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Especial Cronocrímenes: "Ciencia Ficción Barata"

27 de junio ya: "Los Cronocrímenes" se estrena en España con 77 copias, que (como muy bien observó Tones) son bastantes más de las que suele tener Vicente Aranda.  En el blog de Vigalounge hay una lista exacta de puntos donde puede uno descubrir el crimen en la cuarta dimensión, además de un sincero y emocionado texto de agradecimiento.

Lo de arriba es Ciencia Ficción Barata, el corto que Nacho realizó para la Expo Zaragoza: como creyente y practicante de una visión del cine de género que servidor intentó explicar aquí, "Ciencia Ficción Barata" puede ser su "8 1/2". Ahí es nada.

Especial Cronocrímenes: Mi momia me mima

Especial Cronocrímenes: Mi momia me mima

La momia rosa del filme de Nacho Vigalondo quizá sea la más excéntrica, pero no es la única. A continuación, repasemos algunos de los grandes iconos vendados de nuestra vida:

Imhotep (Boris Karloff): En la versión de la Universal, era un sacerdote egipcio que volvía a la vida siglos después de su momificación para reclamar venganza, pero el verdadero Im-ho-tep pasó a la historia por ser el primer ingeniero del que se tiene constancia (este tipo fue pionero en utilizar columnas para grandes construcciones arquitectónicas). Monstruo sobrenatural con capacidad para recorrer océanos de tiempo por amor, la momia de Karloff fue acusada en su momento de ser un mero sucedáneo del Drácula de Lugosi, auténtico filón que el estudio había encontrado un año antes. Curiosamente, el actor nunca se volvió a poner las vendas: "La momia" (1932) no tuvo secuela hasta 1940, cuando la Universal decidió volver a contar prácticamente la misma historia en "The Mummy’s Hand", con el mastuerzo actor Tom Tyler como protagonista (ahora rebautizado como Kharis). Como no podía ser de otra manera, esta momia acabó su carrera con Abbott y Costello, en una comedia chorra que acababa de manera harto significativa: con el templo ancestral convertido en un alegre club nocturno.

FACTOR EXCÉNTRICO: ♣ ♣ ♣ ♣, como todo personaje al que Lon Channey, Jr. interpretó en algún momento.

Kharis (Christopher Lee): Los caballeros de la Hammer pasaron por la batidora todas las secuelas tardías de la Universal y destilaron un cóctel irresistiblemente elegante. "La momia" (1959) es, muy posiblemente, la mejor película sobre no-muertos del antiguo Egipto jamás estrenada, con Peter Cushing a la caza y la bella Yvonne Furneaux como objeto de deseo intemporal. Terence Fisher le cedió la silla a Michael Carreras para las dos siguientes secuelas, en las que también se echaba de menos al asombroso dúo Lee & Cushing. El estudio se guardó un impresionante último cartucho: la brillantemente titulada "Sangre sobre la tumba de la momia" (1971) tenía terror erótico, reencarnaciones muy carnales, estética pop y ni una sola momia vendada.

FACTOR EXCÉNTRICO: ♣ ♣ ♣, porque la elegancia de Christopher Lee acaba pesando más que la heterodoxia soft de "Sangre".

Yummy Mummy: El Conde Chocula se sentía muy solo, así que General Mills creó (presumiblemente, en algún laboratorio lleno de electrodos) cuatro marcas de cereales monstruosos más: Fruit Brute, patrocinada por un hombre lobo; Franken Berry y sus anillos de frambuesa; las caras de mermelada del fantasma Boo Berry y, por supuesto, el festival de frutas y vainilla que Yummy Mummy ponía en los platos de Norteamérica entre 1988 y 1990. Es decir, que la pobre no duró mucho, pero tuvo tiempo suficiente para convertirse en un icono pop.

FACTOR EXCÉNTRICO: ♣ ♣ ♣ ♣ ♣, por adelantarse varios años a la moda de las vendas de colores.

Imhotep (Arnold Vosloo): El carisma no era uno de los puntos fuertes del remix Universal que Stephen Sommers estrenó en verano de 1999. De hecho, el pathos de este Imhotep Mk. 2 era tan endeble que hasta el irritante alivio cómico de John Hannah acababa resultando más satisfactorio. Vosloo volvió a prestar su rostro para que los chicos de ILM lo insertaran digitalmente en una tormenta de arena/ola gigante/lo que sea en "El retorno de La Momia" (2001), desangelado remix de un remix en el que el bueno de Imhotep tenía hasta redención final, aunque quedase eclipsada por ese Rey Escorpión de CGI algo precario.

