Directa a la Luna
Como los especiales de televisión über-nostálgicos se han encargado de señalar, cada uno elige su recuerdo en esta, la semana del cuarenta aniversario de la llegada del hombre a la Luna. Yo he decidido acordarme de uno de mis episodios favoritos de "Futurama", The Series Has Landed (1x02), que no sólo presentaba a la tripulación completa de la nave Planet Express, sino que elegía la Luna como el primer destino interestelar de la serie. En mi análisis para Elitevisión intenté explicar por qué la conversión de la superficie lunar en un parque temático (o resort de lujo en un erial repleto de paletos peligrosos) es una de las mejores ideas que jamás ha acogido el medio televisivo, además de destacar la mención al Jackie Gleason de "The Honeymooners" como pionero del viaje espacial por la vía de la violencia doméstica. Muy orgulloso de aquel post, así que echadle un vistazo.
Además de Jackie Gleason o el Hergé de "Objetivo: La Luna" / "Aterrizaje en la Luna" (somos muchos los que preferimos el discurso trascendental de Tintín al de Neil Armstrong), es de justicia citar a George Méliès entre los pioneros del sueño lunar. La imagen más icónica de su Le voyage dans la lune no sólo ha sido citada/parodiada en "Futurama" (Bender inserta una botella de cerveza vacía en el ojo de una mascota del parque), sino también en las dos últimas temporadas de la serie de culto británica "The Mighty Boosh", en el videoclip de los Smashing Pumpkins Tonight, Tonight e incluso en esta filigrana del humor internáutico. Este temprana adaptación de la novela de Jules Verne supone una influencia tan insoslayable para el lenguaje cinematográfico que la HBO le dedicó un memorable episodio dentro de la miniserie "From the Earth to the Moon": aquel en el que el alunizaje del Apollo 11 se intercalaba con una reconstrucción del rodaje de "Le voyage dans la lune", en la que Tchéky Karyo interpretaba al pionero Méliès. Su película llegó a los cines franceses el 1 de septiembre de 1902, sólo veinte meses después de la muerte de la Reina Victoria, sólo cuatro después de que Alfonso XIII fuera coronado. Parece bastante apropiado que en este contexto de ruinas del siglo XIX naciese el cine de ciencia-ficción, como también que la visión (teatral, mágica) de Méliès viviera una segunda juventud en los años 70, cuando grupos de rock psicodélico como Gentle Giant la proyectaban en sus conciertos o sus escenas con hongos gigantes eran disfrutadas por el mismo tipo de público que popularizó el ritual de acudir a ver "2001: Una odisea del espacio" con un buen cargamento de sustancias estimulantes en las alforjas.
Se puede establecer una relación directa entre "Le voyage dans la lune" y el clásico de Kubrick, dos películas que propulsaron la ciencia-ficción cinematográfica del mismo modo que los monolitos de "2001" propulsan la conciencia humana. Además, la Luna juega un papel muy importante en las dos, que se rodaron y estrenaron antes de que el hombre llegara allí en la vida real. Puede que para coincidir con las celebraciones, los cines británicos estrenaron el pasado viernes Moon, el debut en la dirección de Duncan Jones, un tipo al que esto del sueño interestelar le viene de familia (es hijo de David Bowie, lo más parecido a un astronauta en contacto con inteligencias superiores que ha tenido la cultura popular contemporánea). Protagonizada por Sam Rockwell en un (casi) one-man show, "Moon" se centra en las consecuencias del aislamiento y del vacío infinito desde un punto de vista hard SF: de hecho, un profesor de la NASA le pidió a Jones una copia de la película para instruir a sus alumnos. El candor de "Le voyage dans la lune" y el realismo histérico de "Moon" podrían representar el alfa y el omega de un cine de ciencia-ficción que siempre ha mirado a las estrellas, aún cuarenta años después de hacerlo desde el otro lado.
Más fotos de gente antigua sentada sobre una Luna de papel aquí (vía Quiddity).