pasado a la historia, puede pasar de todo. Por ejemplo, podemos tener una secuencia onírica con Ethan Raynes (atención a la página 8 del tercer número, un auténtico regalo para el fan), un villano sin piel (bueno, no uno cualquiera) desfigurando a Willow, un ejército de zombis escoceses y una fugaz visita a otro plano de la realidad. Ah, sí: y una hermana gigante. Además, quien no diera saltos de alegría al ver que volvían Amy y Warren es que no tiene sangre en las venas, o no es fan de "Buffy". Así de sencillo.

Brillantemente escrito, plagado de acción y puntuado por viñetas realmente memorables, "The Long Way Home" es tan divertido y disfrutable que consigue que casi nos olvidemos de algo fundamental: si Whedon ha resucitado a estos personajes, debe ser porque tiene algo nuevo que contar. Sin embargo, el autor no se ha olvidado, y las últimas dos páginas del cuarto número son la confirmación de que esto no es una estrategia de Dark Horse, sino el siguiente paso en la mitología de la serie. Es posible que muchos fans se queden a cuadros cuando descubran quién es el nuevo Big Bad (o, para ser más exacto, que ellos, que nosotros somos el nuevo Big Bad), pero nadie le puede reprochar a Whedon que no sea algo por lo que merezca la pena resucitar una serie. Antes era Buffy contra el Mal. Ahora es Buffy contra nosotros. La mejor serie de la historia se ha vuelto más compleja. No puedo esperar al próximo número.

Gente de otras tierras

Gente de otras tierras

Supongo que más vale tarde que nunca. Si ya tenéis los seis números individuales, puede que este recopilatorio no os diga nada (no es la Edición Absoluta con los guiones originales de Alan Moore); en cambio, si aún no lo habéis leído... No hace falta que acabe la frase, ¿verdad? Eso mismo pensaba yo. De todos modos, quiero asegurarme de que invertís bien vuestro dinero esta Semana Santa y, para ello, os reproduzco uno de los diálogos que podréis encontrar en el cómic:

NEMO: Si tenemos suerte, no llegarán más recipientes. Las criaturas que ya están aquí sólo podrían hacer un daño limitado. En cuanto a la población, espero que pueda escapar a tiempo. Si no, no es una gran pérdida estratégica. Sólo son...

HYDE: ¿Humanos?

NEMO: Ingleses.

En cuanto al nuevo volumen de la Liga (The Black Dossier, un especial de 208 páginas que se centrará en los aspectos más esotéricos de la organización secreta), parece que todo son buenas noticias. Para empezar, es muy posible que salga antes de la última fecha que nos dieron (octubre de 2007): el experto Jess Nevins asegura que ya tiene una copia casi terminada en su poder, lo que podría significar un lanzamiento para antes de verano si los de Wildstorm se liasen la manta a la cabeza. En lo que se refiere al tebeo en sí, agarráos: Moore ha prometido una sección escrita a la manera de Shakespeare para detallar la creación de la primera Liga (Los Hombres de Próspero, ya mencionados en el "Almanaque del nuevo viajero" que acompañaba al volumen dos), una secuela reducida de "Fanny Hill" para contar la historia de la Liga de Gulliver, 25 páginas enteras dedicadas a Orlando, un capítulo de homenaje a la literatura beat ambientado en la década de los 50 y un suplemento que, supuestamente, será el tipo de cómic erótico que se editaría en el 1984 imaginado por Orwell (Moore lo ha descrito como "algo divertido e increíblemente deprimente"). Sumémosle a todo ello el famoso disco de vinilio con mensajes subliminales que Moore ha grabado al estilo de Roy Orbison, el croquis del Nautilus que ha prometido Kevin O'Neill y una sección en tres dimensiones (gafas incluídas). Así que sí, estoy impaciente...

Biblioteca de clásicos marcianos (VII): "Estación de nieblas", de Neil Gaiman y VV.AA.

Biblioteca de clásicos marcianos (VII): "Estación de nieblas", de Neil Gaiman y VV.AA.