FACTOR EXCÉNTRICO: ♣ ♣, tan escaso que Jet Li ha tenido que sustituir a Vosloo en la tardía tercera entrega, que nos llega a principios de agosto. Con todo, la momia de Vigalondo lo va a tener extremadamente fácil para convertirse en la sensación vendada del verano.

Mañana

Mañana

Semana especial en "El Emperador de los Helados". Paradojas y chuminadas a tutiplén.

Semana especial en "El Emperador de los Helados". Paradojas y chum... Espera un maldito momento...

Trío de trailers

Trío de trailers

a) La conspiración del pánico: ¡Shia LaBeouf! ¡Fuerzas misteriosas que tienden elaboradísimas trampas mortales a tipos corrientes! ¡La posibilidad de ver a Rosario Dawson y a Michelle Monaghan juntas en la misma película! Hasta ahora, "La conspiración del pánico" ("Eagle Eye" era un título demasiado poco telefilmero para la distribuidora) no ha hecho otra cosa que ponernos los dientes muy largos con promesas. Su primer trailer ha sido una buena confirmación de que las cosas van a marchar bien en este thriller otoñal: su high concept recuerda a "The Game", pero el director D.J. Caruso asegura haber manejado referentes más clásicos, como el suspense conspiranoico de los setenta o el falso culpable de Hitchocock, a quien ya remixó (Chiste de la Semana™) en su anterior película con LaBeouf, "Disturbia". El plano final de este trailer redefine el concepto de money shot, aunque no muestre a sus dos protagonistas femeninas compartiendo plano: al parecer, para eso habrá que esperar. Estreno 10 de octubre

b) The Rocker: "You’re gonna ask your parents for permission to ROCK?!". Ya era hora de que Rainn Wilson preparase su puesta de largo en la gran pantalla: el Dwight de la versión norteamericana de "The Office" es uno de los secretos mejor guardados de la comedia actual, con un talento que se encuentra a medio camino entre la locura de Jack Black y la sofisticación de la actual generación del "Saturday Night Live". El de "The Rocker" es un papel hecho a medida: pocas cosas pueden salir mal en una comedia rockera que cuenta con Will Arnett interpretando a una estrella del glam metal ochentero. Al parecer, Wilson no se ha construido un vehículo a su mayor gloria, sino que simplemente se ha reservado el papel protagonista en una película que también cuenta con talentos como el de Jason Sudeikis o jóvenes promesas como Emma Stone (la Jules de "Supersalidos"). Estreno por confirmar

c) Death Race: Paul W.S. Anderson dirige un remake del clásico loco de 1975, que ha canjeado el gore y la sátira política por... carreras de coches en polígonos industriales abandonados, aparentemente. Ahora que ya nos hemos quitado de encima todos los contras de "Death Race", vayamos con los pros: The Stath, que actualmente tiene en lista de espera "Transporter 3" y "Crank 2" (poca broma), interpreta a un Frankenstein que reparte en el comedor de la cárcel y, en general, pone su carisma de tipo ultraduro al servicio de una locura fantacientífica para machos que parece tener más en común con la saga "The Fast and the Furious" (ahí está Tyrese Gibson, estrella de la segunda parte) que con la carrera a muerte original. Mientras haya tías buenas, Ian McShane, "Wellcome to the Jungle", coches que disparan, coches que disparan con The Stath al volante y cosas que explotan, servidor estará allí. Vaya si estará allí. Estreno 3 de octubre

Fuck the world

Fuck the world

Hoy ha salido Mi Rambo V, es decir, mi contribución al evento especial que Starman Magazine está organizando durante todo este mes de junio. Comentarios como "pero entonces, miles de hordas de fans se te tirarían encima por no darles su dosis de hostias y tiroteos" indican que he logrado el objetivo que me proponía.

