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Los archivos de EL EMPERADOR DE LOS HELADOS

Libros

Estoy leyendo "Guerra Mundial Z"

Estoy leyendo "Guerra Mundial Z"

Y, además, esta tarde voy a ver "Distrito 9", así que en este momento estoy a tope con las infecciones en contextos hiperrealistas. En Boing Boing se han hecho eco de When Zombies Attack! Mathematical Modelling of a Zombie Outbreak!, un informe elaborado por dos matemáticos de la universidad de Ottawa que calcula las posibilidades de un escenario de juicio final a través de algoritmos basados en obras de ficción epidémica. ¿Conclusión? En el momento en que la primera baja por gripe A se levante de su tumba, estamos jodidos.

El rastro escarlata

El rastro escarlata

Con la venia de Torrio, todo el mundo podría hacer lo que quisiera en Burnham; pero el no respetar su autoridad era peligroso. Dandy Joe Fogarty, que había cometido una ligera indiscrección contra el gusto de Torrio, recibió una orden de quitarse de en medio. Pero Dandy Joe era un tipo arrojado, y en vez de tomar calladamente el camino del destierro, se precipitó una noche en La fonda de Burnham cuando la juerga estaba en su apogeo. Parándose en medio del salón, esgrimió el revolver y gritó: "¿Dónde está Torrio?". La orquesta de jazz contuvo el aliento. Las parejas que bailaban se quedaron heladas. Todos los ojos estaban fijos en el audaz retador, que seguía resoplando desafíos contra el zar de Burnham. "¡Que salga ese perro!", aulló Joe. Tres o cuatro maullidos de pistola automática respondieron desde alguna parte del salón. Eso fue todo. Al retirarse el cadáver, la orquesta de jazz reanudó su perpetuo fox-trot y las parejas siguieron pisando las notas.

El fragmento pertenece a Chicago sangriento. De la Ley Seca a Al Capone, editado aquí por Valdemar. Su autor, Walter Noble Burns, escribe desde la proximidad (el libro es de 1931, el mismo año que el juez fulminó de un martillazo la carrera criminal de Capone) y desde el conocimiento de causa. Es significativo que Burns sea reconocido sobre todo por sus biografías de Wyatt Earp y Billy el Niño, porque "Chicago sangriento" está escrito con la fuerza de una crónica del Oeste. Muy, muy recomendable.

El mundo ama a un escritor reclusivo

El mundo ama a un escritor reclusivo

Uno de los rumores más asombrosos sobre Thomas Pynchon (quien, por cierto, publica hoy nueva novela) afirmaba que él y el Unabomber eran la misma persona. También se dijo que fue simpatizante de los davidianos de Waco y que publicaba cartas en periódicos locales de California bajo el seudónimo de Wanda Tinasky, una anciana sin techo. En 1997, un equipo de la CNN lo esperó a las puertas de su casa para que les hablara de su recientemente publicado "Mason & Dixon": Pynchon montó en cólera y advirtió a los periodistas que se cuidasen mucho de emitir las imágenes. Cuando estos le preguntaron a qué se debía su naturaleza reclusiva, el autor contestó: "Creo que ’reclusivo’ es una palabra en clave inventada por la prensa. Significa: ’no le gusta hablar con reporteros’".