Es muy difícil hablar de una obra contra la que existen tantos prejuicios y recelos, como también lo es justificar su inclusión en una sección que, en principio, está dedicada exclusivamente a libros. Pongámoslo así: si no has leído "The Sandman", hazlo ahora mismo. Deja de perder el tiempo con este mediocre blog y corre a comprarlo, alquilarlo, descargarlo, robarlo o lo que sea que hagas para leer tebeos. No esperes ni un minuto más. En cambio, si ya has leído "The Sandman", vuelve a ojear "Estación de nieblas", el cuarto volumen. Míratelo a fondo y luego intenta engañarte a ti mismo con pretextos vacíos (es pedante, le gusta a la comunidad gótica, tiene números muy tediosos y el resto de descalificativos que se le suelen aplicar). En uno de los indiscutibles puntos álgidos de su obra capital, Neil Gaiman consiguió convencer a sus detractores, cerrar algunas líneas argumentales del pasado y abrir otras que tendrían relevancia hasta el mismísimo final de la saga. En suma, creo que sobran las razones para permitir que "Estación de nieblas" pase a formar parte de esta (algo abandonada) biblioteca.

Un cómic que se abre con una reunión familiar en la que los Eternos (Sueño, Muerte, Deseo, Destino, Delirio y Desespero) se comportan como una familia disfuncional, con sus trapos sucios y sus dolorosas ausencias, indica desde un primer momento que la habilidad de Gaiman para moldear a su antojo las convenciones de su propia mitología tiene como único límite su imaginación. No es el único momento en el que el lector se queda boquiabierto ante la repentina humanización de un ser trascendental: el incidente que da origen al relato (Lucifer se cansa de su labor como amo del Infierno y le entrega las llaves del mismo a Morfeo) no solo es uno de las mejores ideas de toda la saga, sino que también marca ese tono, como de anything goes, que va a presidir el resto del tomo. Porque "Estación de nieblas" es un interludio extrañamente cómico para una obra que se caracteriza por su (vale, lo reconozco) excesiva solemnidad, una humorada tan inteligente que es posible que uno necesite varias lecturas (y un par de libros sobre mitología) para llegar a comprenderla en toda su magnitud. Sin embargo, lo mejor de este impecable volumen no es el banquete que comparten las deidades nórdicas, egipcias, japonesas, cristianas y satánicas, sino la sensacional salida de tono que supone el capítulo cuarto: como tantas otras veces en "The Sandman", Gaiman convierte la digresión narrativa en un arte y se permite el lujo de introducir un cuento autoconclusivo a mitad de la narración principal, que solo tiene que ver con esta tangencialmente. En el relato macabro de la agonía y la muerte del joven Charles Rowland residen todas las claves de una obra donde Lucifer le reconoce a su enemigo que acertó al crear las puestas de sol, Odín crea por accidente a los superhéroes dentro de un Ragnarok en miniatura y las citas pertenecen a libros que nunca se escribieron, sino que solo existieron en los sueños de sus autores. Y que, por lo tanto, ahora no le pertenecen a nadie más que a Gaiman.

OTROS TÍTULOS DE LA BIBLIOTECA:

Deberían haber enviado a un poeta (1)

Deberían haber enviado a un poeta (1)

La Belleza (así, con mayúsculas) es algo que no se puede expresar con palabras. Cierto es que no se trata de un concepto universal, de una noción compartida por absolutamente todo el mundo, pero ya llevamos el suficiente tiempo juntos en esto como para poder aventurar que vosotros y yo sabemos reconocer la verdadera Belleza cuando la tenemos delante. Que somos gente con criterio, con gusto y con unas prioridades muy bien definidas. Por eso, queda inaugurada una sección en la que, al igual que le ocurría a Jodie Foster en "Contact", nos vamos a quedar boquiabiertos ante imágenes para las que aún no se ha inventado un adjetivo que realmente les haga justicia. A partir de hoy mismo, "Deberían haber enviado a un poeta" pondrá las cartas sobre la mesa y mostrará a las claras lo que entiende un servidor por Belleza. Y sé que vosotros, amigos y vecinos, también sabréis apreciarlo.

Y qué mejor manera de empezar que con la portada de "Death By Sequel", el segundo tomo recopilatorio de la sensacional serie "Hack/Slash". Debéis agradecerle este monumental descubrimiento a Andrés Harmony House, que fue quien nos descubrió (allá por el mes de junio) que había un tebeo cimentado sobre la insuperable premisa de chica-es-acosada-por-un-slasher, chica-sobrevive-a-ese-slasher, chica-consagra-el-resto-de-su-vida-a-cazar-slashers. Con el cross-over con Chucky casi a punto de caramelo, una adaptación teatral representándose ahora mismo en algún lugar del mundo y una película (producida por Rouge Pictures, nada menos) en pleno proceso de pre-producción, no hay duda de que tendremos Cassie Hack para rato. Mientras tanto, mirad esa portada. Simplemente miradla.

Nosotros somos los muertos vivientes

Nosotros somos los muertos vivientes

Este fin de semana he visto más muertos que nunca en mi vida. Y eso que tendría que haberlo dedicado por completo a estudiar.