Indy y nosotros

Mientras escribo estas líneas, el jueves 22 de mayo de 2008 se acaba. A partir de entonces, pasará automáticamente a convertirse en leyenda. A convertirse en el final de una frase que empiece por "yo estuve allí". Porque yo estuve allí. Porque todos nosotros estuvimos allí:

A todos ellos, gracias.

Indy y Lao Che

Indy y Lao Che

"El Arca Perdida" –la primera– fue, mira tu por dónde, la segunda película que fui a ver al cine. En mi vida.

 

La primera seria "El Imperio Contraataca" (desde el punto de vista histórico/familiar), una efeméride, como diría aquel, “largamente recordada” pero no por mi. Según mi padre, espléndido en su papel, cuando vi "El Imperio" me quedé quieto y mudo. Un hecho que contrastaba poderosamente con mi habitual modus operandis. No fue ya de adolescente fluorescente que aprendí a adorar el Imperio de manera consciente y socialmente aceptable.

 

Pero hoy toca Indy. Y ésta sí que me acuerdo verla en el cine. Pero supongo que en un reestreno de ésos del cine Texas, o en la sesión de las 5 de la tarde (que delicia!) en Sitges, saliendo de casa con un sol d ésos que de tanto darte en la puta cabeza acabas matando al cura. En la sesión de las 5 de la tarde he visto cosas que vosotros los humanos no creeríais. Que hasta me llevaba un jersey porque el chalado de cine debía tener antepasados inuit. Y medía lo bien que me lo había pasado si, a pesar del frío, me dejaba la camiseta vizca de camachitos.

 

No sé cuando fue. Si fue entonces o no. Pero esto no es una hagiografía sino una maldita crónica sentimental, así que tira millas. Es curioso como los recuerdos te juntan una cosa con la otra.

 

Tampoco puedo sacarme de la cabeza el (machacante) anuncio que hacía Tele 5, antes de empezar las emisiones (año 90?), y que por entonces eran la promesa de cine de estreno y películas de aventuras (o sea, de las mías). En la cima de todas ellas, y el mismo día de estreno de la cadena, ¡“la primera” tú! Y venga recordar momentos difusos, y que grande es el cine y ¡qué buena está la taquillera!

 

El templo maldito, como le he leído alguien, para mi es en catalán. Supongo que la fui al estreno verla pero sólo recuerdo que la pasaron un martes (¡!) por TV3 y que me peleé con todo cristo para que me dejaran acabarla. Grandes frases, míticas hoy, lo son más si las recuerdo en mi atávico e incomprendido idioma:

-El Norhachi és una persona molt petita!

-En nen condueix el cotxe?!

El inefable: –Tú ho has intentat Lao Che (que en castellano pronuncian Ché y en catalán Chi, es una de mis frases de cabecera).

-On som? A l’India.

-D’això aquesta gent en mengen una setmana.

-Menja… menja.

-La SIBALINGA!

-Són vampirs!

-ELS HAN PRES LA CANALLA (con cara de agobiado, que se usa para expresar los múltiples sinsabores de la vida moderna).

…y tantas otras, es un no parar.

 

¡Y ese número musical! Así se empieza una película.

 

La tres, ya era más mayor. La fui a ver con mis primos a un cine de Horta, tristemente desaparecido. Recuerdo que fue la primera de mi pequeño complemento (mi hermana) y que se hizo caquita cuando el General Veers sufre su súbito, a la vez que merecido, ataque de Alzheimer. De la tres me gustaban mucho los nazis, la chica y Henry Jones Sr. Y el hecho de que luego sacaran la adaptación en aventura gráfica; yo como sujeto en pleno proceso de obsesión paranoide con el género.

 

