Lo que comes
El banquete humano: Una historia cultural del canibalismo, de Luis Pancorbo, es una lectura recomendable, sobre todo cuando se centra en los hechos y pasa de intentar teorizar sobre un fenómeno ferozmente primitivo. Pancorbo recoge una anécdota que bien podría ejemplificar la imposibilidad de analizar el canibalismo desde una óptica moderna y distanciada: cuando la última reina de Hawai visitó Londres en pleno siglo XIX, comentó a su comité de bienvenida que ella también tenía sangre inglesa... porque sus antepasados se comieron al capitán Cook.
En Snopes, la mayor fuente internáutica de leyendas urbanas, tenemos toda una sección dedicada a la antropofagia. Ni una sola de las historias recogidas tiene la luz verde, pero únicamente una tiene la roja (aquel hoax de los fetos fritos de Taiwan). ¿Mi favorita? "Ladrones confunden una urna de cenizas con cocaína", que nos indica que aquel rumor sobre Keith Richards podría convertirlo, también, en un caníbal. De todos modos, Pancorbo no concebiría las rayas de cenizas humanas como forma de canibalismo: de hecho, hay quien considera que comer carne humana en situaciones de vida o muerte tiene que ver más con la supervivencia que con la antropofagia. Por tanto, el verdadero caníbal del siglo XXI es el que quiere alimentarse de ti por razones rituales o, simplemente, por placer. Lo cual nos lleva al doctor Lecter.
Coincidiendo con el estreno de la excelente "Hannibal" (2001), la prensa británica preguntó a dos de los mayores expertos culinarios del país si lo mejor para acompañar un hígado humano son habas y un buen Chianti (tschips-tschips-tschips). Malcolm Gluck, reputado catador de vinos, consideró que un Melot chileno sería una mejor opción (tiene un sabor más picante), mientras que escogió un Pinot Gris alsaciano para el cerebro y un vino rojo siciliano para, bueno, para los testículos. Por su parte, el chef Anthony Worrall Thompson afirmaba que el hígado es sabroso y fácil de cocinar, pero recomendaba extraerlo de una persona obesa (alguien más delgado necesitaría reposar tres semanas para que las fibras de sus órganos se suavizaran). Ah, y olvídate del hígado si tu invitado para cenar es alchólico.
Wayback Machine! Mucho "Dead Space", mucho "Dead Space", pero ningún juego pone los pelos de punta como el primer "Alone in the Dark", obra cumbre del escalofrío poligonal. Anoche soñé que volvía a Derceto (Halloween 2006) intenta desentrañar por qué esos extraterrestres vestidos de "Thriller" daban tantísimo miedo.
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Grom el Único -