Me explico: entre el viernes y el domingo me he leído "The Walking Dead" entero y verdadero (o, al menos, los 32 números que creo que se han publicado hasta ahora). En principio, el plan no era ese, pero estoy seguro de que todos vosotros habéis leído a Kirkman mucho antes que yo y sabéis lo que es: sencillamente, no podía parar. ¿Cómo se supone que iba a volver a mis apuntes cuando tenía ante mí un cliffhanger como el que cierra el número 14? "The Walking Dead" es una obra pensada para ser leída por entregas, pero la oportunidad de sumergirte en ella de manera continuada resulta una experiencia tan apabullante que prácticamente te conviertes en un superviviente más del Apocalipsis (o en un zombi que no puede dejar de saborear el pantagruélico banquete de carne humana que le han puesto, con una generosidad sin límites, ante sus putrefactas narices). En un mismo fin de semana, he tenido el privilegio de seguir paso a paso lo que empezó siendo un prometedor cuento de terror y ha acabado por confirmarse, sin ningún género de dudas, como una de las ficciones de zombis más importantes y ambiciosas de todos los tiempos.

Lo primero que me llamó la atención de "The Walking Dead" es lo mucho que se parece a Stephen King. A diferencia de muchos de sus fans originales, yo he empezado con esta serie después de leer "Cell", la gran novela-zombi del maestro. Las comparaciones son odiosas, pero lo cierto es que "The Walking Dead" le gana muy claramente la partida a King. No me malinterpretéis: adoro "Cell" (me pareció, aún con sus defectos, un regreso triunfal del King seco y brutal de los comienzos), pero uno no puede dejar de pensar que Kirkman toma como mero punto de partida argumental lo que el autor de "Carrie" utilizó para construir toda una trama (es decir, el dudoso rescate de la familia del protagonista). Sin embargo, sería de necios no darle al César lo que es del César, así que dejemos bien claro que la deuda de Kirkman con King es considerable, sobre todo en lo que respecta a la construcción de personajes... y en la forma, feroz y sin concesiones, con la que son despachados cuando la trama así lo exige (y no estoy hablando solo de los secundarios). "The Walking Dead" es, en cierto modo, la serie de cómics que los fans de Stephen King nos merecíamos, pero también la que nos merecíamos los fans de Romero. O de Fulci. O de Carpenter. ¿Y sabéis qué es lo mejor? Que sus creadores han sabido encontrar una voz propia sin dejar de lado a tan ilustres referentes.

Vale, dejemos ya de contar cosas que los seguidores de la serie sabíais desde hace años y metámonos de lleno en los dos últimos (y, en mi opinión, mejores) arcos argumentales que han maquinado Kirkman y Charlie Adlard. "The Best Defense" y "This Sorrowful Life" son, tanto a nivel argumental como pictórico, la cima de la serie, la prueba de hasta dónde puede llegar el género zombi entendido como estudio de los rincones más oscuros del alma humana (porque "The Walking Dead" no es tanto una historia sobre zombis asquerosos como una historia sobre lo asquerosas que se pueden volver las personas cuando todo en lo que creían empieza a hacerse pedazos). Si la grandeza de un cómic es equivalente al tamaño de su supervillano, no hay duda de que este es capaz de alcanzar proporciones gigantescas cuando El Gobernador hace su aparición. Amo de un infierno urbano que recuerda a "1997: Rescate en Nueva York", este auténtico hijo de puta pertenece a una rara estirpe de malos que no son ni divertidos ni atractivos para el lector, sino que simplemente le inspiran un odio y un terror tan poderosos como palpables. Su mera presencia hace que nos demos cuenta de hasta qué punto nos han llegado a importar unos personajes que, antes de que él llegase, nunca habían estado tan en peligro, ni siquiera cuando estaban a merced de los zombis. De hecho, El Gobernador hace que echemos de menos los viejos tiempos, cuando solo teníamos que preocuparnos por los zombis.

Y hablando de zombis... Aquí tengo una pila de apuntes que parecen rugir como ellos. Siento tener que dejar el post así, pero algo me dice que esta no será la última vez que escriba sobre "The Walking Dead". Ya iba siendo hora, ¿no?

Cosas que hacen despertar a mi Hyde interior

Cosas que hacen despertar a mi Hyde interior

"The League of Extraordinary Gentlemen: The Black Dossier" se ha vuelto a retrasar. Tendría que haber salido el 30 de mayo del año pasado. Luego se pospuso hasta el 24 de octubre. Luego se dijo que la fecha definitiva era el 10 de enero de 2007. Y ahora esto. La bestia que tengo dentro empieza a rugir y a pelear por salir: si no fuera usted un maldito genio, Mr. Kevin O'Neill, mi Hyde particular cogería el primer vuelo a Londres y tendría algo más que palabras con usted. Sé que la calidad del dibujo va a hacer que toda esta espera haya merecido la pena, pero el caso es que ya... no me quedan... más uñas... que morderme.