No puedo esperar a esta noche…

- Lao Che

Indy y REFO

Indy y REFO

Recuerdo con todo lujo de detalles sentarme en aquella butaca de los Cines Bretón de Salamanca, con seis o siete años, acostumbrado desde hacía tiempo a la oscuridad y al silencio de una sala de cine. Cuando aquella tarde sonaron las primera notas de fanfarria de John Williams supe que aquello tenía que tener un sentido especial. La magia como introducción iniciática al mundo del Séptimo Arte tenía la efigie del primer héroe infantil de la época. Con su fedora de copa alta de Herbert Johnson, su cazadora de cuero y ¡un látigo! recuerdo aquella sesión como una asombrosa experiencia en la que todo era aventura y acción, cristalina, accesible y pura, hasta para un niño de seis años que alucinaba con un espectáculo nunca hasta entonces visto. Los 80 empezaban de una forma arrolladora, marcando una pauta en el cine comercial, malacostumbrando a una generación que ha echado de menos que aquello se acabara tan pronto. Pocas veces después se ha podido apreciar en una sala de cine esa amplificación del estilo apenas invisible del que siempre ha hecho gala Steven Spielberg, sorprendiendo una y otra vez al espectador con una necesidad recíproca y participativa dentro de la aventura, con un incandescente ritmo que parece no acabar nunca y sin perder el ánimo de profanación de los clásicos. Eso fue el comienzo de "Indiana Jones", del mito, de la esencia vital por el cine y el entretenimiento. Desde aquel instante, por supuesto, quise estudiar arqueología. Todos y cada uno de los días que precedieron hasta llegar a mi adolescencia. Pero descubrí que esta materia se nutría en su totalidad de aburrida antropología y de una tupa de Historia de la cultura. Nada de aventuras y sí mucho de Letras Mixtas, un concepto académico que incluía en ella los odiados números a los que soy alérgico. Fue cuando decidí olvidarme del sueño infantil y, en parte, de traicionar a Indy. Con esta felonía a mi héroe llegó un universo mucho más real; el de las responsabilidades, los estudios, otra forma insana de diversión, las chicas, los vicios, el mundo adulto… Por eso, el retorno de Indiana Jones a la gran pantalla, es una oportunidad única para recobrar aquellos tiempos, despertando la nostalgia y resucitando al mito de toda una generación que espera, como yo, este filme con la esperanza de reconquistar la ilusión que despierta el eterno personaje interpretado por Harrison Ford.

- REFO

Indy y Be

V

Abajo las tostadas, arriba el pan tumaca

 

La frase más terrible que se ha dicho jamás en el cine es "Parece que yo pisa pan tostado". En seis palabras, la sensación de pisar un bicho elevada a la enésima potencia.  Espanto. Pánico. Ascazo. Pavor.

 

Allí estaba yo de pequeña, en el cine, totalmente sobrecogida por la sensación, sin querer verlo pero sin poder dejar de mirar. Y allí estaba yo hace un par de meses, viendo la peli en el sofá de casapadres, descompuesta y con las palmas de las manos venga a sudar.

 

No importa que no sea mi peli de Indy favorita, ni que la haya visto mil veces, según oigo la metáfora de Tapón (¡un poeta!) me dan escalofríos y pienso: "¡Menos mal que llevan zapatos!". Y a ese pensamiento siempre le sigue la imagen del bicharraco asqueroso gigante trepando por el zapato de Indi para meterse por la pernera… ¡y, al poco, miles de bichos recorriendo a la rubia por encima y por debajo del pijama!

 

Así fue como descubrí que yo nunca podría ser una arqueóloga aventurera, no aguantaría cuerda ni media peli. No tengo problemas con la cocina exótica, pero me pasa lo del pan tostado y el ataque de nervios no se me quita hasta la tercera parte. Para rubia ñoña sí que valdría, pero quién quiere ser una rubia ñoña.

 

¿Tendrá "El Templo Maldito" la culpa de lo mío con las cucarachas? ¿Será un poni cinematográfico? ¿Seré la única para la que esa escena no ha envejecido pero nada? (Lo de las serpientes, en cambio, me da más igual).