Pynchon es, probablemente, el último en una larga estirpe de escritores poco amigos de la exposición pública, una estirpe que pudo comenzar con Emily Dickinson y que incluye nombres tan ilustres como J.D. Salinger o Peter Gallo. Hay uno que me parece especialmente fascinante: B. Traven, el muy misterioso autor de "El tesoro de Sierra Madre" (1927), un tipo tan reclusivo que aún no lo han logrado identificar por completo. Al parecer, sabemos que nació en Chicago alrededor de 1890 (o en Alemania en 1882), que fue conocido por varios nombres en los diferentes periodos de su vida, que pasó una larga temporada en México y que murió en 1969. También es posible que fuera un hijo ilegítimo del emperador Guillermo II o que fuera Ambrose Bierce. En cualquier caso, sabemos a ciencia cierta que John Huston leyó "Sierra Madre" en 1936 e inmediatamente pensó en adaptarla a la gran pantalla. Tras varios años cortejando a Traven para que diera el visto bueno y a Jack L. Warner para que le dejase rodar en México (y no en la comodidad de un plató), Huston consiguió poner en marcha su proyecto en 1947. Para entonces, el cineasta estaba totalmente fascinado por el halo misterioso de Traven, tanto que decidió ignorar su fama de reclusivo y le propuso colaborar tanto en la escritura del guión como en el rodaje en exteriores. Naturalmente, el autor declinó la oferta, aunque se comprometió a enviar a un buen amigo suyo, Hal Croves, como asesor técnico. Para sorpresa de Huston, Croves aseguró nada más llegar que sólo iba a pedir 150 dólares semanales por participar activamente en un rodaje que se preveía muy exigente ("Sierra Madre" fue una de las primeras películas que se rodaron casi íntegramente en exteriores). El estudio le ofrecía 1.000 a la semana. Croves se negó en redondo.

No hace falta ser excesivamente perspicaz para deducir que, muy probablemente, Croves era Traven. Un Traven de incógnito. Otra personalidad más del misterioso escritor. Evelyn Keyes, la mujer de Huston, declaró más tarde estar convencida de ello: Croves recitaba de memoria cada palabra de los intercambios epistolares que habían tenido lugar entre Traven y Huston, asegurando luego que su jefe le había facilitado las cartas para que desempañara mejor su trabajo. Además, cuando alguien le preguntaba su opinión acerca de un pasaje de la novela, era frecuente que Croves hablara de ella y de las intenciones de su autor en primera persona del singular. Quizá la presencia (camuflada) del auténtico B. Traven es lo que convierte a "El tesoro de Sierra Madre" en una adaptación casi intachable. Quizá David Fincher ruede "V." algún día, y quizá Pynchon mande al set a un asesor, Laszlo Jamf, para asegurarse de que a nadie se le escapa el concepto calvinista de la predestinación.

Autómatas para la gente

Autómatas para la gente

El titular dice: "Una legión de robots está en paro en Japón". La vida real ha ganado un concurso de microrrelatos de ciencia-ficción.

Esto me recuerda a que, hace unas semanas, terminé mi lectura entrecortada de El rival de Prometeo y (creo) no dije nada por aquí. Ntsch. El libro no es tan absolutamente imprescindible como podría parecer a simple vista: los ensayos de Marta Peirano y Sonia Bueno son, evidentemente, un must, pero los fragmentos de textos fundamentales sobre seres artificiales acaban revelándose un tanto insatisfactorios. Eso no quiere decir que la selección no sea excelente (lo es: no hay más que ver el buen gusto de incluír el ensayo de Freud tras el fragmento de "El hombre de arena"), sino que uno se queda a mitad de camino. Quizá hubiera sido mejor un volumen ensayístico, al modo del "Monster Show" de David J. Skal, y una bibliografía para que cada uno se haga con las lecturas complementarias que considere convenientes. No obstante, hay ocasiones en las que la fragmentación sí es un acierto pleno: por ejemplo, cuando se le ahorra al lector el trance de zamparse íntegra "La Eva futura", de Auguste Villiers de L’Isle-Adam.

