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Los archivos de EL EMPERADOR DE LOS HELADOS

Cómics

Viñetas cthulhuianas

Viñetas cthulhuianas Visitando yo la página web de la universidad en la que me gustaría que me aceptaran (quién sabe, igual se puede probar un intercambio con la mía) mientras ojeo este tesoro (sí, los límites de mi incultura son tan anchos que acabo de descubrir a Eisner), me ha surgido la inevitable pregunta: ¿cuántas veces habrá sido adaptado H.P. Lovecraft al cómic? Tras una consulta rápida, puedo decir que la respuesta es: más de lo que uno se piensa.

Esta página recoge (casi) todas las portadas de (casi) todos los tebeos que han sido paridos gracias a la inestimable ayuda de Cthulhu: tenemos desde historietas vagamente inspiradas en el corpus creativo del genial escritor (yo destacaría las del sello Marvel y, cómo no, los "Creepy") hasta adaptaciones directas de alguna de sus historias más celebradas ("Dagon", "The Whisperer in Darkness", "The Tomb"...), pasando por la insoslayable Lori Lovecraft. Como no podía ser de otra manera, la web también recoge las aventuras del Herbert West de la película "Re-Animator", pero de enciclopédica no tiene nada: faltan las aproximaciones del maestro Alan Moore (a bote pronto, se me ocurren los apéndices de "The League of Extraordinary Gentlemen" y The Courtyard), la Encyclopedia Cthulhiana de Daniel Harms, algunas de las mejores historias de "Hellboy" y algunos ejemplares de "Graphic Classics" (gracias, Amazon). De todos modos, por muchos tebeos lovecraftianos que se hayan hecho, los aficionados al horror primordial seguimos pensando que no son suficientes.

ACTUALIZACIÓN: Si queréis conocer la infancia de H.P. en formato de tira cómica, no dudéis echarle un vistazo a El joven Lovecraft: El Hombre Que Pía y Cisne Negro nos cuentan lo que nadie se atevió, y el resultado es más divertido que leer el Necronomicón en pleno viaje de ácido.

Consígueme un Superman israelí

Consígueme un Superman israelí El cada vez más infalible Life in the Present ha vuelto a dar en el clavo al descubrir esta colección internacional de superhéroes. Si vosotros (como yo) sois de los que no podéis resistiros a un superhéroe raro, estáis de enhorabuena: este catálogo, como no podía ser de otra manera, es rico en excentricidades.

Empecemos por el inenarrable señor del bigote que acompaña a este post: el tipo de la foto es nada menos que Capitão 7, el primer superhéroe basileño de la historia. Al contrario que muchos otros, su primer aparición no tuvo lugar en el mundo del cómic, sino en la televisión, concretamente en el Canal 7 de Brasil (de ahí su nombre, claro está). No sé por qué, pero intuyo que todos aquellos espectadores que gustan de partirse el pecho de risa con las ocurrencias camp del Batman de Adam West amarían al Capitão 7, que comenzó sus emisiones en la década de los 50 y se mantuvo en antena casi doce años (con el presumible merchandising bizarro que eso debió generar). Me gustaría pensar que esta foto pertenece a la última temporada televisiva del Capitão, porque si no los fans de Adam West tendrían un nuevo mito televisivo de la vergüenza ajena.

Sin movernos del continente americano, tenemos que hacer una parada obligada en México, donde nos esperan héroes de ayer y hoy: el Chapulín Colorado (¿alguno de los que vimos esta serie en la infancia nos hemos repuesto ya?), Orion, Hermelinda Linda, Cerdotado y (cómo no) los Superbrutotes, con Santo y Huracán Ramírez a la cabeza. Por cierto, que siguiendo con los supertipos de habla hispana, aquí tenemos a nuestro Guerrero del Antifaz, por no hablar de Super López o el abisal Supersonic Man.

Para terminar, no me puedo resistir a hacer la recomendación exótica del día: los superhéroes israelíes, que van de lo ridículamente predecible (The Golem, Sabraman) a lo fascinante (Lilith, SuperShlumper, Dina Din). Para que luego digan que el superhéroe ha de ser norteamericano y ario.

Premier League

Premier League Definitivamente, estamos en ello. Tengo algunas ideas locas en la cabeza y estoy ansioso por empezar. Esto fue lo que dijo Alan Moore (por cierto, atención al trailer del documental que le han dedicado los de Shadowsnake Films y que podréis encontrar aquí) la última vez que le preguntaron si habrá una tercera parte de "The League of Extraordinary Gentlemen", su magistral inmersión en el steampunk multirreferencial de la mano de Kevin O'Neill. Los rumores sobre esta miniserie son extremadamente jugosos: según confirmó el propio O'Neill, se llamará "Tales of the Extraordinary Gentlemen", y no se centrará solamente en la Liga de Mina Murray (llamémosla así, que no quiero destriparle el segundo volumen a nadie), sino que también contendrá historias de los Hombres de Próspero y de la Liga del siglo XVII. Por no hablar de los dos últimos números, que estarán ambientados en la década de 1950, tendrán como protagonistas a los personajes de "On the Road" y se desarrollarán en el Interzonas de William S. Burroughs...