V

- Be

Indy y Jónatan Sark

Indy y Jónatan Sark

“Seguidme, conozco el camino”. No sé ni la de veces que lo he dicho. “Se perdió en su propio museo.” No sé ni la de veces que lo han dicho de mí. Indy es el héroe de acción definitivo, ese que une el Pulp con la Alta Cultura, el que es capaz de unir la religión con los acertijos de búsqueda y, además, el tipo que tocó techo en una de las mayores aventuras gráficas de la historia. “Vendo chaquetas de cuero como esta.” Esos diálogos: “Tiene los ojos de su padre” “Y la nariz de mi madre, el resto es todo suyo”; “¿Cómo sabías que era Nazi” “Habla en sueños”, “No eres le hombre que conocí hace años” “No son los años, nena, es el kilometraje”.Y, desde luego, la discusión que resume toda la tercera película: “¡Junior!” “¡No me llames Junior! Mi nombre es Indiana” “Indiana era el nombre de nuestro perro.” “Ja, ¿te llamas como un perro?” Además, sus conocidos como Marion, Tapón o Mola Ram –por favor, ¿cómo puede ser malo realmente alguien llamado Mola Ram- y, desde luego, banquetes como el de la nunca suficientemente reivindicada segunda película. (¡Snake Surprise! –siempre Serpientes- ¡Chilled Money Brains!) que llevan a la famosa frase apócrifa “¿Qué puede fallar en una sopa?” [Pensad en lo reivindicable que es esta película teniendo en cuenta que al final la chica se la queda… el director] Y así es como se hacen en realidad los sueños, con recuerdos distorsionados y apropiaciones. Y aún quiero decir un par de cosas más: “Sólo el penitente pasará”. Vaya, lamento haber terminado en el desparrame, debe ser la influencia del magnetismo sobre la lógica, aunque ahora sí puedo terminar el texto, a la austriaca, porque “Prefiero cómo se despiden los Austriacos”.

- Jónatan Sark

Indy y Eugenio

Indy y Eugenio

Mi historia con Indiana Jones comenzó incluso antes de que supiera que existía alguien llamado Indiana Jones. Sólo sabía que cada vez que aparecía en la televisión un hombre con sombrero corriendo a toda leche para que no le aplastara una enorme piedra, no podía evitar quedarme embobado mirándolo. Ni siquiera sé con seguridad a qué edad vi esa imagen por primera vez, pero calculo que no tendría más de cuatro o cinco años. Un día me dio por preguntar a mis hermanos, que son bastante más mayores que yo, qué eran esas imágenes. Ellos me contestaron, "Indiana Jones", y ya no pude sacarme ese nombre de la cabeza. Cada vez que daban alguna noticia suya por televisión, salía corriendo de la habitación donde estuviera para ir directo al salón de mi casa.
 
Durante mucho tiempo, la única película de la trilogía que había visto fue "Indiana Jones y el templo maldito". Por aquel entonces, mediados los ochenta, era la única que echaban por televisión, y bastante a menudo por cierto, pero a mi no me importaba verla una y otra vez, por mucho que Indiana se arrastrara por pasadizos aplastados de asquerosos insectos o saliera gente comiendo sesos de mono (o quizás me gustara precisamente por eso). Un día, hojeando el periódico, leí la gran noticia que había esperado durante mucho tiempo: echaban "En busca del arca perdida". Lo recuerdo perfectamente, fue una de las primeras emisiones de Telecinco. Fui corriendo a decírselo a mi padre todo emocionado. ¡Por fin iba a ver mi película más deseada! Lo último que me imaginaba era que su respuesta iba a ser "aquí todavía no se coge Telecinco". Me puse a gritar pidiendo un poco de justicia, intenté sintonizar el canal con todo mi ímpetu, os aseguro que tuve esperanza de que ocurriera el milagro hasta la misma hora en que empezaba la película pero no, no pasó. No pasó ni aquél día ni al día siguiente. En mi pueblo o, mejor dicho, en mi casa no se llegó a ver Telecinco hasta unos años después.
 
Quizás os estéis preguntando que si tantas ganas tenía de ver "En busca del arca perdida", por qué no la alquilaba en el video-club. Pues bien, en mi casa no teníamos video. Y no porque mis padres no quisieran, sino porque cuando lo tuvimos (yo apenas sabía andar por entonces) me dedicaba a grabar capítulos de los mosqueperros encima de cintas de reuniones familiares hasta que mi padre se hartó y decidió llevarse el video.
 
No pude ver "En busca del arca perdida" hasta que tenía 12 ó 13 años. Imagináos la emoción que sentí. Por mucho que me hubieran gustado las otras dos partes, la primera (aunque para mí fuera la última) fue una experiencia completamente diferente. Se podría decir que con ella descubrí por primera vez que el cine podía hacer disfrutar a niveles que hasta entonces nunca había imaginado. Entre otras muchas cosas, descubrí que se podía viajar al Amazonas estando sentado en el sofá, que se podía sudar con el calor del desierto egipcio aunque en tu casa hubiera aire acondicionado o que hasta un aventurero tan intrépido como Indiana Jones tiene miedo de algunas cosas como, por ejemplo, las serpientes.
 
