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Los archivos de EL EMPERADOR DE LOS HELADOS

Mundo extraño

Findelmundialismo

Findelmundialismo

Al parecer, existen razones para que cunda el pánico. Existen razones para salir a la calle y gritar que el fin está cerca. Es muy posible que estemos a punto de desaparecer, en el sentido más amplio de la palabra, y a nadie parece preocuparle demasiado. En estos momentos, es muy posible que el nivel de alarma apocalíptica está aproximándose peligrosamente a los grados más altos: por una vez, la razón no está en los cielos o en la naturaleza (causas más o menos inevitables), sino en nosotros mismos. Concretamente, en un túnel situado entre Francia y Suiza.

El Gran Colisionador de Hadrones (LHC, según sus siglas en inglés) es, básicamente, una máquina gigantesca que podría ser considerada como el mayor laboratorio de física de partículas del mundo. Su función principal es terriblemente compleja de describir, pero digamos que está pensado para lograr colisiones de átomos a velocidades realmente altas, lo que daría como resultado cientos de partículas subatómicas que (al menos en teoría) serían desperdigadas a velocidades cercanas a la de la luz. La principal meta de las cabezas pensantes detrás de LHC es hallar algo conocido como "la partícula de Dios", lo que convierte las comparaciones con Prometeo, Frankenstein y demás mad doctors fatídicos en algo tan fácil que este bloguero se lo va a ahorrar. Por tanto, LHC supondría un paso de gigante en la Teoría de la Gran Unificación, razón por la que todos deberíamos congratularnos de que vaya a ser activado a mediados de este mes.

El problema es que hay una buena probabilidad de que LHC sea, también, una máquina del fin del mundo.

Parte de la comunidad científica internacional está realmente preocupada por las consecuencias imprevistas que podría tener el ingenio: fundamentalmente, la creación de microagujeros negros que, en el mejor de los casos, podrían sentar un precedente verdaderamente antológico para el viaje en el tiempo. En el peor de los casos, podrían acabar con el universo en cuestión de nanosegundos. Lo cierto es que nadie puede describir sin margen de error qué es lo que ocurrirá una vez LHC sea activado: el físico norteamericano Nima Arkani-Hamed ha declarado en "The New York Times" que es perfectamente posible afirmar que la máquina va a crear dragones gigantes y dispuestos a devorarnos. En otras palabras: nadie sabe lo que va a pasar cuando la antimateria entre en juego, aunque la versión oficial es que no hay peligro. De todos modos, conviene estar avisados si un día, de repente, todo lo que estaba ahí deja de estar ahí.

El espanto

El espanto

Lleva ya cerca de una semana entre las diez noticias más leídas de las páginas web de todos los diarios, y no tiene pinta de querer marcharse de allí. A estas alturas, ya hemos visto gráficos del zulo, hemos leído opiniones de expertos, hemos estudiado la foto y, en suma, nos hemos empapado del ’caso Fritzl’ hasta los huesos. Hagamos una prueba: ¿qué otra noticia internacional destacable recordáis, aparte de lo del tifón de Myanmar? Exacto, estos últimos días no ha pasado otra cosa en el mundo. A efectos prácticos, sólo existe Fritzl.

Hay una imagen que no se me olvidará fácilmente: la multitud agolpada ante la casa del carcelero de Austria. ¿Qué esperaba esa gente? ¿Una visita guiada al zulo? ¿Qué pretendían estando allí? ¿Salir en televisión, posando para las cámaras de cadenas de todo el mundo? Ha habido medios que han publicado una cronología detallada y pormenorizada del caso, desde 1977 hasta ahora mismo. La fascinación por los psicópatas no es, ni mucho menos, algo nuevo (recordemos lo que sucedió con Jack, el primer ejemplo de un concepto tan atroz como el de asesino mediático), pero esto sí es la primera vez que lo vemos. Es una fascinación con cierto componente dominguero. Y eso es, también, el espanto.

Descongélate

La flashmob celebrada ayer en la estación de Atocha, a imagen y semejanza de lo que el colectivo internáutico Improv Everywhere organizó hace poco en Nueva York. Quizá lo primero que llama la atención es que la gente, en general, flipó mucho menos que en otras ciudades del mundo: sin ir más lejos, en Grand Central hubo gente que se quedó literalmente con la boca abierta, mientras otros llegaban incluso a preguntarse si no habrían perdido el juicio. Aquí, en cambio, sólo podemos ver al ocasional peatón que se para a capturar el instante con la cámara de su móvil, pero con una actitud demasiado relajada. Por no hablar de los que, directamente, miran de soslayo y pasan de largo. ¿Acaso estamos tan acostumbrados a la patochada callejera que ya simplemente nos da igual? ¿Hemos perdido nuestra capacidad para apreciar lo extraordinario?