Solo hay una pega: conociendo lo perezosos que pueden llegar a ser Moore y O'Neill, no parece muy probable que veamos este cómic hasta dentro de mucho tiempo. ¿Y qué podemos hacer mientras tanto para paliar las ganas de Liga? Pues tenemos dos opciones: darle una nueva oportunidad a la película (ejem...) o adentrarnos en el peligroso y casi siempre autoindulgente mundo de la fan fiction. En esta página tenemos unos cuantos relatos de la Liga escritos por aficionados: la mala noticia es que muchos de ellos están basados en la (ejem...) película de Sean Connery, la buena noticia es que no todos son malos. Aunque lo cierto es que resultan más bien insuficientes, incluso previsibles, adjetivo que es imposible aplicar a los cómics. Como muestra, un botón: cada vez que una de estas fan fictions contenga un capítulo titulado "The Witch", tened por seguro que se trata de Willow Rosenberg o de Hermione Granger. Y es que los fanfictioners son muy suyos, qué le vamos a hacer.

La vida, el universo y todo lo demás (Enviar)

La vida, el universo y todo lo demás (Enviar) ¿Para qué sirve una toalla? ¿Cuál es la bebida alcohólica más fuerte de la galaxia? ¿Cómo se pela una naranja? ¿Cómo se puede aprender a volar por el método de ensayo-error? ¿Cuál es la tecera peor poesía del Universo? Ahora, todas estas preguntas (y muchas más) tienen respuesta. En tu móvil.

De BBC Mundo:

GUÍA GALÁCTICA DE BOLSILLO
¿Qué es dios? ¿Cómo se hipnotiza una gallina? Y aún más importante, ¿cómo se cura una resaca? Estas y otras preguntas ahora podrán ser respondidas a través del teléfono celular.

Se trata de la versión móvil de la "Guía de la Vida, el Universo y Todo", una especie de enciclopedia abierta lanzada por la BBC hace algunos años, en la que los internautas pueden colaborar con sus propias preguntas y respuestas.

La propuesta está basada en el libro "Guía del autoestopista galáctico", del escritor británico Douglas Adams. La novela cuenta la historia de Arthur Dent, un hombre común y corriente que se salva de la demolición de la Tierra gracias a un aventón de una nave espacial. Allí aparece la "La Guía", un aparato portátil que puede revelar todo lo que uno quiera sobre cualquier lugar en el que se encuentre.

Libro abierto

Adams puso en marcha la propuesta de crear una guía universal por internet en la que cualquier pudiera contribuir con su conocimiento sobre un rango diverso de temas. Cuando murió en 2001, la BBC trasladó a la página a su servidor y comenzó a administrar el proyecto, llamado h2g2. Con los años la página ha ido creciendo, y los visitantes pueden leer la información clasificada por categorías como "vida" (animales, plantas y humanos), "universo" (geografía y el espacio) y "todo".

Ahora, los usuarios de teléfono móvil en Gran Bretaña pueden acceder a la guía después de registrarse en la página de internet o enviar un mensaje de texto.

"Douglas Adams se adelantó a su tiempo. Ahora, gracias a la tecnología, lo que parecía una idea traída de los cabellos se ha convertido en realidad", dijo el controlador de la BBC Tony Ageh.

El lanzamiento de esta enciclopedia galáctica móvil coincide con el estreno de una versión en cine del libro protagonizada por Martin Freeman y John Malkovich.

"La Guía" vendió más de 15 millones de copias en todo el mundo y fue adaptada para la radio y televisión.

Placeres culpables: "High Roads"

Placeres culpables: "High Roads" "High Roads" es un tebeo que empieza con el héroe colgando de una de las paredes de lo que parece ser un palacio nazi helado en medio del Círculo Polar Ártico. Esta primera viñeta a página completa ya nos indica lo que va a venir después, a lo largo de los seis números que componen esta miniserie: un festival del exceso, del más difícil todavía, de la hipérbole visual y narrativa. Para entendernos: "High Roads" es, junto con los hiperactivos "Danger Girl" o "Battle Chasers", otro de los títulos de la colección "Cliffhanger" que hace honor a su nombre. De hecho, puede considerarse como el epítome de la editorial: todas sus señas de identidad (acción a raudales, dibujo estilizadísimo, viñetas extragrandes, tías exuberantes) aparecen aquí elevadas a la enésima potencia; aunque en un lugar de terminar con un cliffhanger, empieza con uno (además, tomado al pie de la letra).