Ahora, algo completamente diferente: dos cosas que apaciguan a mi Hyde interior. La primera es la noticia de que James Cameron vuelve a dirigir una película propiamente dicha, tras diez años (repito: diez años) sometiéndonos a sus fans a pruebas de fe cada vez más difíciles (ya sea en forma de documentales para IMAX, tontunas sobre Marte y series fallidas con Jessica Alba). Una vez más, estamos seguros de que la espera habrá merecido la pena: leed el artículo, que es buenísimo, y descubriréis lo que pretende hacer Jimbo con el cine tal y como lo conocemos. De todas maneras, volvemos a estar en las mismas: no esperéis "Avatar" hasta 2009. Teniendo en cuenta que su última (y, para muchos, peor) película se estrenó en 1997... En fin, que no hace falta que termine la frase.

La segunda noticia de hoy que me devuelve la calma y la serenidad es, en realidad, una imagen: la portada del segundo número de "Buffy: Season 8" (oficialmente no se llama así, pero ya me entendéis), a la venta el 4 de abril... siempre, claro está, que no se retrase.

(Pincha en la imagen para verla más grande)

¡Piratas!

¡Piratas!

Todo el que haya estado en Coney Island habla de ella como un sitio que no se parece a ningún otro: atracciones de feria inauguradas décadas atrás, una playa con su propio club de Osos Polares, un festival de cine extraño, un concurso anual de disfraces de sirena, un museo que rinde tributo a los freaks que poblaban la feria años atrás y (dicen) las puestas de sol más raras de toda la costa este de Estados Unidos. No es de extrañar que un lugar tan peculiarmente poético fuera el elegido por Spielberg para ambientar una de las secuencias clave de su "A.I. Inteligencia Artificial": como aquella película, Coney Island es una cosa tan bella que solo puede ser apreciada por unos pocos outsiders.

En 1979, Walter Hill adaptó la novela de Sol Yurick "The Warriors" y convirtió Coney Island en el mejor refugio para unos jóvenes pandilleros que nada tienen que ver con aquella "Coney Island Baby" que cantaban The Excellents. En esa misma onda, pero con una sensibilidad más corde con los tiempos que corren, el guionista Rick Spears y el dibujante Vasilis Lolos crearon para Image el cómic The Pirates of Coney Island, un delirio punk en el que cuatro chicas le arrancan un ojo al protagonista antes de llegar a la página 10. Con un tratamiento sin complejos de la violencia que remite al clásico de Hill y una paleta de colores que intenta captar el ambiente fantasmal de Coney Island, el primer número de "The Pirates..." es una auténtica bomba. Newsrama lo sabe, y por ello nos lo deja leer entero a modo de regalo de navidad. ¡Que no se te escape!

Él es la Ley

Él es la Ley

A punto de cumplir treinta años, la mítica revista 2000 AD es ya algo más que una parte fundamental de la historia del cómic británico. Su evolución se puede medir a través de la evolución de su buque insignia, el Juez Dredd, símbolo de toda una manera de entender la historieta de ciencia-ficción, que lleva mutando desde 1977 para, en el fondo, seguir siendo el mismo. Ahora, gracias a la recién nacida editorial Kraken, nos llega el primer volumen recopilatorio de los archivos de Dredd, la mejor manera de conocer los primeros pasos del personaje: para el neófito, se trata de una oportunidad única engancharse al Juez en riguroso orden cronológico; para el fan, puede suponer el descubrimiento de una faceta suya que quizá no conocían.