Nunca olvides dónde tienes la toalla

Nunca olvides dónde tienes la toalla

Hoy es 25 de mayo, lo que significa Día de la Toalla para todos los amantes de Douglas Adams. Si queréis saber cómo se celebra de verdad una fecha tan señalada como esta, bucead en los archivos de mayo de 2006 y descubrid lo que hice a lo largo de todo un día libre. Por desgracia, este año tengo mucho menos tiempo entre manos para dar rienda suelta a mi fanatismo autostopístico (es una palabra), así que os vais a tener que conformar con este único post. ¡Pero es un post con noticias jugosas! El próximo 12 de octubre se publica And Another Thing..., la sexta entrega de la ’trilogía’ de Adams, escrita por Eoin Colfer (de la saga "Artemis Fowl"). Antes de que alguien hable de sacrilegio entre alaridos, dejadme que os diga que yo estoy emocionado: Colfer tiene cierta afinidad con el sentido del humor de la saga, y Dios sabe que "Mostly Harmless" era un final increíblemente bajonero para estos personajes. Mi consejo es esperar hasta leerla en octubre: entonces ya podremos ponernos en modo berserker.

Si queréis seguir celebrando por la blogosfera, El blog de Estrellita Mutante también se acuerda de Douglas. Y, por ahora, eso es todo. ¿Scari Wó? ¿Hijo Tonto? Y, bueno, cualquier otro que haga su post ad hoc, que sea tan amable de dejar constancia en los comentarios.

Verano infinito

Verano infinito

"País insustancial". Año de la Muestra del Snack de Chocolate Dove. Poor Yorick Entertainment Unlimited. Crosgrove Watt, 16 mm; 30 minutos; blanco y negro; muda/sonora. Un impopular cineasta après-garde (Watt) sufre un ataque en el lóbulo temporal o enmudece o es víctima del error de todos de que el ataque en el lóbulo temporal (el de Watt) lo ha dejado mudo. EDICIÓN PRIVADA EN CARTUCHOS POR POOR YORICK ENTERTAINMENT UNLIMITED.

Esta es sólo una de las muchas sinópsis de películas rodadas por James O. Incandenza que integran la profusa y ya casi mítica nota 24 de "La broma infinita" (1996), mi novela preferida de todos los tiempos y la obra maestra de David Foster Wallace. Empezar a leer el tomo de +1.200 páginas es sencillo: conozco a mucha gente que lo hizo cuando Mondadori sacó la traducción (de Marcelo Corvián, revisada por Javier Calvo). Terminar "La broma infinita" ya es otra cosa. Algunos lectores con considerable cayo abandonaron por el camino, absolutamente agotados por una novela que le exige a uno el equivalente intelectual de escalar el Everest en medio de una tormenta de meteoritos. He de confesar que yo me compré la traducción de Mondadori en las navidades de 2003 y no cerré la última página hasta finales de agosto de 2004, poco antes de abrir este blog. Hubo pausas de varios meses, hubo unas treinta lecturas paralelas (cuando estás leyendo "La broma infinita", cualquier otra lectura paralela se te antoja un pasatiempo ligero), hubo momentos de duda e incluso (alrededor de la Semana Santa de 2004) hubo un intento serio de abandonarla para siempre a la mitad. Por suerte, puedo enorgullecerme de que fui fuerte y acabé lo que había empezado. ¿La recompensa? Una obra de ficción insuperable que me dejó una huella profunda. En otras palabras, y aún a riesgo de sonar exagerado: la persona que empezó a leer "La broma infinita" no fue la misma que la terminó.

Hace poco, me di cuenta de que ya no conocía la novela como antes. Muchos pasajes se han borrado de mi memoria, muchos detalles y personajes se han ido perdiendo con el tiempo. Por suerte, he encontrado Infinite Summer, una iniciativa que pretende unificar a todos los que quieran aceptar el reto de leerse "La broma infinita" durante todo este verano (del 21 de junio al 22 de septiembre). La idea está pensada para todos aquellos que aún no se han atrevido, pero a mí me ha proporcionado la excusa perfecta para releerla. Todo el que quiera sumarse, no tiene más que unirse a este grupo de Facebook, desempolvar su copia y comprometerse a mantener un nivel de 75 páginas por semana (aproximadamente, porque no sé cómo se ajustará eso a la traducción). A partir del 1 de junio, la web comenzará a darnos más instrucciones: mientras, podemos ir encargando la guía de lectura (siempre he tenido curiosidad por ella) y estudiándonos este mapa.