Obra del perezoso guionista Scott Lobdell (su trabajo en "X-Men" deja mucho que desear: muchas veces parece que escribe con el piloto automático) y del dinámico dibujante Leinil Francis Yu, "High Roads" se puede definir de manera muy sencilla en una sola frase: Michael Bay en la Segunda Guerra Mundial. Cierto: ya estuvo allí, pero no me refiero al Michael Bay de "Pearl Harbor", sino al de la segunda parte de "Dos policías rebeldes" (perdón que tenga que recurrir a referentes cinematográficos, pero "High Roads" se parece más a una película que a un tebeo). Así, nos encontramos ante un cómic en el que los personajes, los diálogos y el desarrollo de la trama no es que queden en un discreto segundo plano, sino que incluso nos preguntamos si sus creadores tuvieron en cuenta en algún momento dichas menudencias. Aquí de lo que se trata es pisar a fondo y ofrecer (con una excusa argumental que se puede resumir en cinco palabras: tesoro nazi custodiado por ninjas) un festín visual que corre por completo a cargo del estilo hiperveloz de Francis Yu.

Alejado por completo de toda pretensión que no sea la de entretener a su público, "High Roads" es una descarga de acción vitaminada y desproporcionada que se lee en siete minutos (cada número). Precisamente por eso me da mucha vergüenza defender un cómic que no es más que una sucesión de viñetas exóticas: "High Roads" podría ser el tebeo favorito de la gente que nunca ha leído un tebeo. Carece por completo tanto de la complejidad del cómic actual como del sentido de la maravilla de la añeja historieta de superhéroes, pero... ¿quién se puede negar a una persecución por los tejados de París en la que intervienen nazis ninjas, una señorita en ropa interior y un enano disfrazado de Hitler? Yo, desde luego, no.

Hit the Road, Jack

Hit the Road, Jack Para aquellos a los que Jack Bauer nos tiene en un sinvivir desde que el reloj de "24" se puso en marcha allá por el año 2001, esta noticia nos tiene que entusiasmar y crispar a partes iguales: IDW Publishing piensa publicar en el mes de febrero "24 Stories", segunda parte del simpatiquísimo tebeo "24 One Shot", que salió el año pasado en los EEUU. Por supuesto que es una gran noticia, pero lo malo está en que no hay planes de publicación en nuestro país, por lo que parece que vamos a tener que comprarlo de importanción... o no comprarlo, que será lo más seguro teniendo en cuenta lo v-a-g-o-s que somos algunos (y por algunos quiero decir yo).

El equipo de guionistas de "24 Stories" vuelve a ser el mismo que el de "One Shot": Mark Haynes y J.C. Vaughn, un par de aplicados fanáticos de la serie que están dispuestos a condensar de nuevo su adrenalítico estilo en 24 páginas de acción trepidante y giros argumentales insospechados as seen on TV. Lo bueno del asunto es que vuelve a ser una precuela, como el número anterior, con todo el fatalismo que eso conlleva: si, pongamos por caso, nuestro Jack se encuentra en una viñeta con la insidiosa Nina Myers, a todos nos entrará una sensación un poco incómoda por el cuerpo. Un poco como en esos guiñoles infantiles en los que el protagonista no se entera de que por detrás se le acerca el de la cachiporra. ¿Véis lo que quiero decir? Por mucho que gritemos ¡No te fíes de ella! ¡¡¡Es una guarronaaaaa!!!, Bauer no nos va a oír: este simple ejemplo representa, para mí, la grandeza de las precuelas. Aunque, claro está, habrá quien opine todo lo contrario.

Lo dicho: "24 Stories" tiene toda la pinta de ser un gran tebeo para comprar importado y fardar delante de tus amistades, siempre y cuando estas sean fans de la serie. Y para otoño, con un poco de suerte, el videojuego.

Blaxplotation superheróica

Blaxplotation superheróica ¿Quién dijo que el superhéroe era la versión en cuatricomía del superhombre ario? Seguramente alguien que no se acordaba (o que no conociera) a Black Panther, Luke Cage, Blade, Cyborg, Spawn, Thunder, Nightshade y Tormenta, por nombrar solo ocho de los muchos personajes de cómic negros que en el mundo han sido. La web The Museum of Black Superheroes nos ofrece un extensísimo repaso a la vida y milagros de todos ellos (hay muchos más de los que pensábamos), además de unas galerías bastantante curiosas y una interesantísima colección de artículos que analiza cada una de las fases por las que ha pasado el superhéroe de color: del racismo de los comienzos a los gloriosos tiempos de la blaxplotation. Por si todo esto os sabe a poco, la imprescindible PopCulture Magazine le realiza una entrevista al cerebro de la página, Omar Bilal, que contiene declaraciones tan jugosas como la que suelta cuando le preguntan cuál es, en su opinión, en personaje de tebeo negro más idiota u ofensivo:

Did I mention WHITEWASH? Also EBONY the little black sidekick from Will Eisner's "The Spirit" simply because I always hear people say, "Yeah, but he was always portrayed as the witty one." And I'd be amiss if I didn't mention POOTIE TANG. Thanks, Chris Rock.