Como no estoy dispuesto a esperar tanto para esta última entrega como lo hice para la primera, ya tengo comprada la entrada y el sábado saldaré mi cuenta pendiente con Indy: disfrutar de sus aventuras en pantalla grande, como debe ser.

- Eugenio

Indy y Andrés HH

Cada generación engendra un mito que nace con el único fin de transmitir un mensaje fundamental a sus niños: lo divertida y necesaria que es una buena merienda de sesos dans son crâne. A mí me tocó Indy, jodeos los de Hannibal.

- Andrés HH

Indy y Guillermo

Indy y Guillermo

No se cuestiona a las montañas:

Las montañas están ahí, ¿no? O sea, vas al campo y las ves. No se opina sobre ellas. No se sabe nada de ellas. No hay lugar a la discusión. Nadie dice: "Tal montaña me gusta más que tal otra". En los últimos días iba pensando en escribir algo sobre Indiana Jones y no sabía qué y hoy, cuando han pasado en Cannes la cuarta película y los críticos han empezado a hablar de ella lo he descubierto. Yo nunca leí críticas de las anteriores películas de Indiana Jones. La sola idea de que alguien hable o escriba de esas películas me resulta fuera de la realidad.

Ni siquiera recuerdo cuando o cómo las vi por primera vez, como no recuerdo la primera vez que vi una montaña. Es como… Digámoslo claro, como "si siempre hubieran estado ahí", ¿no? Son películas geológicas. No se habla de ellas, por Dios. Últimamente incluso he encontrado gente que no es que no las haya visto, es que no las conoce. Esa sensación es aún más rara. ¿Qué no las conoces? ¿A las montañas? Ni siquiera me enfado, simplemente no lo entiendo. 

Tampoco sé qué las hace tan maravillosas. Intuyo que tiene algo que ver con la ironía del personaje, la acción, o quizás sea eso de empezar al final de una historia y enganchar con el principio de la siguiente, o la pelea del final del segundo acto: avión en la primera, mina en la segunda y tanque en la tercera. O porque existen personajes como Sallah, Tapón, Lao Che o Marion Ravenwood. Dios, Marion, que tumba a los hombres bebiendo. Marion, la hija de Abner, el mítico e invisible Abner.

Pero probablemente sea la sensación de vivir un mundo en el que aún es posible encontrar elementos desconocidos. Un mundo explorable. Quizás sea eso lo maravilloso de la trilogía de Indiana Jones, que habla de un mundo que podemos descubrir y por tanto, que nos permite fascinarnos con la posibilidad de que aún existen cosas desconocidas y que por tanto, la vida puede ser una aventura.

En cuanto a la cuarta… En serio, de las montañas no se opina. Las montañas están para andar por ellas, tumbarse y gozar, punto.

Pd.- Las montañas, por cierto, se pueden pisar, al contrario que, por ejemplo, los soles o las galaxias. Quizás eso distingue también a la trilogía de Indiana Jones de la trilogía espacial. Con Indy uno sigue teniendo la sensación de que pisa un terreno familiar y cercano.

- Guillermo Zapata

Indy y Salanova

Indy y Salanova

Yo siempre he sido de los que he entendido, o he disfrutado el viaje como aventura, o incluso como catarsis. En cierto modo, Indiana Jones lo es. Me gustaría apuntar lo mejor de las aventuras por excelencia que son la saga Indiana Jones:

3.1 Mi momento favorito Jones es,  ya por obligación, un prólogo, exactamente, el de" Indiana Jones y la última cruzada". Aquella genial pelea que nos introduce a un flashback explicativo, perfecto y acorde con la sensibilidad y la espectacularidad de toda la saga (y del momento que está viviendo el propio Jones. Ese elemento, si se fijan, es el mismo de "Lost"): Un joven Indiana demuestra todas sus jóvenes virtudes pasando por multitud de riesgos mortales. Es un prólogo brutal, fuera ya por el sentido del ritmo, y por ser, precisamente, el nacimiento del héroe, su primera gran aventura en un entorno común, una especie de preview a su futuro hiperbólico lleno de aventuras (y una introducción a la relación paternofilial). Se nos cuenta la formación de héroe a través de la figura familiar y la vestimenta, su icono reconocible.

