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Los archivos de EL EMPERADOR DE LOS HELADOS

An American Haunting

An American Haunting

Una mañana de invierno de 1817, John Bell, respetable paterfamilias del condado de Red River (Tennesee), reunió a su familia en la cocina y les narró el extraordinario suceso que acababa de vivir: en su paseo habitual por sus terrenos, Bell se encontró cara a cara con un animal muy peculiar, que a él le pareció una mezcla entre un perro y un conejo. Cuando le disparó, el animal se desvaneció de inmediato. Aquel fue el punto de partida de la leyenda de la bruja de Bell, una de las historias de fantasmas más fascinantes del (ya de por sí increíblemente fascinante) folklore sureño del siglo XIX.

La leyenda, basada en numerosos testimonios de la época, atribuye la actividad paranormal que tenía lugar en la residencia de los Bell al espíritu de una bruja que habitó en la zona muchos años atrás. Al parecer, el principal objetivo de la bruja de Bell era asesinar a John, algo que finalmente consiguió el 20 de diciembre de 1820: aquel día, Lucy Bell entró en el dormitorio y econtró un pequeño frasco al lado de la cama, donde yacía el cuerpo sin vida de su marido. La familia convocó a los vecinos, pero ninguno de ellos sabía qué era exactamente el líquido verde que había John ingerido, por lo que decidieron hacer que el gato lo probara. Al día siguiente, los Bell enterraron a su padre y a su mascota, con varios testigos que afirmaron haber escuchado risas y cánticos burlones durante todo el funeral. De todos modos, John no era el único al que la bruja odiaba sin motivo: Betsy, la hija mayor, era atacada frecuentemente por fuerzas invisibles, que se tornaron aún más violentas cuando se prometió con un joven de la zona. La situación llegó a ser tan insostenible que Betsy se vio obligada a abandonar a su novio cuando faltaban meses escasos para su boda, momento en que los ataques de la bruja se relajaron hasta terminar desapareciendo. Lucy fue la última que escuchó los susurros extraños que parecían invadir la casa cuando caía la noche: según su testimonio, la bruja le dijo que la muerte de John marcaba el final de su acaso sobrenatural, pero que volvería a visitarles en 1828. Y los fantasmas siempre cumplen su palabra.

Una de las narraciones relacionadas con la bruja de Bell que más me entusiasman es la que gira en torno al presidente estadounidense Andrew Jackson, quien supuestamente investigó personalmente los sucesos en su juventud. Al parecer, esta leyenda urbana se originó cuando Jackson ya llevaba un tiempo en la Casa Blanca, por lo que podemos considerarla como una de esas divertidas leyendas presidenciales que nadie sabe de dónde podrán surgir. Lo que contaban las buenas gentes de Tennesee por aquel entonces era lo siguiente: en 1819, Jackson escuchó historias de voces extrañas y muebles que se movían en una casa de Red River, por lo que decidió acudir allí a comprobar si era cierto. Su viaje se vio interrumpido por una presencia invisible que impedía que su carruaje avanzara hasta que el futuro presidente reconociera que creía en fantasmas, pero las cosas se pusieron aún más extrañas cuando llegó a la casa de los Bell: uno de los miembros de su séquito empezó a sufrir convulsiones cuando afirmó ser capaz de atrapar y matar a la bruja, las maletas de los viajeros desaparecieron sin dejar rastro, las voces comenzaron a citar la Biblia y a describir detalladamente sucesos que estaban ocurriendo a varios kilómetros del lugar... Finalmente, y aunque no hay ninguna prueba seria de su visita, Jackson abandonó la casa de los Bell, declarando que preferiría enfrentarse a todo el ejército británico antes que volver a vérselas con la bruja de Bell. No es la única relación del fantasma con la Historia: en 1828, cumpliendo con su promesa de volver a atormentar a los Bell una vez más, la bruja predijo acontecimientos como la Guerra de Secesión o la Iª Guerra Mundial.

Tras servir de inspiración para cintas como "Maleficio" (2006) e infinidad de telefilmes, los lugareños tienden a creer que la bruja de Bell aún sigue habitando la zona donde se encontraba la residencia familiar. ¿Alguien se atreve a acudir allí para escuchar una buena profecía?

1 comentario

dussander -

Una historia que podríamos considerar como la tataranieta de la bruja de Blair, Posesión infernal y casi todas las historias de fantasmas/aparecidos/asesinos del bosque. Un mal rollito de mucho cuidado.


Por cierto: esto no tiene nada que ver con el post, pero después de mucho tiempo leyéndote, ¿qué opinión te merece PARQUE JURÁSICO? ¿La suficiente como para dedicarle un post? Si la respuesta es sí, nada me impedirá reconocerte como, como diría Alan Rickman, "heraldo del todopoderoso y voz del único y verdadero Dios".


Un saludo, Dussander