Por cierto, mi favorito es el superhéroe de alquiler por excelencia, el inimitable Luke Cage. Bueno, y Tormenta, pero esta última en pequeñas dosis.

Los archivos del murciélago

Los archivos del murciélago Ya estoy aquí, entero (o casi) después del maratón navideño, que este año ha sido especialmente largo e insoportable. Y de entre todos los regalos que he dado/recibido durante estos dos últimos días, me veo en la oblogación de destacar este: Los archivos de Batman: Vol. 1, un grueso volumen recopilatorio que recoge los primeros números de "Detective Comics" protagoinizados por el Señor de la Noche y dibujados por el gran Bob Kane. O sea, que este imprescindible tomo nos documenta la creación de un mito fundacional del tebeo, un justiciero ciego (¿lo pilláis? Sí, ya sé que es muy malo...) al que ni siquiera el Comics Code Authory ni el delirio camp de la década de los 60 consiguieron ahogar en la mediocridad: Batman siempre vuelve a resurgir, como un torbellino, dispuesto a continuar con su eterna cruzada-venganza contra el Crimen, así, en mayúsculas. Tal y como nos dio a entender Frank Miller, el Cruzado de la Capa existirá mientras existan criminales en el mundo. Sus primeras aventuras ya tienen ese espíritu de pulp oscuro y macabro que hicieron grande al personaje y a su ciudad, la mítica Gotham City que la serie de televisión convirtió en un universo de colores y cartón-piedra. Lo dicho: especialmente recomendado para todos los que preferimos el ambiente noir de DC al festival pop de Marvel.

Qué bueno es perderse en el bosque...

Qué bueno es perderse en el bosque... Hará unos cinco años, Alan Moore fundó la línea America's Best Comics para demostrar empíricamente que su imaginacíón no tiene límites: no sólamente creó a la primera superheroína inmaterial y post-femininsta ("Promethea"), sino que también recuperó la candidez del pulp, el folletín y las novelas de su infancia sin renunciar por ello a la postmodernidad y multirreferencialidad que le caracterizan ("The League of Extraordinary Gentlemen", "Tom Strong" y las muy experimentales "Tomorrow Stories"). No obstante, entre todas estas magistrales colecciones, hubo una que pasó algo desapercibida: "Top 10", o lo que pasaría si ambientaran en "Astrocity" un capítulo de "Canción triste de Hill Street". La riqueza de sus personajes, su complejidad conceptual (los miembros de la comisaría Top 10 se veían obligados a matar a sus maestros, los superhéroes clásicos, que resultaban ser una panda de pedófilos y corruptos), el impecable dibujo de Gene Ha y Zander Cannon, los numerosos guiños/referencias/bromas escondidas que poblaban cada página y su endiablado sentido del ritmo convertían a "Top 10" en una serie espectacular que, no obstante, acabó demasiado pronto: doce números que se nos quedaban muy pequeños a los fans de los polis más molones de Neópolis, la ciudad donde T-O-D-O el mundo tiene superpoderes.

Pues bien, la espera ha terminado: Planeta acaba de publicar en España "Smax the Barbarian", spin off más que secuela de "Top 10" guionizado por Moore y dibujado por Cannon (esta vez en solitario). Para empezar, quien espere encontrar en "Smax" un más de lo mismo se va a quedar de piedra: esta colección de cinco números a cual más divertido es exactamente lo contrario de lo que uno espera. Moore recupera a los dos personajes más interesantes de "Top 10" (Smax y Toybox) y les sumerge en un magical mistery tour hacia un mundo de fantasía que en principio puede parecer desconcertante, pero que muy pronto se revela como una jugada maestra de Moore para rendir un sincero (a la vez que irónico y desmitificador) homenaje a la literatura fantástica, la espada y brujería, los cuentos de hadas y las sagas míticas de héroe-mata-dragón-y-salva-a-doncella. Por sorprender, sorprende hasta en lo que todos dábamos por sentado: Smax y Toybox... ¡¡¡¡no se enrrollan!!!!