Es sorprendente descubrir la candidez que destilan las primeras historias del Juez: pese a que la creación de John Wagner y Carlos Ezquerra siempre fue concebida como una ácida sátira político-social, el Dredd de los comienzos destila un sentido del humor mucho más transparente y accesible que el que exhibiría a partir de mediados de los 80. Eso no quiere decir, ni mucho menos, que estos primeros programas (por utilizar la terminología de la revista) sean peores: todas y cada una de las historias que componen este fabuloso recopilatorio son una auténtica gozada para el lector, que muy pronto se verá incapaz de abandonar Mega-City Uno antes de llegar a la última página del tomo. Como muy bien dice Wagner en el prólogo, el secreto está en ambigüedad: Dredd no es un héroe ni un villano absoluto, y ya en estas primeras historietas comenzaba a colocar a sus seguidores en un dilema moral algo complicado. Tomemos como ejemplo el arco argumental de las Guerras Robot. que ocupa buena parte de este primer recopilatorio: es casi imposible no simpatizar con los autómatas que se rebelan contra unos humanos que prácticamente los mantienen como esclavos, pero, cuando el líder robot se siente alagado al oír que lo comparan con Adolf Hitler, el lector comprende que las cosas no son tan sencillas en Mega-City. ¿Y qué hay de Dredd? ¿Es un fascista descerebrado ("La democracia no es para el pueblo")? ¿Un héroe trágico? ¿Una metáfora social? ¿Una parodia del superhéroe tradicional? Es probable que sea todas esas cosas y, al mismo tiempo, no sea ninguna. Eso es precisamente lo que le permite seguir vigente hoy en día: sea lo que sea, está claro que Dredd es la metonimia de una revista de cómics que nos hace sentir un poco menos tontos cada vez que la leemos.

Buffy vuelve

Buffy vuelve

De acuerdo, lleva muchos cómics volviendo, pero esta vez es distinto. Para empezar, Joss Whedon se ha referido a su nueva serie de 22 números como "la octava temporada", lo que significa que va a pasar a formar parte del canon desde el mismo instante en que aparezca publicada. Por si la palabra de Joss no fuera suficiente para vosotros, él mismo se encargará de guionizar el primer arco argumental (es decir, los cuatro primeros números), además de contratar a algunos de sus primeros espadas para encargarse del resto: si hacemos caso a los rumores, Jane Espenson, Drew Goddard y Tim Minear ya estarían trabajando en sus guiones. Y, por supuesto, el season finale correrá a cargo de ya-sabéis-quién, que nos promete un Gran Malo inesperado... pero familiar para todos los fans (aunque que me aspen si sé quién demonios puede ser).

Hasta ahí, nada que ya no supiéramos. De hecho, toda la información del párrafo de arriba lleva poniéndonos los dientes largos a los buffyadictos desde finales de julio. De modo que vayamos con las novedades: en una entrevista concedida a Entertainment Weekly, Whedon ha ido dejando una de sus retahílas de pistas crípticas para aliviar un poco más la tensa espera (el primer número no sale hasta marzo, amigos y vecinos). Sin duda, el punto más importante que se trata es el tema "Angel": dado que los derechos del spin-off y todos sus personajes pertenecen a otra editorial de cómics, muchos se temían que la octava temporada no pudiera contar con presencias tan estimulantes como la de Spike o el propio Angel. Bien, pues no hay nada que temer... casi, ya que Whedon afirma que piensa utilizarlos, pero en muy pequeñas dosis y que se note demasiado que son ellos. De todos modos, hay que tener en cuenta que estos nuevos cómics coincidirán con la quinta (y mejor) temporada televisiva de "Angel", por lo que abusar de sus personajes hubiera sido un atentado contra la continuidad. Otra cosa interesante: leyendo entre líneas, uno puede deducir que Joss piensa aprovechar sus cuatro primeros números para presentar uno por uno a los miembros del Núcleo, argumentando que no quiere volver a tener que presentar a todos sus protagonistas en poco tiempo (como hizo en "Serenity"). En mi opinión, es una gran idea: ha pasado mucho tiempo sin que veamos a Buffy, Willow, Xander y Giles. Y si estos personajes no se merecen 24 páginas de reencuentro, entonces es que esta todo esta idea de la octava temporada no tiene sentido.

Podría seguir escribiendo y escribiendo, pero temo resultar aburrido. ¿Vosotros qué pensáis? ¿Sois tan optimistas como un servidor, o creéis que es una mala idea seguir con la historia? ¿Hubierais preferido una sexta temporada de "Angel"? ¿O una segunda de "Firefly"? ¿Por qué demonios no dan luz verde a "Serenity 2"? ¿Y, sobre todo, qué opináis del nuevo modelito de Buffy?

Tres tebeos que deberías leer

Tres tebeos que deberías leer

- X-Factor #1 (Marvel, 1,70 euros): Como esos extras de "Lost" que de repente empiezan a cobrar protagonismo, los miembros de "X-Factor" son los Rosencrantz y Guildenstern del Universo Marvel (o, al menos, del Universo Mutante). Este grupo de detectives del Distrito X sufre como nadie las consecuencias de lo que los superhéroes de primera línea han organizado tras la "Dinastía de M", y el tándem formado por Peter David y Ryan Sook está aquí para contárnoslo todo. Tebeo adulto de aliento noir, "X-Factor" nos narra los confusos días que trascurren entre "M" y "Civil War" desde una atalaya diminuta, descubriéndonos que por cada Wanda trastocando la realidad del planeta hay un mutante de segunda ganando concursos de televisión gracias a sus múltiples personalidades. Y esa es una historia que necesitaba ser contada.