Fiebre kaiju

Fiebre kaiju

Esta señora peculiar es Rokoro-kubi, uno de las muchas creaturas legendarias recopiladas en The Obakemono Project, un quién es quién de los monstruos del folklore japonés. La dama sufre un mal extraño, muchas veces producto de una maldición o de una somatización de sus deseos ocultos, que hace que su cabeza se separe exageradamente de su cuerpo (su cuello sigue presente, pero más elástico). Suerte que estas actividades paranormales se concentran exclusivamente durante las horas de sueño: durante el día, una rokoro-kubi puede llevar una vida perfectamente normal, aunque suele atormentarle un poco la posibilidad de que su marido descubra sus actividades nocturnas. La falta de confianza en los matrimonios del Japón ancestral era apabullante.

Mi consejo es que descubráis los usos y costumbres de cada uno de estos monstruos, porque las sorpresas son considerables. O sea, hay una bola peluda que en su día perteneció a un guerrero muerto en batalla, un zombi con los ojos fuera de las órbitas y... Shirime. Luego está Shirime.

Cultura de centro comercial

Cultura de centro comercial

"I'm a pleasure seeker, shopping for a new distraction / I'm a pleasure seeker, looking for some platinum action". El mundo es un lugar un 70% mejor desde que los B-52s han decidido volver con un nuevo disco, Funplex, que se pondrá a la venta el próximo 25 de marzo. Resulta sorprendente comprobar cómo, treinta años después de "Rock Lobster", el grupo liderado por Fred Schneider sigue teniendo la misma asombrosa capacidad para esconder mensajes perturbadores bajo un manto de energía nuevaolera capaz de animar cualquier fiesta. Funplex, el single, es una espídica sátira de nuestra cultura de centro comercial, que combina referencias a Russ Meyer con un estribillo ("Oh, broke my heart at the funplex / Yes you did, yes you did") que nos recuerda lo patética que puede ser a veces la simulación hedonista a la que llamamos vida. Una vez más, "El Emperador de los Helados" se declara un blog gerontófilo: que los artistas más significativos de ahora mismo sean gente de edad respetable, como los B-52s o David Lynch, debería hacernos reflexionar.

A simple vista, la cultura de centro comercial podría parecernos algo típicamente norteamericano, pero no hay más que echarle un vistazo al tiempo de ocio de la juventud española de extrarradio para comprobar que eso no es del todo cierto. De hecho, el centro comercial más grande del mundo no está en Estados Unidos, sino en China: bautizado como el South China Mall, se trata de una superficie de 600.000 metros cuadrados, divididos en zonas temáticas (Roma, París, Amsterdam, Venecia, el Caribe, California y Egipto) y con más de mil tiendas a disposición de sus clientes. La idea es que el mall se convierta en un espacio plenamente habitable, en una reconstrucción a escala de la sociedad que tiene mucho de parque de atracciones (el West Edmonton Mall de Canadá posee montañas rusas, casas encantadas y un acuario) e incluso nos permite viajar a otros países sin movernos del lugar donde hemos aparcado el coche, como el South China Mall. Si el Tom Hanks de "La terminal" vivía atrapado en un aeropuerto, ahora mismo se podría vivir en un centro comercial, como les ocurría a los protagonistas de "Amanecer de los muertos", remake y puesta al día de una de las primeras obras de ficción que diagnosticó, con una lucidez inconmensurable, nuestra vorágine consumista (George A. Romero también podría entrar en la categoría de abuelitos a la última, con su inminente "Diary of the Dead"). De hecho, el concepto de centro comercial como ecosistema idóneo para el horror sigue más vivo que nunca: al videojuego "Dead Rising" tenemos que sumarle una tendencia hiperrealista, la de los Dead Malls, que aúna el culto internáutico a los lugares abandonados con cierto tono elegiático, ya que a los seguidores de este fenómeno parece apenarles en exceso que antiguos templos del simulacro estén quedando obsoletos en favor de otros nuevos, como Wal-Mart o Target.