El resultado final acaba quedando muy lejos de artefactos supuestamente muy postmodernos (pero sin alma) como "Shrek"; es decir, que por mucha distancia irónica que Moore le aplique al tema, uno puede notar que el tipo siente verdadero amor por lo que nos está contando, además de un conocimiento de causa que (una vez más) es para quitarse el sombrero. En otras palabras: "Smax the Barbarian" es un tebeo de estructura distanciadora, pero el sentimiento verdadero se palpa en cada viñeta. Eso por no hablar de las referencias, que una vez más son todo un desafío para el lector: desde pullas maliciosas a Britney Spears y a los juegos de rol hasta homenajes en toda regla al universo "Harry Potter" (intuyo que a Moore las aventuras del niño mago le deben de gustar con locura, como a cualquier persona con dos dedos de frente), "Smax the Barbarian" es una pequeña joya de humor inteligente que recupera la pasión por contar historias a la antigua usanza sin olvidar la astucia postmoderna. Y es que un cómic en el que una Muerte bergmaniana se lamenta porque los campesinos le ganen siempre las partidas de ajedrez no puede ser malo ni queriendo.

Lo que sueñan los androides

Lo que sueñan los androides Electric Sheep es una estupenda página de tebeos on-line que lleva nada menos que desde 1998 dando guerra. Su creador, Patrick Farley, es el escritor, dibujante y productor de t-o-d-o-s los trabajos que uno puede encontrar aquí, empezando por "Saturnalia", una sátira pagana de la navidad y sus estúpidos ritos que data de 1995. El mayor periodo de actividad de la página fue el final de la década de los 90, con el 'cyberpunk' minimalista de "The Guy I Almost Was" como joya de la corona.

Pero, sin duda, el tal farley ha dado el do de pecho con su última creación: "The Spiders", una crónica de la última Guerra de Irak que tiene lugar en un universo alternativo que a mí me recuerda poderosamente a Tarsem y al "Avalon" de Mamoru Oshii. Su naturaleza de producto amateur no debe confundirnos lo más mínimo, pues estamos ante una historieta increíblemente extraña que tiene el honor de ser la más arriesgada de una colección que se distingue precisamente por su clara vocación de atentar contra la narrativa del (digamos) mainstream comic. No obstante, "The Spiders" no es para todos los públicos: sus constantes y cada vez más aparatosas piruetas gráficas y conceptuales podrían descolocar a más de uno. Yo mismo no sabría deciros a ciencia cierta si se trata de una soberana tontería o de una heterodoxia fascinante, pero lo único cierto es que engancha. Y mucho.

Los Jack Bauers del cómic

Los Jack Bauers del cómic No es el argumento de un 'spin-off' de "24", pero podría serlo: un autor debe escribir y dibujar un tebeo de 24 páginas en tan sólo 24 horas. Es decir, condensar en un solo día lo que normalmente supondría meses de trabajo, y encima intentar que el resultado sea bueno... porque va a entrar en competición. 24 Hour Comics le da un nuevo significado al concepto 'tour de force' en el mundo del cómic, en una estrategia que se parece bastante a las que tanto le gustan a Lars von Trier en el terreno cinematográfico: solo podremos saber si un creador es realmente talentoso si se somete su trabajo a las más duras reglas y encorsetamientos. Como os podéis imaginar, hay de todo, desde fracasos creativos hasta obras maestras (pocas), pasando por historietas realmente divertidas. En suma: uno de los proyectos más estimulantes del más bien monótono cómic americano.

Goyer va a por todas

Goyer va a por todas No contento con escribir las nunca bien ponderadas "Blade" y "Blade II", insatisfecho tras firmar el libreto de la esperadísima "Batman Begins", vacío tras dirigir "Blade: Trinity", David S. Goyer sigue haciendo méritos para ser la persona más envidiada por los 'geeks' de medio mundo. Resulta que ahora Jeph Loeb ha decidido dejar la serie "Superman/Batman" tras escribir 25 números (bastante buenos, por cierto) y... ¿a qué no sabéis quién se hará cargo a partir de ahora del sueño húmedo de todo aficionado al Universo DC? Pues sí, el bueno de Goyer, que afirma estar entusiasmado con el proyecto. La buena noticia es que solo va a hacer tres o cuatro números. La mala noticia es que, con toda probabilidad, serán magistrales. Cabrón con suerte... y talento. ¡Encima talento! Lo dejo antes de que la envidia me corroa...

"1963", de Alan Moore: "The Fury" (2)

"1963", de Alan Moore: "The Fury" (2) El segundo número de "1963" es el más sencillo de todos: prácticamente no está interrelacionado con el resto de los títulos de la serie (excepto por una pequeña referencia al final) y su cristalina parodia de Spider-Man es la más obvia y la menos malintencionada de toda la serie. Quizá a Moore le gustaba demasiado el personaje creado por Stan Lee y Steve Ditko y no se atrevió a llevar la sátira hasta sus últimas consecuencias, pero el hecho es que "The Fury" es, con diferencia, el número más flojo y menos atractivo de la serie. Lo cual no quiere decir que no sea un buen tebeo (lo es), pero sí que no está a la altura de una miniserie tan ambiciosa como esta.