El hombre más perverso

El hombre más perverso

Una vez explicada su teoría con cierto detenimiento ("El hombre completo, en armonía, fluye libremente hacia su meta natural"), (Crowley) pasa a relatar cómo, a la edad de catorce años, resolvió matar un gato para evr si realmente tenía nueve vidas. "Por lo tanto cogí un gato y, luego de administrarle una buena dosis de arsénico, le puse cloroformo, lo colgué encima del mechero del gas, le enterré un cuchillo, le corté el pescuezo, le rompí el cráneo y, cuando ya estaba completamente bien quemado, lo ahogué y lo tiré por la ventana de modo que la caída le quitara la novena vida... Recuerdo que durante todo el tiempo estuve realmente afligido por el animal; sencillamente, me obligué a llevar a cabo el experimento por puro interés científico".

La cita pertenece a Aleister Crowley. La naturaleza de la bestia, biografía de Colin Wilson que, si bien no es todo lo rigurosa que esperaba, se me está pasando en un suspiro. La combino con la lectura de Moonchild, la novela metafísica del propio Crowley. El objetivo oculto de todo esto es prepararme para el tercer volumen de "The League of Extraordinary Gentlemen", que debería haber salido a finales de abril pero que, como siempre ocurre con este título, se ha vuelto a retrasar. Aleister Crowley (o, más concretamente, sus numerosos alter egos de ficción) es el villano principal de la historia escrita por Alan Moore y dibujada por Kevin O’Neill, pero no es la única obra reciente que invoca la figura del hombre más perverso de Inglaterra: según este reportaje de USA Today, el personaje encarnado por Mark Strong en el "Sherlock Holmes" de Guy Ritchie está (naturalmente) inspirado en Moriarty, pero también tiene toques de Crowley. ¿El gran detective contra la Bestia 666? Tiene sentido y, además, estoy deseando verlo.

Libro-bomba

Libro-bomba

Una rosa y un Ruiz Zafón. La maratón de lectura quijotesca. Un aniversario de dos muertes ilustres. Lo que viene siendo el Día Internacional del Libro y de los Derechos de Autor, según la UNESCO; o Sant Jordi, según la zona. Qué bonito es acordarnos de que una vez nos explicaron que leer es intrínsecamente bueno, aunque sea por un día. Los que leen también el resto del año, y además se percataron hace tiempo que tomar el continente por el contenido es una atrocidad, arrugan la nariz y esperan a que llegue el 24 de abril, cual Marilyn Manson en la noche de Halloween. Por suerte, algunos de ellos han tomado la iniciativa: el resultado es Hitler de pequeño leía mucho, un fanzine contra la lectura que, como no podía ser de otro modo, es de lectura obligada para todos los visitantes de este blog. Porque lo digo yo y porque sé que vosotros también lo véis claro. El proyecto nació en este elocuente post de Hijo Tonto, líder de un equipo de colaboradores que incluye a Rubén Lardín, Grace Morales, Sark, Minchinela, Lindyhomer o Ingram. Y eunice, responsable del diseño, se marca una guía ilustrada de cómo sacarle partido a un best seller justo al final. En resumen, la pieza más efectiva de terrorismo literario desde "Un libro", de Marlo.