La fabulosa serie de televisión canadiense Mr. Meaty es, quizá, uno de los mejores retratos de esa adolescencia norteamericana que, desde los años 80, prácticamente ha aprendido los secretos de la vida en el mall. Su pareja protagonista vive atrapada en sus respectivos trabajos basura, con sueños escapistas que pasan por la oportunidad de rodar películas de serie Z y una serie de aventuras imposibles (viajes temporales incluídos) que siempre acaban con un retorno al orden bastante poco optimista. El secreto de "Mr. Meaty", como también de "Funplex", es que el narrador se pone siempre a la altura de sus personajes: por mucha ironía que haya en la voz de Schneider, su relato de corazones que se rompen en la cola del Taco Bell y vidas que se diluyen lentamente en ascensores de cristal nos es dolorosamente cercano. En ese sentido, quizá la gran obra maestra de la cultura de centro comercial sea "Mallrats", la primera que, gracias al contagioso cariño que profesaba por sus personajes, hizo que nos diéramos cuenta de que todos vivimos en una gigantesca superficie comercial, pero en una que (por suerte) hay hueco para el amor y la redención. En otras palabras, que el sentimiento verdadero consigue abrirse paso a través de cualquier simulacro.

V de Loquesea

V de Loquesea Alan Moore concibió al antihéroe (o, según el punto de vista, villano) de su magnífico "V de Vendetta" como la encarnación anónima de la rebelión: en cierto sentido, V no era nadie y podíamos serlo todos, una reflexión que la adaptación cinematográfica se encargó de subrayar hasta el punto de llegar a la obviedad. Aún no sabemos qué le parecerán a Moore las últimas manifestaciones de su personaje en el mundo real, más concretamente, en una serie de protestas frente a las sedes de la Iglesia de la Cienciología que Internet (así, como la entidad viva y pensante que ya es) empezó a organizar hace unas semanas y que culminarán el próximo 15 de marzo, coincidiendo con el cumpleaños de L. Ron Hubbard. Uno podría sentirse tentado por el optimismo y afirmar que el icono de la disidencia que es V ha trascendido el papel (o el celuliode) y ha comenzado a causar estragos en las instituciones del mundo real, pero lo que hemos visto hasta ahora parece pintar un panorama muy distinto: la máscara de V se ha convertido en un meme para internautas, en un icono de las mismas características que el "LOL", los gatos sarcásticos o la propia Cienciología. La sonrisa de Guy Fawkes ya ni siquiera sabe lo que representa, quizá porque no represente nada en absoluto.

Mi lema para 2008

someecards.com, mi nueva web de cabecera (descubierta vía Quiddity), está llena de mensajes con madera de mantras personales: entra y elige el tuyo.

Han sido días verdaderamente extraños los de este parón blogosférico. Para alguien que odia las multitudes en particular y a la gente en general, la temporada pre-Reyes se convierte en un trance difícil de superar, más aún si añadimos un permanente estado entre febril y resacoso a la ecuación. Como se suele decir, demos gracias a que ya se ha acabado la navidad, recemos para la próxima vez tarde más en llegar (o, mejor, no llegue nunca) y preparémonos para las adversidades que acechan a lo largo de este año de apariencia sinuosa pero amenazante. Personalmente, creo que debo rendir tributo a aquellas cosas que me han mantenido cuerdo durante este intenso principio de año: "Joe Strummer: The Future Is Unwritten", The Fratellis, "Viaje a Darjeeling", "Gears of War", relecturas de Larra y el Mountain Dew. Ahora, sin más, presentemos en sociedad al bebé karateka:

"Los osos somos una raza orgullosa. Deben pagar por su intromisión"

 

¿Qué sería de "La Brújula Dorada", extremadamente fallida adaptación al cine del universo de Philip Pullman, sin los osos polares? Resulta un tanto deprimente que estos animales generados por ordenador acabaran siendo, de lejos, lo más memorable de una producción que contaba con actores de carne y hueso tan valiosos como Nicole Kidman, Daniel Craig, Christopher Lee o Eva Green. No es de extrañar que la que New Line Cinema bautizó como heredera de la trilogía tolkieniana haya resultado ser un fracaso comercial (en Estados Unidos, al menos, porque está funcionando moderadamente bien en las taquillas europeas) y una víctima ideal de los comentarios críticos más maliciosos. Por suerte, todo ello pone muy en duda el futuro de la franquicia: ¿quién iba a soportar tener que volver a contemplar esta ceremonia de desatinos en otras dos ocasiones, a no ser que mejoraran mucho las cosas y los osos polares se hicieran con todo el protagonismo (mejor traicionar el original que intentar hacerle justicia de forma tan torpe)?

Uno no puede evitar acordarse de Iroek Byrnison, el oso acorazado que habla con la sobria voz de Ian McKellen en "La Brújula Dorada", cuando contempla las fotos de esta exposición de osos polares disecados. No me preguntéis cuál es el objetivo de los responsables (escandinavos, al parecer), porque sé lo mismo que vosotros. Si, por algún casual, nos encontramos ante unos puristas del cine analógico que no soportan la idea de que unos animales digitales roben la función y han decidido vengarse de ellos, la cosa tendría cierto sentido. A mí, personalmente, me hubiera hecho más ilusión ver una exposición de Dakota Blue Richards disecadas.

