Halloween Double Feature: Alvy Singer
Muertos y enterrados (1981). [IMDb]
Lobos humanos / Wolfen (1981). [IMDb]
Si consideramos Halloween como esa fiesta que sirve para ahondar en el folklore del horror, el programa doble debe ser consecuente: 1981 es su año. Indagar en las tradiciones, supone también reconsiderar los mitos. Y podemos considerar Halloween como esa noche fundamental (y para eso tenemos a John Carpenter) y como esa noche como regocijo de lo fundamental.
Apuesto por un Halloween antropológico y en las películas de Gary Sherman y Michael Wadleigh hay un examen a fondo de dos figuras míticas del horror: el muerto viviente y el hombre lobo. En el caso de "Muertos y enterrados" no hay deconstrucción, ni regreso (explícito) a las tradiciones haitianas. Pero si hay ahondamiento metafísico, que eso es lo que late tras la tradición: el espejo legendario de los terrores de una época. Escrita por el nombre fundamental de todos nuestros miedos modernos y más allá, Dan O’Bannon, la película de Sherman hace de su plano final su más valioso e incontestable acierto. Ni tan siquiera cuando un satánico John Carpenter, poséido por las tradiciones de ese encantador poeta de las raíces de Halloween llamado Dario Argento, repitió una pirueta parecida en "El Príncipe de las Tinieblas" (1987), el público sintió un escalofrío tan tremendo. De lo que habla O’Bannon es de la naturaleza (secreta) de la memoria y de la sospecha de que el sentido de la vida está en la misma muerte. Y de ahí al artificio.
Y llegamos a "Wolfen", rareza de manual. La dirige un documentalista de la Contracultura (Michael Wadleigh), la base la pone un todavía autor de culto (Whitley Streiber) y uno de sus dos guionistas está ahora de auténtica moda (Eric Roth) en el mainstream. Obstinada es la película ya que devuelve al hombre lobo a su condición puramente salvaje, lo despoja de esos lazos freudianos que le colgaría Neil Jordan tres años más tarde y lo hace habitar, sin apenas humor, por una Nueva York brumosa, y todavía más salvaje. La elección de Albert Finney acrecienta las sospechas de que Wadleigh estaba rodando un documental sobre caza victoriana en plena era contemporánea. Mucho tiene Wolfen de "El perro de los Baskerville", pero da aquello que Conan Doyle dejó sólo en los atónitos ojos de sus personajes: una visión, única y a veces desoladora, de la Naturaleza.
- Por Alvy "No iré a Texas en verano nunca más" Singer.
Wayback Machine! ¡A la hoguera! (Halloween 2004), o vamos a cazar unas brujas. La página que enlacé en ese post sigue funcionando y, por descontado, sigue siendo igual de excelente.
2 comentarios
Salanova -
Mario Vírico -