La lista Z

La lista Z

Es una verdad universalmente reconocida que cualquier novela es un 78% más divertida* con zombis añadidos. En caso de que alguien necesitase una prueba, ahí está Pride and Prejudice and Zombies, de Seth Grahame-Smith, una novela que integra los pasajes gore y toda la acción ninja que Jane Austen dejó fuera en su manuscrito de 1813. Estoy esperando a que Amazon deposite delicadamente una copia en mi buzón, por lo que no puedo asegurar del todo si la estrategia se queda en una broma conceptual o si, por el contrario, establece un juego inteligente y a varios niveles con un clásico de la literatura anglosajona. La práctica totalidad de las críticas que he leído apuestan por lo segundo, mientras que la lista de los más vendidos de "The New York Times" ha encumbrado la epopeya zombi de los Bennet hasta el tercer puesto. ¡Si ya tenemos incluso una adaptación cinematográfica en marcha, destinada a eliminar de nuestra memoria el recuerdo de Anne Hathaway en "Becoming Jane"! Reconozcámoslo: los muertos vivientes se llevan muy bien con los clásicos de la literatura highbrow. Por ello, y en beneficio de todos esos estudiantes que deben bregar con lecturas aburridas en sus clases de Lengua, este blog presenta una lista de sugerencias para escritores como Grahame-Smith. Es lo que he dado en llamar... ¡¡La lista Z!!

  • "Cumbres borrascosas con zombis": Es la historia de amor más allá de la muerte por excelencia, así que no importará demasiado hacerla un poco más explícita. Puede que a Emily Brontë, con sus bajonas y su tuberculosis, le gustase la idea de que el fantasma de Catherine se lleve al pobre Heathcliff al final, pero un zombi putrefacto y lleno de rencor le vendría mejor a la historia. Además, eso nos llevaría a un guiño final a "Shaun of the Death", con todos los personajes apaleando a Cathy-zombi a ritmo de "Wuthering Heights", de Kate Bush.
  • "Ulises con zombis": La vida en un día de Leopold Bloom, pero no en un día normal. El 16 de junio de 1904, una peligrosa cepa empieza a propagarse por todo Dublín. ¿Conseguirá Leopold reunirse con Molly antes de que los infectados lleguen a su casa-fortaleza? ¿Lo conseguirá? Oh, sí, digo, sí, lo conseguirá, sí.
  • "Cien años de soledad con zombis": Macondo, último baluarte de la humanidad frenta a la amenaza zombi. La familia Buendía ha vivido allí durante siete generaciones, pero las cosas no marchan del todo bien en la guerra contra los muertos vivientes. Finalmente, Aureliano consigue firmar un tratado de paz con el enemigo y, acto seguido, se dispara en el pecho. Ahora es uno de ellos. Disfruta de esta opus magna del realismo mágico, convertida ahora en auténtico gore mágico y con un 45% más de incestos en cada capítulo.
  • "Romeo y Julieta con zombis": En realidad, es una secuela. Empieza inmediatamente después de que acabe el monólogo final de Escalo: "Unos obtendrán perdón y otros castigo, pero nunca hubo historia más dolorosa que esta de Julieta y su Rom... Un momento, ¿qué...?".
  • "Crimen y castigo con zombis": Ah, la culpa, el dilema moral, la alienación, el sentimiento de inferioridad, el delirio, los peligros del utilitarismo, la rebelión contra Dios, el nihilismo... Grandes temas, grandes temas. Pero, ¿y si nos dejamos de tonterías existencialistas y hacemos que la viejuna se levante de su tumba y le enseñe a Raskolnikov lo que es el tormento verdadero? ¡Ey, ya no estamos en la Rusia zarista!
  • "Frankenstein o el moderno Prometeo con zombis": Espera un maldito momento...

(*) "El Emperador de los Helados" estima. 

Nuevo orden mundial

Nuevo orden mundial

Ultimamente estoy leyendo mucho sobre los Illuminati (ey, hasta me he hecho fan suyo en Facebook), por razones que ni siquiera yo comprendo del todo. Así que no me pidáis que las ponga por escrito. Lo que sí puedo hacer es compartir con vosotros, amigos y vecinos, mi último descubrimiento: The Billuminati, un desconcertante librito de doce páginas editado por Clever Nettle. La cosa va de... de... Mirad, no puedo explicarlo: será mejor que os deje con la descripción oficial.

This booklet is a collection of original illustrations: selected portraits of the members of a secret society known as the Billuminati. Inside you will find nine different portraits of some of the world's favorite Bills & Williams, from actors to presidents. This project is a combination of secret fake history, humor and art.