"¡Gracias, elefante rosa!"

"¡Gracias, elefante rosa!"

Encontrado en PCL LinkDump:

"'Nunca más', prometen los borrachos que se despiertan en la prisión de Galena, Illinois. Y es que frente a sus ojos tienen la serpiente más flipante e increíblemente grande que jamás hayan visto. Y enroscada alrededor de un elefante rosa, además. El guarda George Herman dice que es posible que el procedimiento no sea científico, pero funciona. Está pensando en añadir un pulpo".

An American Haunting

An American Haunting

Una mañana de invierno de 1817, John Bell, respetable paterfamilias del condado de Red River (Tennesee), reunió a su familia en la cocina y les narró el extraordinario suceso que acababa de vivir: en su paseo habitual por sus terrenos, Bell se encontró cara a cara con un animal muy peculiar, que a él le pareció una mezcla entre un perro y un conejo. Cuando le disparó, el animal se desvaneció de inmediato. Aquel fue el punto de partida de la leyenda de la bruja de Bell, una de las historias de fantasmas más fascinantes del (ya de por sí increíblemente fascinante) folklore sureño del siglo XIX.

La leyenda, basada en numerosos testimonios de la época, atribuye la actividad paranormal que tenía lugar en la residencia de los Bell al espíritu de una bruja que habitó en la zona muchos años atrás. Al parecer, el principal objetivo de la bruja de Bell era asesinar a John, algo que finalmente consiguió el 20 de diciembre de 1820: aquel día, Lucy Bell entró en el dormitorio y econtró un pequeño frasco al lado de la cama, donde yacía el cuerpo sin vida de su marido. La familia convocó a los vecinos, pero ninguno de ellos sabía qué era exactamente el líquido verde que había John ingerido, por lo que decidieron hacer que el gato lo probara. Al día siguiente, los Bell enterraron a su padre y a su mascota, con varios testigos que afirmaron haber escuchado risas y cánticos burlones durante todo el funeral. De todos modos, John no era el único al que la bruja odiaba sin motivo: Betsy, la hija mayor, era atacada frecuentemente por fuerzas invisibles, que se tornaron aún más violentas cuando se prometió con un joven de la zona. La situación llegó a ser tan insostenible que Betsy se vio obligada a abandonar a su novio cuando faltaban meses escasos para su boda, momento en que los ataques de la bruja se relajaron hasta terminar desapareciendo. Lucy fue la última que escuchó los susurros extraños que parecían invadir la casa cuando caía la noche: según su testimonio, la bruja le dijo que la muerte de John marcaba el final de su acaso sobrenatural, pero que volvería a visitarles en 1828. Y los fantasmas siempre cumplen su palabra.

Una de las narraciones relacionadas con la bruja de Bell que más me entusiasman es la que gira en torno al presidente estadounidense Andrew Jackson, quien supuestamente investigó personalmente los sucesos en su juventud. Al parecer, esta leyenda urbana se originó cuando Jackson ya llevaba un tiempo en la Casa Blanca, por lo que podemos considerarla como una de esas divertidas leyendas presidenciales que nadie sabe de dónde podrán surgir. Lo que contaban las buenas gentes de Tennesee por aquel entonces era lo siguiente: en 1819, Jackson escuchó historias de voces extrañas y muebles que se movían en una casa de Red River, por lo que decidió acudir allí a comprobar si era cierto. Su viaje se vio interrumpido por una presencia invisible que impedía que su carruaje avanzara hasta que el futuro presidente reconociera que creía en fantasmas, pero las cosas se pusieron aún más extrañas cuando llegó a la casa de los Bell: uno de los miembros de su séquito empezó a sufrir convulsiones cuando afirmó ser capaz de atrapar y matar a la bruja, las maletas de los viajeros desaparecieron sin dejar rastro, las voces comenzaron a citar la Biblia y a describir detalladamente sucesos que estaban ocurriendo a varios kilómetros del lugar... Finalmente, y aunque no hay ninguna prueba seria de su visita, Jackson abandonó la casa de los Bell, declarando que preferiría enfrentarse a todo el ejército británico antes que volver a vérselas con la bruja de Bell. No es la única relación del fantasma con la Historia: en 1828, cumpliendo con su promesa de volver a atormentar a los Bell una vez más, la bruja predijo acontecimientos como la Guerra de Secesión o la Iª Guerra Mundial.