La trama mezcla elementos tan dispares como dinosaurios mutantes, referencias maliciosas a DC, una organización secreta llamada L.A.S.E.R. (clara alusión al S.H.I.E.L.D. de Nick Furia), flashbacks muy reconocibles para todo aficionado a Peter Parker y una incómoda sensación de que todo esto daba para mucho más. De todos modos, aunque sea solo por la lámina de la agente Sky Solo, obra de una Melinda Gebbie que mimetiza el estilo alucinado de Steve Ditko, "The Fury" merece la pena. Además, es el aperitivo perfecto para el tercer número de la serie, que incluye una de las historias cortas más fascinantes que jamás hayan firmado Alan Moore.

Mi quinto sentido y medio

Mi quinto sentido y medio La primera vez que vi un cómic de Dylan Dog fue en la tienda de libros de la estación de trenes de Roma: se trataba del Almanacco della Paura 2001, en el que uno podía encontrar (a parte de una historia inédita del detectivde Craven Road) un reportaje sobre las pelis de infecciones biológicas, una biografía imaginaria del Golem y un perfil de las cuatro bestias sagradas del moderno cine de terror: Freddy Krueger, Jason Vorhees, Michael Myers y el siempre minusvalorado Leatherface (Facciadicuoio en italiano). Desde ese momento se puede decir que vivo enganchado a Dylan Dog, el personaje de cómic que yo mismo, de haber sido un poco más sabio, podría haber creado. Y lo digo en serio: los tebeos de Dylan tratan prácticamente todos los temas que me interesan, además de manejar un universo referencial muy parecido al mío. Es por ello que Tiziano Sclavi, el padre de la creatura, siempre me ha dado una envidia tremenda... maquillada de admiración incondicional, sí, pero envidia al fin y al cabo.

Otro día os hablaré de Sclavi, porque hoy quiero recomendaros una página que, incomprensiblemente, no había visitado hasta ahora: nada menos que la sección "Dylan Dog" de la página oficial de Sergio Bonelli Editore, la casa que nos ha regalado también otros inmortales del tebeo iatliano como el vaquero Tex, la misteriosa Julia o el molón Martin Mystery. Se trata de un pórtico dylaniano perfecto para los aún no conozcáis el cómic de terror y misterio preferido de gente tan ilustre como Quentin Tarantino, Dario Argento o Terry Gilliam. Y para los que ya sepáis de Dylan, os recomiendo que os deleitéis con la galería de portadas de todos y cada uno de los números especiales del personaje. Y ya los muy fans que se pasen por aquí.

Tebeos a base de ladrillos

Tebeos a base de ladrillos Estos de aquí son nada más y nada menos que Neil Gaiman, Grant Morrison y Alan Moore, tres de los más grandes guionistas de cómics de todos los tiempos (y, además, más ingleses que un plato de "fish'n'chips"). Su transformación en figuras de Lego se debe a David Oakes, toda una autoridad en el tema de los ladrillos de colores, cuya colección on-line contiene auténticos tesoros. Verbigracia: Hellboy, Flash Gordon, El Escapista de Kavalier y Clay, los Minutemen (¡otra vez "Watchmen"!), John Constantine, el Llanero Solitario, Mistery Inc. (los de "Scooby-Doo", no los de Alan Moore), el Capitán Britania y un buen puñado de personajes de "Buffy": Willow, Spike, Angel, Giles, Xander y la Cazadora en persona. Aunque, todo hay que decirlo, resulta evidente que unos están más conseguidos que otros...

"1963", de Alan Moore: "Mystery Incorporated" (1)

"1963", de Alan Moore: "Mystery Incorporated" (1) "¡Es la hora de las tortas!", decía La Cosa cada vez que iba a comenzar una de sus larguísimas peleas (esas en las que los personajes no paraban de hablar, sí, esas). El primer número de "1963" se abre con una frase que recuerda poderosamente a aquella: "¡Ahora es cuando la cosa se pone realmente divertida!", que se repetirá a lo largo del número como si de un mantra se tratase. En su aproximación a la figura de Los Cuatro Fantásticos, Moore ha cambiado muchas cosas -los parentescos entre los protagonistas, el origen de sus poderes, la ubicación de su guarida secreta-, pero ha estado atentísimo a los detalles, a las frases, a la esencia misma del prototipo de grupo superheróico Marvel. Para que nos entendamos: "1963" es uno de esos cómics en el que el lector tiene la muy intangible sensación de que el guionista sabe de lo que está hablando.