Bill Murray
Bill Nye the Science Guy
Bill Cosby
William H. Macy
Bill Clinton
Billy Corgan
Billy Bob Thornton
Wilfred Brimley
Billy Dee Williams

The original black & white portraits were worked on over several months and were drawn in ink on a larger format but have been compacted into a nice little 8.5 x 7" booklet that is 12 pages long. 

Remember - VIRTUE and SILENCE.

Bill Murray vestido como los masones de "From Hell". ¡Hay algo absolutamente genial en todo esto!

A su salud

A su salud

Esta noche, centenares de personas tienen previsto reunirse frente a la tumba de Edgar Allan Poe, en un acto que pretende celebrar el bicentenario del divino autor de "Annabel Lee". Sin embargo, hay alguien que ya lo ha hecho. Es más: si nos dejamos llevar por la leyenda, hay alguien que lleva haciéndolo todas las mañanas del 19 de enero desde 1949, es decir, desde el primer centenario del nacimiento de Poe. Es de suponer que los fastos de este año no habrán amendrentado al Poe Toaster, nombre con el que se conoce a la misteriosa figura masculina que, ataviada con un largo abrigo negro, deposita anualmente tres rosas rojas y una botella (medio vacía) de coñac a los pies de la lápida. A la espera de que algún medio se haga eco de los posibles avistamientos de este año (el Poe Toaster suele acudir a su cita a primera hora de la mañana), repasemos algunas de las claves de la leyenda.

La Edgar Allan Poe Society de Baltimore cree que han existido dos Toasters: el original estuvo en activo desde el 49 hasta 1998, año en que aparentemente falleció, no sin antes nombrar a un sucesor, su propio hijo, que es quien brinda a la salud de Poe actualmente. Todo esto se ha inferido a través de las notas que el primer Toaster solía dejar junto a sus ofrendas: así, en 1993, miembros de la EAP Society encontraron una frase ("La antorcha será pasada") que les llevó a pensar en una posible enfermedad. La nota de 1999 aclaraba del todo la historia: el firmante se identificaba como el hijo del primer Toaster, por lo que el legado familiar se encontraba en buenas manos. A partir de entonces, los muchos curiosos que afirman haber visto al misterioso brindador aseguran que se trata de alguien más joven. Pero esa no es la única señal de cambio: las notas dejadas por este nuevo Toaster suelen ser más específicas que las originales, lo que ha llevado a muchos a pensar que se trata de uno o varios impostores. Así, la nota de 2004 incluía una puya a Francia, algo que muchos amantes de Poe consideraron inapropiado y que, dos años después, provocó una reacción que estuvo a punto de acabar con la leyenda. La intervención de Jeff Jerome, encargado del Poe Museum, impidió in extremis que un grupo de aproximadamente sesenta personas atacara y desenmascarara al Toaster, mientras este se disponía a cumplir con su tradición anual. A partir de entonces, el tipo ha mostrado mucha más cautela en sus notas.

Si el Toaster deja todos los años tres rosas rojas (que supuestamente representan a Poe, a Virginia Clemm y a la madrastra de esta) en un cementerio de Baltimore, sería maravilloso que la librería madrileña Tres rosas amarillas convirtiera también en tradición el homenaje al autor que celebró el pasado sábado. Por desgracia, yo no pude acudir: ¿alguien fue y tiene a bien dejar sus impresiones en los comentarios? Si finalmente se convierte en nuestro Toast particular, prometo no faltar... nunca más.

Ni un pelo de imbécil

Ni un pelo de imbécil

Lardinianos todos, congratulémonos: "Imbécil y desnudo", su último blog perdido, acaba de ser rescatado en forma de libro. Así es, ya podremos colocar en la estantería el pensamiento de Rubén Lardín, recogido en un tomo que, además, se perfila como un idóneo regalo de navidad. Por ahora, "Imbécil y desnudo" se puede adquirir principalmente a través de la web de Ediciones Leteo, pero pronto llegará a las librerías. Como dije en el Focoforo, el lector que aún no esté familiarizado con la prosa de Lardín es un ser envidiable, pues no se puede hacer una idea de lo que le espera en este libro imprescindible.