3. Otro momento digno de Realidad Alternativa  es ese guiño a la historia real de la humanidad. Esa escena tan divertida para el espectador que es el saludo entre Hitler e Indiana Jones (sin saber el propio Hitler que es uno de sus enemigos). Un momento de  cómic superheroico, una especie del what if de los tebeos pero en el cine. Uno de los mejores momentos de la saga Jones que más desapercibido ha pasado.¿Que no es precioso unir a dos icónicos personajes del siglo tan distintos, uno real y el otro ficticio? Y es que siempre he adorado aquello de utilizar las teorías de la conspiración al servicio de la aventura cinematográfica.

 

2. Mi favorita siempre fue "Indiana Jones y el templo maldito". Quizás por tener una sensibilidad siempre cercana a lo fantástico, y porque fue la primera que vi y la más oscura y cafre de todas. Yo creo que el clímax de "El Templo Maldito" con el corazón y el vudú a Indiana Jones es insuperable por terrorífico. Fíjense, introduce el gore en las juveniles mentes humanas. El primer paso ha sido dado. Se sigue diciendo de ella la peor, pero cada uno tiene una historia con su película favorita de Indiana Jones. Esta es la mía, y sigo estando muy orgulloso de ella. Por mucho que diga el propio Spilberg. Crueldad, divino tesoro.  Es una precuela, por lo tanto, es a partir de ahí donde, suponemos, Indiana Jones tiene su primer contacto —cronológico—con lo sobrenatural.

                                  

1. El prólogo de "Indiana Jones y el arca perdida" es, sencillamente, insuperable en la propia película. El ritmo que lleva no vuelve en ninguna set-piece o clímax final del film. Y el primer prólogo es guiñado por el tercero: “Esto debería de estar en un museo”.

 

 

Dedicado a Alvy Singer.

- Salanova

Indy y kei

Indy y kei

Allá por el 89, cuando se estrenó "La Última Cruzada", servidor contaba con 5 años, así que a día de hoy, aún no he podido disfrutar de la maravillosa experiencia que auguro será vivir el estreno en pantalla grande de una nueva aventura del doctor Jones.

Ahora, pasados casi 20 largos años, veo como faltan escasos días para cumplir uno de mis sueños, y si ya de por sí estoy ensimismado contando las horas que faltan, más emocionante es aún, si cabe, ver como mis dos hermanos, el de 18 años, que cada día se encamina más hacia el apasionante mundo del descubrimiento de nuestra historia, y la pequeña de tan solo 11 años (aunque devota confesa del famoso arqueólogo), tienen la misma ilusión que yo por ver en el cine al que, como bien definió la pitufina, "descubre ciudades perdidas".

- kei

Indy e Ismael

Indy e Ismael

Recuerdo cuando fui a ver "En busca del arca perdida". Tenía unos diez años y cada sábado por la noche iba a un cine al aire libre a ver una sesión triple en sillas de plástico al lado de la playa en Denia. Aquel día ponían una de la profecía, al final de la escalera y en busca del arca perdida. La primera fue la de Indy. Imaginad el impacto que me causó que las dos siguientes no me produjeran ni frío ni calor cuando eran excelentes películas.

Las películas de Indiana Jones son la esencia del espectáculo, son las películas que crean expectativas y después las cumplen. Son ritmo trepidante, humor, acción a raudales, malos muy malos, buenos muy buenos y desenlaces apoteósicos. A mi juicio la mas divertida saga de la historia del cine. Las persecuciones, el punto sobrenatural, las chicas que gritan para ser rescatadas, los saltos por los pelos, las trampas ingeniosas, los nazis, los países exóticos, los precipicios, los chistes, los tesoros, podría seguir un buen rato enumerando los motivos para ver estas películas.

El resto de las vacaciones me lo pasé intentando hacer chasquear una cuerda cinturón o similares, siempre con el mismo resultado, ninguno. A lo sumo un viaje en la cara.

Si queréis ver la repercusión de esta saga en la gente, id a Eurodisney, tienen un puente colgante como el de la segunda parte. Quedaos observando y escuchareis indis, veréis gente liándose los brazos con las barandillas de cuerda y otros simulando cortar el puente con un machete imaginario, todos con una sonrisa en la cara.