Tras servir de inspiración para cintas como "Maleficio" (2006) e infinidad de telefilmes, los lugareños tienden a creer que la bruja de Bell aún sigue habitando la zona donde se encontraba la residencia familiar. ¿Alguien se atreve a acudir allí para escuchar una buena profecía?

Halloween de mal rollo

Halloween de mal rollo

Realmente, el mundo no necesita agüafiestas, pero lo cierto es que ellos siempre están ahí, actuando como si los necesitara. The Restored Church of God es un ejemplo bastante diáfano: en su página web, podemos leer un artículo titulado "Trick" or "Treat"? - Unmasking Halloween, que es algo así como el padre con gafas de pasta, pelo corto con raya a la derecha y jersey de cuadros que prohibe a sus hijos hacer todo lo que es divertido. No se me ocurriría recomendar la lectura del artículo completo ni a mi peor enemigo, pero yo me debo a mis lectores y, por tanto, lo he hecho: en pocas palabras, The Restored Church of God (cuyo eslogan, "The Greatest Questions. Plain Answers", es tan simpsoniano que a uno le cuesta creer que vaya en serio) intenta decirnos que Halloween es divertido, pero que a Dios no le gusta nada el paganismo. Por lo tanto, cosas como pedir caramelos y disfrazarse, por mucho que molen, son un invento de Diablo para confundirnos (sic), por lo que debemos impedir que nuestros hijos las hagan. Así de sencillo. O, en palabras de la propia secta, "es posible que Halloween tenga una superficie luminosa, pero (...) está llena de todas las cosas espiritualmente sucias y asquerosas que podamos imaginar".

Para terminar, el artículo tira de la "Encyclopedia Britannica" para definir algunas de las tradiciones más características de la Noche de Difuntos, haciendo incapié en que todas son originarias de la vieja Europa, cosas de celtas y escoceses raritos (¡buuuuuu!). Como de costumbre, algo que les molesta tanto a los católicos sólo puede ser divertido, así que la cosa está clara: cuando llegue el miércoles, salgamos todos a celebrar una festividad internacional que, para variar un poquito, no tiene origen cristiano. Aún mejor: ¡es cosa de Satán! The Restored Church of God, gracias por haber logrado que ame aún más la noche de Halloween.

El tatarabuelo de Zoe Bell

El tatarabuelo de Zoe Bell

¿Qué fue antes, el cine o los especialistas? Sorprendentemente, los especialistas: desde que Antonio Franconi sentara las bases (allá por 1780) de lo que sería el circo moderno, trapezistas y temerarios de la cuerda floja se lo jugaban todo una o dos veces cada noche a cambio de un salario más bien miserbale. En 1859, uno de ellos se convirtió en una superestrella mundial al subir considerablemente el listón: se llamaba Jean François Gravelet, aunque su nombre artístico era El Gran Blondin. Mitad mago, mitrad trapecista, todo hombre-espectáculo, Gravelet decidió cruzar las cataratas del Niagara sin una red de seguridad: solamente él, una cuerda floja de más de 330 metros de largo y una garganta de 50 mentros de altitud. Una vez logró su proeza, el equilibrista francés se dio cuenta de que tenía que ir incorporando pequeñas variaciones (o complicaciones) a su espectacular número si quería conservar la fama que se había ganado: así, Blondin cruzó las cataratas de espaldas, con los ojos vendados, llevando un pasajero, en plena noche... Así hasta alcanzar el más difícil todavía, que consistía nada menos que en sentarse a tomar una completísima cena sobre una mesa situada a mitad de camino. A veces, Blondin incluso cocinaba allí mismo la cena.

Uno podría pensar que un hombre así tuvo que acabar dando un mal traspiés, pero no hay nada más lejos que la verdad: Gravelet murió en la cama, a la respetable edad de 73 años y convertido en toda una institución en Inglaterra (país que le acogió con los brazos abiertos tras un memorable número en el Crystal Palace de Londres). De alguna manera, podríamos argumentar que su espíritu continuó vivo, pasó por el cuerpo de Houdini y acabó instalándose en Hollywood, donde los incontables especialistas que han hecho grande el cine de acción desde la etapa muda se han dejado contaminar por él. Sin ir más lejos, ahí tenemos a Zoe Bell, que acaba de formar parte (con singular encanto) del jurado de esta edición del Festival de Sitges. ¿Os imagináis qué cara hubiera puesto El Gran Blondin si hubiera llegado a saber que hoy en día (y como señalan en "Death Proof") se hace todo con ordenadores?