Biblioteca de Clásicos Heladeros: "The History of the Science-Fiction Magazine"

Biblioteca de Clásicos Heladeros: "The History of the Science-Fiction Magazine"

Perdón por la ausencia de posteos durante estos últimos días, pero es que estaba en Rusia, intentando localizar una cabeza nuclear perdida antes de que cayera en manos de terroristas, con ayuda de una atractiva doctora de la Casa Blanca... En realidad, eso no es lo que me ha pasado, sino el argumento de la película "El pacificador". Lo importante es que ya estoy de vuelta, ¿verdad? Y lo más importante es que ha vuelto la Biblioteca de Clásicos Marcianos, rebautizada como la Biblioteca de Clásicos Heladeros porque... bueno, porque nunca me gustó su nombre original.

The History of the Science-Fiction Magazine, editado por Michael Ashley, no es fácil de encontrar en buen estado: los dos volúmenes que tengo yo (el primero, de 1926 a 1935; el segundo, de 1936 a 1945) son muy de segunda mano, pero también son una fuente de sabiduría impresionante. Ashley es el bibliógrafo británico que se encarga de la seroe "Mammoth", recopilación periódica de los relatos cortos más destacados de todas y cada una de las ramas de la ciencia-ficción y la fantasía. Su labor en nuestro clásico de hoy fue muy similar: publicada a mediados de los años setenta, cada volumen de "The History of the Science-Fiction Magazine" consta de dos partes. En la primera, Ashley ejerce de historiador pop, contando desde el principio la asombrosa evolución de las revistas de ciencia-ficción en Estados Unidos: desde los primeros años de la pulp fiction hasta bien pasado el ecuador del siglo XX, sobreviviendo a una depresión, una guerra mundial, dos bombas atómicas y el boom de la serie B. La segunda parte es el verdadero plato principal, ya que el autor recoge los mejores relatos que se publicaron en cada una de las revistas y en cada una de las etapas que ha resumido en el prefacio. Hay auténticas joyas, como "The 4-Sided Triangle" (de William F. Temple, todo un hito de la ficción con mad doctor) o ese excelentísimo "Almost Human" de Robert Bloch, así como (más adelante) los primeros trabajos publicados de Robert Heinlein o A.E. van Vogt. En suma, una enciclopedia que contiene las hazañas de los que probablemente sean los auténticos héroes literarios del siglo XX: paperback writers capaces de engendrar, en unas condiciones y con unos plazos poco benélovos, verdaderos clásicos del género. Su asombrosa creatividad alimentó la imaginación (y los sueños, y las pesadillas) de los jóvenes de toda una nación, un fenómeno absolutamente irrepetible y que, por tanto, marcó toda una era.

La era Lovecraft

La era Lovecraft

La Antártida, 14 de octubre de 2008. Un equipo de científicos británicos está a punto de inicar una exploración a través de los Gamburtsev, una misteriosa cordillera de montañas, enterrada varios kilómetros por debajo del hielo. Nadie sabe cómo es posible que la cordillera se hayan formado en el centro mismo del continente (suelen estar en los bordes), mucho menos cómo llegó hasta tan abajo. "Es casi como si un arqueólogo abriese la tumba de una pirámide y se encontrara a un astronauta allí sentado", dice el doctor Robin Bell, del Lamont-Doherty Earth Observatory. "No debería estar ahí".