 A día de hoy con treinta y cinco años, tener un sombrero y un látigo en un desierto infinito sigue siendo una de las cosas que desearía hacer una vez en la vida, aunque al paso que vamos, lo conseguiré cuando tenga que usar una silla de ruedas cuatro por cuatro.

- Ismael Roca

Indy y Zito

v

— Mira que te dije que con ese calzado lo ibas a pasar mal.

Ay, ya lo se, ay, pero todo iba bien hasta entonces. No parecía que aquella piedra estuviera suelta.

Es que menudo resbalón… y se interrumpe de pronto.

— ¿Qué pasa? pregunta él mientras ella se tapa la boca, intentando no reírse.

— No te enfades, pero es que te ha quedado muy cómico. El culazo, el chapuzón…

No puede contenerse más y estalla en carcajadas.

— Casi me rompo la espalda y encima te mondas de la risa, te parecerá bonito, anda, ayúdame, ay, a quitarme los pantalones, ay, están empapados, ay, y yo solo no puedo quitármelos, uf.

— Venga, quejica, levanta el culo un poco y le empuja levemente para que ruede de lado sobre la cama.

— ¡Aaay! ¡No me toques ahí, que es donde más me duele!

Perdona, perdona... De todos modos, te lo mereces por loco. Venga, estira las piernas que sino no podré sacártelos.

— ¡Aargh! ¡La rodilla! ¡Que también la tengo hecha polvo!

— Ay, lo siento, es que no se te puede tocar. ¿Pero hay algún sitio que no te duela?

— Uf, me duelen huesos que ni sabía ni que tenía…

La pregunta aún en el aire le deja pensativo, mirando por la ventana.

— Por ejemplo no me duele aquí- responde finalmente sin girarse hacia ella y señalándose el hombro izquierdo.

Ella le busca con la mirada. Él sonríe.

— Me podías dar un besito de esos tuyos.

Ella se sienta a su lado en la cama y le besa tenuemente el hombro.

— Aquí tampoco me duele y se señala la mejilla.

Sin dejar de sonreír, ella niega con la cabeza en traviesa aprobación.

— No me digas más, ya me imagino dónde más no te duele.

Se besan. Y mientras él la abraza y la recuesta despacio sobre la colcha ajena y comienza a desvestirla y se le olvidan los dolores, ella, casi mordiéndole, le susurra al oído.

— Peliculero…

- Dr. Zito

Indy y Roberto Bustamante

Indy y Roberto Bustamante

Soy arqueólogo.

:)

Creo que es bastante para "Indy y yo".

- Roberto Bustamante (El Morsa)

Indy y Tapón

Indy y Tapón

Me domina el pánico al pensar en una nueva entrega de Indiana Jones. Las tres que hemos disfrutado hasta el día de hoy son tan redondas que el paso atrás es prácticamente seguro. Sólo espero que Spielberg no haga un destrozo como el que hizo George Lucas con la saga de "Star Wars"...

- Tapón

Indy y EKI

Indy y EKI

Recuerdo...

... tener pesadillas con El Templo Maldito siendo muy pequeño.
... ver "La Última Cruzada" en el cine, con apenas 9 años, con un amigo del colegio y mi madre, en la segunda fila a la izquierda del todo, los tres últimos asientos, y la tortícolis que me duró el resto de la semana.
... tardar unos cuantos años en asimilar cual era exactamente la primera y cual la segunda película. La primera escena de "El Arca Perdida" me hizo pensar durante unos años que se trataba de "El Templo Maldito".
... el momento en el que se homenajeaba a Indy en el "Sam'n'Max".
... recitar, sin venir a cuento, el "Kali Ma! Kali Ma Shakti De!" de "El Templo Maldito".
... verlas en Laser Disc (esos CDs tamaño campo de fútbol) en casa de mi tía en francia. Eran 2 discos cada película.
... cuando me regalaron el pack con los 3+1 deuvedés.
... emocionarme y quedarme enganchado a la tele cada vez que un sábao o domingo por la tarde me encontraba con que estaban echando alguna de las 3 en TV3. Indy en catalán no suena nada mal, al contrario que otros muchos actores.
... picar C:Indy3Indy3.bat en mi primer PC.
... ser un vendedor de tapicería.
... un beso en la escotilla de un submarino.

- EKI