"He decepcionado a mis amigos, he decepcionado a mi país"

"He decepcionado a mis amigos, he decepcionado a mi país"

a) Richard y el Big Mac (I): "Uno de los mejores momentos de la celebración de mi sexagésimo primer cumpleaños (...) fue cuando Tricia me sugirió que necesitábamos hacer un "alto" en nuestro camino a Palm Springs y nos dirigimos a un McDonald's. Hacía años que oía decir a nuestras hijas que el Big Mac era realmente algo especial, y aunque suelo atribuir a la señora Nixon el mérito de hacer las mejores hamburguesas del mundo, ambos estamos convencidos de que McDonald's no le va muy a la zaga... La próxima vez que el cocinero tuviera una noche libre, ya sabíamos adónde ir para conseguir un servicio rápido, una agradable hospitalidad y, probablemente, uno de los mejores lugares donde comprar comida de Norteamérica".

- Carta expuesta en el Museo Ray A. Kroc de Illionois, que Richard Nixon remitió al presidente de McDonald's en 1974, tal como aparece en "Fast Food Nation", de Eric Schlosser (2001).

b) El gran agüafiestas: De todos es sabida la obsesión de Matt Groening por Nixon, que le llevó incluso a convertirlo (bueno, a su cabeza) en un personaje recurrente de la serie "Futurama". Hay, no obstante, otra huella menos conocida de la influencia del presidente número 37 de EEUU en la obra de Groening: Milhouse, el mejor amigo de Bart Simpson (por conveniencia geográfica, supone él), se llama así en honor a Nixon, cuyo segundo nombre era Milhouse. El propio Groening reconoce que el bautizo fue intencionado y que, de hecho, hay más de un paralelismo entre ambos sujetos: según comentó en una de sus entrevistas a propósito de "The Simpsons Movie", es una pena que la mayoría de los políticos suelan parecerse a Milhouse. Por ello, no es casualidad que este niño de pelo azul y nulo carisma fuera retratado como asesor de la presidenta Lisa Simpson en el episodio "Bart to the Future" (temporada 17): parece casi inevitable que el futuro de Milhouse no esté en la Casa Blanca, sobre todo cuando su principal fuente de inspiración ya estuvo allí. Vaya que si estuvo: Nixon, como un Milhouse a gran escala, fue un torbellino de uncoolidad en un contexto que debería haber seguido siendo cool, algo así como el gran agüafiestas de todo un país (EEUU) y toda una época (los 60). Su absoluta falta de moral, su corrupción, su mal disimulado autodesprecio ("Ya no tendréis a un Nixon para burlaros de él") y su casi intangible condición de supurador de mal rollo le han convertido en un presidente difícil de juzgar para los historiadores (al fin y al cabo, el hombre también tuvo sus aciertos), pero no para la cultura popular norteamericana: en ese sentido, Nixon siempre será el Milhouse Van Houten de la Casa Blanca.

c) Nixon y Lennon: El Festival Internacional de Cine Documental Musical In-Edit, que se celebrará en Barcelona del 25 de octubre al 1 de noviembre, cuenta entre su programación con "The U.S. vs. John Lennon", un filme de David Leaf y John Scheinfeld que narra los agitados años que el músico pasó en Estados Unidos (los últimos de su vida, por cierto). Para cuando pisó suelo norteamericano, Lennon ya era una bestia parda, que no dudaba ni un microsegundo en apuntarse a los movimientos políticos y sociales más radicales: Panteras Negras, la oposición a la guerra de Vietnam, los derechos sociales... Por supuesto, a Nixon no le pareció precisamente bien que un hippy británico llegara a su país a agitar las ya de por sí muy agitadas conciencias, así que se puso en contacto con el FBI y comenzó a perseguir a Lennon con todos los medios a su alcance. El incidente no podría ser más significativo: el epítome de lo cool choca frontalmente con el epítome de lo anti-cool, la fiesta reivindicativa contra el agüafiestas institucional, el héroe contracultural contra el supervillano más gris de la historia. "The U.S. vs. John Lennon" podría ser la película de superhéroes del año.

d) Richard y el Big Mac (y II): "En 1972, Kroc dio 250.000 dólares a la campaña para la reelección del presidente Nixon (...) Nixon tenía, pues, muchas razones para que le gustara McDonald's ya bastante antes de probar una de sus hamburguesas. Kroc no conocía al presidente, la donación no se debió a una amistad o afición personal. Aquel año, la industria de la comida rápida estaba presionando al Congreso y a la Casa Blanca para que aprobaran una nueva ley —conocida como "ley McDonald's"— que permitiría a los empresarios pagar a los muchachos de dieciséis y diecisiete años salarios un 20 por ciento inferiores al salario mínimo (...) La administración de Nixon apoyó la ley McDonald's y permitió que la cadena subiera el precio de su Cuarto de Libra, a pesar de los controles preceptivos de salarios y precios que limitaban la acción de otras cadenas de comida rápida".