Mystery Incorporated (dejando de un lado el obvio guiño a "Scooby-Doo") son Los Cuatro Fantásticos, pero de otra manera: Crystalman es un científico sabio y aburrido, Planet es un bruto carismático, Neon Queen es una atractiva mujer de armas tomar y Kid Dynamo es un chistoso chico maravilla. La historia empieza con el grupo en su guarida secreta (Mystery Mile, trasunto del edificio Baxter) realizando lo que, suponemos, son sus tareas cotidianas: entrenar a Planet, responder al correo de los admiradores, pasear por su galería de trofeos... Todo parece de los más normal hasta que una anomalía penetra en Mystery Mile... y en el cómic mismo. El origen de la amenaza permance en secreto hasta la última página del último número, pero aquí ya podemos ver que adopta la forma de un misterioso intruso encapuchado que camina y habla al revés. Esto es, precisamente, lo más reseñable de este ejemplar primer número: en un momento dado, Crystalman debe recurrir a una pizarra para explicar a sus compañeros su teoría sobre los mundos paralelos y el viaje en el tiempo, una teoría extremadamente compleja para un tebeo Marvel de la época. La larga charla sobre los anti-electrones y la representación realista de un viaje en el tiempo pueden descolocar un poco al lector, que sólo al llegar al último número podrá comprender la naturaleza del juego que nos está proponiendo Moore. Al final, Dynamo Kid acaba luchando con el intruso y atrapado en una especie de televisión portátil, al tiempo que el resto del grupo penetra en su "Maybe Machine" hacia una dimensión eschediana y, definitivamente, desconocida.

Resumiendo todo un poco, este primer número no sólo sienta las bases de lo que será el resto de la saga (la intrusión de una amenaza metalingüística en el autárquico y férreamente definido universo narrativo de los clásicos Marvel), sino que contiene los suficientes detalles y alusiones como para resultar un claro precedente de la lujuría referencial de títulos como "Top Ten" y (sobre todo) "The League of Extraordinary Gentlemen": ese mundo paralelo donde habita el "Mystery Collective" (la versión comunista de "Mystery Incorporated"), esa aparición estelar de Robby el robot, esa nada obvia alusión al film "Mystery Train" de Jarmusch, ese Kid Dynamo que no para de decir que está "llevando una ANTORCHA"... En fin, esos pequeños detalles que convierten a "1963" en una experiencia única para todo conocedor del universo Marvel y de la obra de Moore.

"1963" de Alan Moore (Introducción)

"1963" de Alan Moore (Introducción) ***En los próximos días voy dedicar, porque sí, unas cuantas entradas a comentar un cómic que acabo de descubrir (vía Soulseek) y que me parece uno de los más importantes e infravalorados de la década pasada: "1963", la miniserie de seis números que Alan Moore escribió en 1993 para Image y que contó con algunos de los mejores dibujantes de aquellos años: Rick Veitch, Dave Gibbons, Steve Bissette, Donald Simpson, John Totleben, Melinda Gebbie y Jim Valentino. Aquí va una pequeña introducción a la miniserie en general. Mañana, si me lo permitís, empezaré a analizar los números uno a uno***

El secreto para que una parodia sea realmente buena es que no se note que es una parodia. Peter Jackson lo hizo con "Forgotten Silver", Peter Blamaire lo hizo con "The Lost Skeleton of Cadavra", Paul Verhoeven lo hizo con "Starship Troopers" (bueno, Verhoeven lo hace casi con todas sus películas), Woody Allen lo hizo con "Zelig"... Y Alan Moore lo hizo con "1963". La técnica que utilizó fue la misma que ya probó en "Maxwell the Magic Cat", solo que corregida y aumentada: no hay nada más posmoderno que volver al pasado con todas sus consecuencias, mimetizar las maneras de aquello a lo que se quiere parodiar (y a la vez rendir tributo) y obtener como resultado un producto que, a primera vista, se podría haber publicado sin ningún problema en 1963... pero que si se analiza detenidamente contiene un discurso subterráneo lleno de bilis y mala leche camufladas. Para entendernos: "1963" es una parodia sangrante de los cómics Marvel de 1963 que tiene todo el aspecto de haber sido publicada por Marvel en 1963. El dibujo, la narración, la disposición de las viñetas, la manera de hablar de los personajes, los anuncios, la sección de correo, el color... Todo en "1963" parece indicar que estamos ante un número guionizado por Stan Lee y dibujado por Jack Kirby. Es la parodia definitiva, la parodia que no lo parece, la parodia hiperrealista.

En "1963", Moore mantiene un pulso entre la nostalgia y la desmitificación, entre la añoranza de los cómics de la infancia y la iconoclastia distanciadora (algo que también hizo, con resultados igualmente brillantes, en "The League of Extraordinary Gentlemen" y en algunos de los mejores números de "Tomorrow Stories"). La estrategia es arriesgada y está condenada, desde el principio, a ser malinterpretada por el lector no avisado: algunos de los aspectos más desagradables de los tebeos marvelitas de la época (sexismo, anticomunismo feroz, diálogos eminentemente idiotas, un modo de contar historias gráficamente paupérrimo) siguen intactos en "1963", casi siempre incrementados para reforzar el efecto paródico. La miniserie exige, además, un amplio nivel de conocimientos del Universo Marvel, sin el cual es posible que el lector no pueda entrar en su juego y acabe sin entender los verdaderos propósitos de Moore y compañía: las analogías con personajes clásicos como Spider-Man o los Cuatro Fantásticos están claras, pero hay otras referencias realmente rebuscadas que, en muchas ocasiones, resultan claves para comprender el subtexto de un número determinado (para ello, las siempre últiles anotaciones de Enjolrasword.com pueden servir en muchas ocasiones de auténtica Piedra Rosetta mooriana).