- Action Philosophers (Evil Twin Comics, 6,95 dólares): El guionista Fred Van Lente y el dibujante Ryan Dunlavey nos traen uno de los tebeos más frescos y originales del año, una producción independiente que combina la agudeza cómica de la revista "MAD" con un asombroso conocimiento de causa. En otras palabras, estos tíos saben de lo que están hablando, y también saben ser inteligentes sin dejar de ser increíblemente divertidos. E increíblemente ingeniosos: ¿de qué otro modo se puede describir una historieta en la que, a la manera de los cortometrajes educativos de los años 50, Karl Marx le muestra a un confuso niño über-americano los fundamentos de su teoría? "Action Philosophers" es un producto altamente recomendable, tanto para los que quieran aprender algo sin tener que abrir un libro como para los que ya conozcan de qué va la cosa... y quieran cachondearse un poco de ella. Eso sí, aún no está traducido, pero no dejéis que eso sea un obstáculo para el pequeño filósofo con superoderes que lleváis dentro.

- Herminio Bolaextra. El reportero de los tres huevos (Ezten Kultur Taldea, 8 euros): A través de su personaje más emblemático, Mauro Entrialgo lleva desde 1987 realizando una mordaz crónica de la sociedad española: desde el SIDA hasta la prensa del corazón, no ha habido un sólo fenómeno sociopolítico que Herminio no haya investigado. Este volumen recopilatorio es una oportunidad ideal para redescubrir la grandeza de este personaje, así como la ocasión perfecta para que una nueva generación de lectores se acerquen a él: chicos, si os gusta el Ángel Sefija de "El Jueves", esperad a conocer a su hermano mayor. Y en formato de superlujo. Y por ocho euros, que eso no es dinero ni es nada.

Fantásticos

Fantásticos

Últimamente estoy leyendo más cómics de "Los 4 Fantásticos" que nunca, sobre todo desde que cayó en mis manos el excelente primer anual de la versión Ultimate. Escrito por Mark Millar y dibujado por Jae Lee, "Enter the Inhumans" no es el gran acontecimiento universal que supusieron los primeros anuales (tal y como señalan en la edición de Panini, Reed y Sue se casaron en uno de ellos) ni la idiotez sin sentido que supusieron los últimos, sino una aventura lo suficientemente espectacular como para ser considerada una excepción dentro de la serie regular. Por supuesto, la gran noticia es que sirve como carta de presentación a la versión Ultimate de los Inhumanos, personajes muy amados por todo fantastic fan que se precie. Lo que hacen Millar y Lee (experto en el tema) con estos extraños seres es algo muy difícil de conseguir: cambian el halo pop que tenían en su versión primigenia por un halo misterioso que, sobre todo en el caso de Rayo Negro y Maximus, les convierte en una presencia poderosísima. Además, la autoconsciencia de Millar nos deja algunas de viñetas memorables: cuando tiene que justificar el hecho de que los 4 Fantásticos vayan al rescate de Cristal, el guionista hace que Johnny declare que la chica es el amor de su vida, a lo que Sue le responde: Johnny, por Dios, hace apenas dos horas que la conoces. ¿Para qué perder páginas y páginas narrando una historia de amor si todos conocemos ya a estos dos personajes? Ah, el humor y la complicidad del lector: las dos grandes bazas del Universo Ultimate.

Otro producto fantástico que me ha llamado la atención es Franklin Richards, Son of a Genius (aunque este aún no he podido leerlo). La idea de tener al retoño de los Richards interactuando con H.E.R.B.I.E. como si fueran Calvin y Hobbes es tan buena que me extraña mucho que no se le haya ocurrido a nadie antes. La mecánica de las historias es tan simple como irresistible: Franklin entra en el laboratorio de su padre sin su permiso, empieza a jugar con los ingenios de alta tecnología para probar alguna teoría absurda que se le ha ocurrido, realiza un estropicio de posibles consecuencias catastróficas (en sentido literal) y es rescatado por el bueno de H.E.R.B.I.E. justo a tiempo para que Reed no se entere de nada de lo que pasó en su ausencia. Creadas por Chris Eliopoulus y Mark Sumerak, estas tiras cómicas han sido recogidas en dos volúmenes recopilatorios y un especial de verano que espero haber devorado para cuando llegue la segunda película, que se antoja espectacular: las imágenes paparazzi de la boda (abruptamente interrumpida por cierto surfista) me ha hecho salivar de verdad, y no sólo por el vestido de Jessica Alba.