- Extracto de "Fast Food Nation", de Eric Schlosser.

Fantasmas de la demolición

Fantasmas de la demolición

En su flamante columna para SuicideGirls, Warren Ellis menciona algo que bien podría pasar por un borrador para uno de sus proyectos (o por el argumento de un relato corto de Don DeLillo): The John Galt Company, la empresa encargada de llevar a cabo "peligrosos y complejos" trabajos de demolición en la Zona Cero de Nueva York, podría no existir. No, Ellis no se lo ha inventado, sino que lo ha sacado de una fuente tan fiable como The New York Times, de donde yo también he tomado prestada la foto que acompaña a este post. Ante una compañía de demolición fantasma, de la que nada ha oído hablar y de la que no hay constancia en los registros públicos, sólo cabe plantearse la opción más insensata: la CIA está detrás de todo, lo que resultaría hasta gracioso (conspiranoicamente hablando) si no fuera porque la semana pasada murieron dos bomberos que, al parecer, trabajaban a las órdenes de John Galt. Y ahora viene lo mejor: la única referencia a un John Galt que se ha podido rastrear hasta ahora pertenece a la novela de Ayn Rand "Atlas Shrugged", una obra de ficción conspirativa en la que el personaje central trata de conquistar/destruir el mundo. Por tanto, tenemos entre manos un panorama que, esta vez sí, resulta más extraño que la ficción: la CIA sigue dejando que mueran bomberos en la Zona Cero porque le ha encargado las tareas de demolición a una empresa fantasma e inspirada en una novela de ciencia-ficción.

Con columnistas como Warren Ellis, el Apocalipsis se hará mucho más llevadero.

Deberían haber enviado a un poeta (5)

Deberían haber enviado a un poeta (5)

El 29 de diciembre de 1903, la Oficina de Patentes de los Estados Unidos registró un invento de alguien llamado Joseph Karwowski, relacionado con el zar de Rusia y residente en Herkimer (Nueva York). Bautizado simplemente como "Método para preservar a los muertos", el ingenio de Karwowski consistía en un cubo cristal transparente que, según la descripción del propio inventor, era capaz de conservar un cadáver en perfectas condiciones durante un tiempo indefinido. En Google Patent Search encontraréis una definición mucho más precisa del método, que también era aplicable a una cabeza humana seccionada y que tenía en el silicato de sodio el secreto de su éxito.

Más maravillas de cristal en Curiosities of Glassmaking, la web de una exposición organizada por el Corning Museum of Glass de Nueva York.

Máscaras

Máscaras

La máscara de gas es un icono tan poderoso que es casi imposible no sentirse atraído por él: que levante la mano quien sea capaz de mirar esta foto y no experimentar un ligero e inexplicable escalofrío. Desde la 1ª Guerra Mundial hasta las más contemporáneas guerras biológicas, pasando por el casco de Darth Vader, la máscara de gas nos ha mirado (el un decir) a los ojos y nos ha dicho cosas en lenguaje subliminal. Más o menos eso es lo que hace un grupo como Underground Posthuman Wastes, integrado por tres adolescentes rusos y sus respectivas máscaras de gas: su videoclip Violent Dehumanization es la clase de material capaz de espolear comentarios en YouTube como "Dejad de hacer ese ruido: suena como si fuerais retrasados".

UPW es una de las cosas que se pueden encontrar en Gas-Mask Community, el lugar favorito de los fetichistas de esta distinguida prenda de combate. Hay dibujos, chicas en bikini, chicas desnudas, homenajes a villanos de "Hellboy", gente vestida de conejito blanco, entrañables escenas familiares, cuadros románticos, carteles propagandísticos, arte moderno, portadas de discos y hasta caballos. La ilustración que acompaña a este post, por cierto, la he sacado del blog Infraser, de Borja Crespo, que con "Snuff 2000" nos descubrió a muchos las infinitas posibilidades de una máscara de gas.

"¿Ha considerado el precio de una máquina como esa?"