Pero si hay algo que distancia a "1963" del resto de parodias marvelianas que han ido surgiendo a lo largo de los años (muchas veces, autoparodias en toda regla) es el esfuerzo de Moore por construir personajes con alma y matices aún en un contexto totalmente irreal. Los protagonistas de los diferentes números de la miniserie consiguen de alguna manera traspasar su condición de caricaturas de un superhéroe Marvel y convertirse, sobre todo en el tour de force final, en personajes con entidad. Y es que el último número de "1963" revela que las intenciones del autor de "V de Vendetta" van mucho más allá de la simple parodia lúdica: estamos, sin duda, ante uno de los proyectos más ambiciosos, complejos y fascinantes de Alan Moore, una miniserie que podría haberse situado entre sus obras mayores... si se hubiera terminado, claro. Porque, al igual que "Big Numbers", "1963" es otro de esos tebeos que se sitúan en el incómodo limbo de las obras inconclusas. Pero de eso ya hablaremos más adelante.

'Crossover' insólito

'Crossover' insólito De entre todas las novedades que DC piensar sacar estas navidades, la que más me ha llamado la atención ha sido "Batman/Danger Girl": un número especial de 48 páginas editado por Wildstorm que narra el más que improbable encuentro entre el Señor de la Noche y las chicas de Deuce. Escrito por Andy Hartnell y dibujado por Leinil Yu y Gerry Alanguilan (los mismos de "Superman: Birthright"), este insólito 'crossover' promete ser una de las aventuras más heterodoxas y estimulantes de Batman (atención al diseño del traje, a lo Bob Kane), pero también una de las más serias e interesantes de la sosa Danger Girl. Aquí tenemos un resumen del argumento, tal y como aparece en la página oficial de DC Cómics:

"Danger Girl mentor Deuce dispatches Abbey Chase, Sydney Savage, Johnny Barracuda and Valerie on an assignment in Gotham City, home base of Batman! Meanwhile, Donavin Crane — archnemesis of the girls — is also in the big G, and forms an unlikely alliance with one of Batman's greatest foes! Adventure, mirth and mayhem ensue as the Dark Knight joins forces with the hottest spy chicks in comics!"

Los peores cómics de la historia

Los peores cómics de la historia En Gone and Forgotten encontramos la que probablemente sea la lista definitiva de las peores historietas de superhéroes jamás publicadas. Y si hay algo que demuestra esta web es que ni un sólo tótem se salva de tener un mal número (o varios): Batman tuvo su Bat-Mito, Spider-Man se fue de fiesta con Dan Aykroyd, Plastic Man se vio inmerso en un partido de baseball sin ningún tipo de distancia irónica, Superman se enfrentó a un ejército de Super Gorilas enamorados de su Wonder Woman, Daredevil protagonizó una vergonzante historia de servicio público, Lobezno tuvo que sufrir la compañía de Kitty Pryde, Elektra tuvo la mala suerte de caer las manos del guionista (supuestamente) 'destroyer' Tom DeFalco y el Universo Marvel en pleno se embarcó en una innecesaria y ridícula miniserie titulada Secret Wars II, que parecía destinada a dinamitar el buen recuerdo que dejó la primera. En suma: un repaso a las catacumbas del tebeo capaz de hacerle perder la fe en el medio al más pintado.

Superman es eterno

Superman es eterno Imprescindible es el único adjetivo que se me ocurre para calificar a esta web. Se llama Superman Through the Ages y representa la más completa y actualizada enciclopedia sobre el personaje que se puede encontrar en la Red.

¡La historia completa de los Super-Robots! ¡El árbol genealógico de Kal-El! ¡La saga de Sandman! ¡Los Supermen de universos alternativos! ¡El Superman's Day de 1940! ¡La Steel Age explicada con todo lujo de detalles! ¡Diagramas de la Fortaleza de la Soledad! ¡Un glosario de términos kryptonianos! ¡El parque temático! ¡Un mapa de Kandor y de Antartic City! ¡La Legión de Superhéroes! ¡La historia del planeta Lexor! Y... ¡¡¡Krypto el perro!!! Todo esto y mucho, mucho más en una página de obligada visita diaria para todo fan fatal del universo DC.