Viñetas del terror

  

Tres ejemplos de las maravillosas portadas que encontraréis si tecleáis las palabras correctas en el buscador del Grand Comics Database Project.

Y después de este Superespecial Post de Relleno, el Top 10 del mes. En serio.

Zarpas

Zarpas

Lo que tenéis a la izquierda es uno de los pósters de la nueva campaña publicitaria de Nike, titulada "Space Race 2020". La idea es buena: contactar con algunos de los dibujantes de cómics (ellos prefieren ser llamados artistas) más punteros del momento y pedirles un cartel de 16x24 que no necesariamente sirva para promocionar sus zapatillas. La única condición es que figure alguien corriendo en un entorno futurista: para lo demás, tienen libertad absoluta. El mundo de la publicidad es tan rematadamente cool cuando se lo propone... Tras una búsqueda intensiva (es decir, tras visitar Google), he encontrado dos carteles: el que ilustra este post, obra de James Jean, y este otro, dibujado por Tomer (pinchad en los enlaces para ver los bocetos previos y los comentarios de sus autores). Personalmente, prefiero el de Jean: ese Lobo Feroz cyborg y esa Caperuicta con escafandra espacial son una bomba.

Y de las zarpas del Lobo a las zarpas de Lobezno: un fan irredento se ganó ayer sus 15 minutos de fama boingboingonera con esta singular web, en la que documenta todos los pasos que dio en la construcción del disfraz de Halloween definitivo. No sé vosotros, pero yo creo sinceramente que esas garras son un peligro, sobre todo si se combinan con las cervezas que aparecen en la última foto. Además, seguro que ese disfraz cuesta mucho trabajo: me parece que este año habrá que repetir el traje de esqueleto + sudadera gris con capucha.

El Capi está viejuno

El Capi está viejuno

Con "La Dinastía de M", el gran avento marvelita del año pasado (que ahora mismo está terminando de editar Panini), está ocurriendo algo curioso, pero hasta cierto punto predecible: sus momentos más memorables no se encuentran en la miniserie oficial de Brian Michael Bendis y Olivier Coipiel (tan grandilocuente y, a la vez, tan simplona), sino en los números especiales de las series regulares de cada personaje. La idea de un universo paralelo en el que los deseos de cada superhéroe se han hecho realidad necesita más un tono introspectivo que el tono épico que Bendis intenta por todos los medios insuflarle a sus ocho números (ojo, hablo sin haber leído los dos últimos, así que puede que acabe tragándome mis palabras el mes que viene...). El mejor ejemplo lo tenemos en el número 10 del Capitán América de Brubaker y Weeks, una inspirada miniatura que narra los eventos de "La Dinastía de M" desde la pequeña atalaya de un Capi crepuscular.

Brubaker sabe que la historia del Centinela de la Libertad es también la historia (reciente) de los Estados Unidos, por lo que su repaso tiene tanto de política-ficción (ese senador McCarthy persiguiendo mutantes) como de estudio del personaje, mezclando lo íntimo y lo épico con una eficacia asombrosa. Lo mejor de este número aisaldo es que su guionista utiliza el gran evento Marvel para explorar un territorio que los fans del Capitán América siempre han querido conocer: ¿qué sería del héroe si envejeciera, si se convirtiera en un hombre normal y corriente? Las última páginas, en las que un anciano Steve Rogers vuelve a casa en metro después de asistir a un triste homenaje a su carrera, valen por todo el tebeo: nunca nos habíamos sentido tan cerca del superhéroe, nunca habíamos pensado que veríamos al Capi transmitiendo tanta melancolía. A pesar de no ser una historieta perfecta (el idealismo político del Capitán parece demasiado impostado en muchas ocasiones), "Capitán América: Dinastía de M" contiene, al menos, una viñeta inmortal: aquella en la que el viejo Rogers mira a las estrellas mientras recuerda su paseo por la Luna.