"¿Ha considerado el precio de una máquina como esa?" La Wikipedia define a Nicola Tesla como "físico, matemático, inventor e ingeniero eléctrico", aunque todos sabemos que existe otra definición que se ajusta mejor a él y que, reconozcámoslo, es la que le ha hecho pasar a la historia: científico loco. ¿De qué otro modo podríamos definir a un hombre que soñaba con un arma de partículas definitiva, tuvo (casi con total seguridad) mucho que ver con la explosión de Tunguska y estaba convencido de que el celibato era la clave de sus descubrimientos científicos? De todos modos, nadie pone en un duda que Tesla era un genio y uno de los nombres más importantes de la primera mitad del siglo XX. Como ejemplo de su legado, ahí está la famosísima bobina de Tesla, una suerte de aparato transformador de energía que nos permite crear un espectáculo de luz y electricidad en nuestro propio cuarto. Generaciones de geeks le deben la vida a Tesla y su aparato loco, pero es posible que ninguno haya llegado tan lejos como Peter Terren, un muchacho australiano que ha construido algunas de las bobinas de alto voltaje más insensatamente fascinantes de la historia: en su web, Tesla Downunder, tenemos suficiente material gráfico como para considerar a Terren un icono del pajerismo a gran escala (la foto en la que unas corrientes de electricidad morada actúan como escudo para su coche recuerda tanto a John Titor que da hasta repelús). Todos juntos: "Danger, danger! / High voltage! / When we touch, when we kiss, when we touch".

Agudeza visual

 

¿Qué está celebrando cada uno de estos dos grupos de personas?

Juntos de la mano hacia la extinción

Juntos de la mano hacia la extinción

La revista Discover publicó, hace ya algunos años, una lista de las 20 maneras más probables de que el mundo se acabe. A día de hoy, el artículo tiene 1702 diggs, lo que lo convierte en uno de los más populares de la página web y nos demuestra, una vez más, que el tema apocalíptico siempre está de moda. Siempre. La veintena de extinciones reseñadas cubre prácticamente todas nuestras expectativas: calentamiento global, desastre nanotecnológico, impacto de asteriodes, invasión alienígena... No obstante, hay dos que me parecen tremendamente más interesantes que todas las demás (sí, incluso que la de los extraterrestres): la enajenación masiva (número 17) y la teoría de es-todo-un-sueño (número 20). Con la esperanza de vida y los desórdenes psicológicos disparándose cada vez más, está muy claro que las generaciones futuras van a tener mucho más tiempo que nosostros para experimentar la soledad, la decepción, el aburrimiento y demás experiencias que jalonan una vida (o sea, un panorama ideal para el colapso mental, la locura colectiva y el surgimiento de cultos suicidas). En cuanto a la teoría del sueño, qué queréis que os diga: yo siempre he sospechado que todo está en mi cabeza. Pero todo, incluyendo este blog y, sí, también vosotros. Lo siento, amigos y vecinos. No existís.

Por desgracia, el próximo número del fanzine británico anual The End Is Nigh no tratará sobre el Apocalipsis Posible #17 ni sobre el #20, sino sobre los desastres naturales. A priori, resulta mucho menos divertido, pero eso no significa que la autoproclamada "revista oficial del Apocalipsis" no siga siendo una compra obligada: de hecho, es el único anuario de todo el mundo que habla de cosas realmente interesantes.

Clonic cuisine

Clonic cuisine

De Clarín.com (pincha para leer la noticia completa):

EE.UU. AFIRMA QUE COMER ANIMALES CLONES ES SEGURO 

El gobierno estadounidense dijo ayer que los alimentos derivados de animales clones son seguros para comer y no requieren una etiqueta especial. Después de más de 5 años de estudio, la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA, por su nombre en inglés) concluyó que el ganado clon es "prácticamente indistinguible" del convencional.

No es necesario identificar a estos animales para juzgar su seguridad como alimentos, dijo la FDA. Este organismo cree que "la carne y la leche de vacas, cerdos, y cabras clones es tan segura para comer como los alimentos que ingerimos todos los días", expresó Stephen F. Sundlof, director del Centro de Medicina Veterinaria de la FDA. "La clonación no presenta riesgos particulares para la salud de los animales, comparada con otras tecnologías de reproducción actualmente en uso en la agricultura estadounidense", agregó Sundlof. Las conclusiones de la FDA autorizan la comercialización de productos extraídos de animales clonados tras un período de 90 días, destinado a que los usuarios pueden presentar sus reparos.

Algunos sectores, sin embargo, criticaron el veredicto de la FDA. "Los consumidores van a tener un producto cargado de problemas de seguridad y éticos, sin un rótulo", manifestó Joseph Mendelson, director legal del Centro de Seguridad Alimentaria. Carol Tucker Foreman, directora de la Federación de Consumidores de EE.UU., expresó que la FDA está ignorando investigaciones que muestran que la clonación produce más muertes y animales deformados que otras técnicas reproductivas. "La carne y la leche de animales clones no tienen beneficios para los consumidores, y los consumidores no los quieren en sus alimentos", dijo Foreman.