"King Kong": En el corazón de las tinieblas
En uno de los momentos clave de esta película colosal en todos los sentidos, uno de los personajes pregunta a su mentor (con el temor de quien conoce la respuesta de antemano) si "El corazón de las tinieblas" no es un libro de aventuras. No debe sorprendernos que Peter Jackson utilice este recurso metanarrativo para convertir lo que hasta ese momento había sido una cinta de aventuras en una inmersión directa en el cine de terror: "King Kong" es una película tan rabiosamente posmoderna como lo fue "Forgotten Silver", ya que mantiene en todo momento un diálogo secreto con el original que le deparará muchas sorpresas al espectador atento (tal y como dice Jack Driscoll, hay que leer entre líneas). No obstante, el último trabajo del director de "Braindead" no es un aparatoso artificio modelo "Sky Captain y el mundo del mañana", porque Jackson sabe pulsar las teclas de la intertextualidad sin renunciar por ello al sentimiento verdadero. En otras palabras: "King Kong" es, efectivamente, la película-tributo que su director ha querido rodar desde que tenía nueve años, pero eso no quiere decir que deje de ser una de las películas más complejas y adultas del año.
Decía Orson Welles que el cine es el tren eléctrico más grande que un niño jamás pudo soñar, opinión que el neozelandés parece suscribir desde el minuto uno (ese prólogo que reconstruye de forma brillante las luces y sombras de la década de los 30 en Estados Unidos). El personaje de Carl Denham (brillante Jack Black) tiene mucho de Welles, pero también del propio Jackson e incluso de aquel capitán Ahab que arriesgaba su vida y la de sus hombres para dar caza a una gran ballena blanca. En cierto sentido, Jackson, como ese dramaturgo que sublima sus sentimientos a través de su obra, como ese cineasta dispuesto a llevar su cámara hasta el mismísimo Infierno, ha cazado aquí a su ballena blanca: ha rendido tributo al gorila catalizador de su cinefilia, enriqueciéndolo en lugar de devaluándolo, y sin dejar nunca de ser él mismo. Pero lo que convierte a "King Kong" en un espectáculo único ante el que es imposible no sentirse emocionado es su avasalladora historia de amor fou, más creíble que la inmensa mayoría de los romances de celuloide y condensada en una maravillosa secuencia invernal que conmueve por su inapelable candor. En suma, una película magistral que nos recuerda que antes se iba al cine a ver magia en estado químicamente puro.
13 comentarios
fiorella -
kike -
Rafa -
Noel -
Lo del botón lo veo complicado: el de Potter es que lo encontré en la web oficial de la película de "El Cáliz de Fuego". Soy un negado para el diseño informático, así que como no encuentre otro ya hecho...
Hombre Lobo -
EKI -
kalimero -
Pd: se ve que al bueno de Peter le gusta homenajearse porque ya en el trailer había dos guiños clarisimos a El Retorno del Rey.
Noel -
¿Y alguien se fijó en el guiño a "Braindead"? ¡¡A mí casi me entraron ganas de gritarlo en medio del cine!!
(Pista: es textual y bastante obvio).
EKI -
Y Sky Captain está muy bien, pero aún y manteniendo un aire similar, el espíritu de ambas es bastante alejado. Sky Captain es muy SCI-FI retrofuturista. en Kong hay mágia y misterio, pero no SCI-FI.
Noel -
Aún así, no me parece para nada un film fallido, ni por supuesto el bodrio que algunos quieren hacer creer que es.
Alvy Singer -
Espero que este KING KONG tambien lo sea.
Un saludo!
Giuseppe Tangana -
aún asi le damos un 10. la gran superproducción del año
La-Ruina -