La Liga en 3-D

La Liga en 3-D

Tras meses de especulaciones, retrasos injustificados, poquísima información y peleas con DC Comics, parece que The League of Extraordinary Gentlemen: The Black Dossier es ya una realidad. Lo cual, como comprenderéis, es una noticia capaz de alegrarle el día sobremanera a quien esto escribe: "La Liga" es, junto con "Astonishing X-Men" y "The Ultimates", el mejor cómic de superhéroes que se publica hoy en día, tan bueno que su autor ha decidido seguir con él a pesar de haberse retirado (casi) del todo. Lo cierto es que Alan Moore podría haber encargado a otro guionista que continuase su labor (como hizo con "Tom Strong" o "Top 10"), pero no hubiera sido lo mismo ni por asomo: la excentricidad de la propuesta sólo puede ser manejada por alguien como Moore, capaz de aglutinar como nadie la parodia posmoderna y el candoroso sentido de la maravilla de los clásicos a los que rinde tributo. De hecho, la única vez que alguien más se hizo cargo de La Liga fue en la película de 2003, y todo sabemos cómo acabó aquello (algunos aún seguimos necesitando terapia para olvidarlo).

A lo que íbamos: "The Black Dossier" estará a la venta (según Amazon) el 25 de octubre, y parece ser que las sorpresas que nos esperan son considerables: una sección que reproduce la estética de las Biblias de Tijuana (tan queridas por Moore), mapas, textos adicionales, un croquis del Nautilus (algo con lo que los fans llevamos AÑOS soñando) y... ¡un fragmento en tres dimensiones! ¡¡Con gafas incluidas!! En cuanto a la trama, no podía ser más prometedora: a mediados de los años 50 del pasado siglo, Inglaterra está bajo una férrea dictadura y La Liga de los Extraordinarios Caballeros ha desaparecido. Los eternamente jóvenes Mina y Quatermain roban el dossier negro del título para saber más sobre las Ligas anteriores y, posiblemente, para acabar con el clima de terror en el que vive su país, aunque sus perseguidores no se lo van a poner nada fácil. Con más de 200 páginas ilustradas por el gigantesco Kevin O'Neill y la promesa de que la historia contendrá una visita a la Interzona, "The Black Dossier" tiene serias posibilidades de convertirse en el acontecimiento tebeístico del año. ¿O es que alguien se va a acordar de "Civil War" cuando contemple una doble página de O'Neill en tres dimensiones?

Avistamientos en cuatricomía

Avistamientos en cuatricomía UFOPOP: Flying Saucers in Popular Culture es una web que nos da exactamente lo que promete, en cantidades ingentes y con alguna que otra sorpresa. Su sección de juguetes aún no está abierta, así que centrémonos en la de portadas de tebeos, que contiene algunas joyas tan fascinantes como esta, esta o esta. Lo que parece muy claro es que los platillos volantes siempre se han llevado muy bien con el medio: desde las candorosas aventuras de Buck Rogers o Félix el Gato hasta las perversidades posmodernas de Mars Attacks! o Tales from a Forgotten Planet (por no hablar de Plan 9 From Outer Space: Thirty Years Later), parece que los cómics se han llevado mejor con los seres de otros planetas que la literatura o el cine. No obstante, muchos de estos tebeos no son más que adaptaciones de otros medios: estas portadas de La Sombra, Los Supersónicos y Los Increíbles no hubieran podido existir por sí solas. Otra cosa que llama la atención es la cantidad de cómics basados en "La guerra de los mundos" que han salido a la luz: la historia de Wells debe de ser una de las más adaptadas de todos los tiempos (radio, cine, teatro, música, pulp y, sobre todo, cómics). Se pueden descubrir muchas más cosas mirando esta maravillosa colección de portadas, pero eso ya lo dejo de vuestra parte.

Llega tarde, pero llega

Llega tarde, pero llega

Supongo que más vale tarde que nunca: Lost Girls, el cuento de hadas para adultos imaginado por Alan Moore y su compañera Melinda Gebbie, llegará a nosotros el próximo mes de agosto... tras pasarse nada menos que 16 años en proceso de gestación. Para los que ya nos sabíamos de memoria los seis capítulos que se publicaron en la revista "Taboo", esto es todo un notición: aquellas viñetas parecían esconder el germen de una obra maestra que, esperemos, esta edición de lujo de Top Shelf confirme de una vez por todas. Las aventuras erótico-oníricas de Dorothy Gale, Alicia (Liddell) y Wendy Darling se presentan en tres enmudecedores tomos de 112 páginas, y 500 de ellos estarán firmados por los propios Moore y Gebbie. Y yo digo: ya era hora. Y yo digo: vaya precio. Y yo digo: cuántos disgustos se lleva el fan fatal del viejo Alan...

La única pregunta que tengo ahora es: ¿habrá que esperar otros 16 años para ver publicada la nueva entrega de "The League of Extraordinary Gentlemen"? Lo digo porque, conociendo lo vagos que pueden llegar a ser los señores Moore y O'Neill, me gustaría poder decirles que ya no me quedan uñas que morderme.