Es evidente que los miembros de la expedición AGAP (Antartica’s Gamburtsev Province) no han leído "En las montañas de la locura": de lo contrario, jamás habrían osado plantear tamañan insensatez. De todos modos, esta noticia pone de manifiesto que H.P. Lovecraft, como todos los grandes genios de la literatura, no sólo no pasa nunca de moda, sino que cada vez está más vivo. Ocurre algo parecido con J.G. Ballard, algo que la exposición del CCCB Autopista al nuevo milenio (comisariada, como todo el mundo sabe, por Jordi Costa) se ha encargado de poner de manifiesto. Corran a verla los que puedan, que un servidor nunca se perdonará el habérsela perdido. Volviendo al maestro de Providence, él también tiene su gran evento-celebración: la CthulhuCon, enmarcada dentro del H.P. Lovecraft Film Festival, que se celebra cada año en Portland, Oregon. Esta edición, además de tener un sensacional póster al estilo del icónico "Change" de Obama, ha contado con la presencia de Mike Mignola y ha programado una multitudinaria reposición de Cthulhu, el más ambicioso largometraje lovecraftiano hasta la fecha, que se precisamente estrenó en la edición del año pasado.

No acaban ahí las nuevas manifestaciones del espíritu de Lovecraft. Amando de Ossodio, reconocido experto en la materia, ha abierto un nuevo blog monográfico, Necronomicon, cuyo post inaugural anunció la vigencia del autor de "El horror de Dunwich" mucho mejor de lo que yo podría hacer jamás. Y, por supuesto, El joven Lovecraft sigue enriqueciendo su delicioso universo con cada nueva tira. Aún no tenemos noticias del éxito de la expedición AGAP, pero quizá lo más sensato que podemos hacer sea empezar a rezar por sus almas.

 Wayback Machine!  A estas alturas, hastas nuestras vecinas más ancianas han visto "Shaun of the Dead", pero cuando escribí Shaun de los zombis (Halloween 2004), nadie en la blogosfera española había hablado de ella, ni siquiera por encima. No es por colgarme medallas: eran, definitivamente, otros tiempos.

Libro del año

Libro del año

Christopher Walken A to Z: The Man -The Movies -The Legend es justo lo que mi obsesión con Christopher Walken necesitaba: 288 páginas de fraseo entrecortado, pelos rarísimos, papeles de culto y una capacidad extraordinaria para la danza. Por no hablar de sus poco conocidas dotes culinarias (incluso a su gato parece gustarle ese plato que prepara). En suma, el libro promete darnos todo Walken, y nada más que Walken. Que es más de lo que pueden prometer la inmensa mayoría de los libros que conozco.

Sin duda, uno de los capítulos más esperados de lo que con toda seguridad sea una obra magna es aquel que se refiera a su relación con "Saturday Night Live". Y no estoy hablando solamente de "More cowbell" (que también), sino de uno de los mejores personajes recurrentes de todo el programa: The Continental. Macho alfa con clase y buen gusto, este sofisticado mujeriego ha aparecido en seis gloriosos sketches, en los que sus irreprochables (para él mismo) dotes de seductor se ven comprometidas por una actitud que, en el peor de los casos, le hace parecer un depredador sexual desesperado. Aparte de su catchphrase ("Wowie-wow-wow-wow!"), lo mejor de The Continental es que siempre aparece en largos planos secuencia subjetivos, y nadie en su sano juicio le diría que no a un largo plano secuencia protagonizado por Chris Walken.

Ahora, todos juntos: "DOS RATONES. Caen... En un cuenco. De LECHE".

Sub-literatura

Sub-literatura

Organizar los libros de tus estanterías puede convertirse en una tarea divertida y un tanto enfermiza. Yo soy fan: por autor, por año de publicación, por tamaño, por orden de lectura... Las posibilidades son casi ilimitadas. Ahora, Nina Katchadourian ha descubierto otro patrón: el orden narrativo. Es decir, que los lomos de tus novelas favoritas pueden formar una micronovela completamente nueva si se combinan sabiamente. Los resultados pueden ser tan intrigantes como ese "How to write very bad poetry: keep watching the sky, unlock the origin of the world" que le ha salido a Katchadourian. ¡Mi turno!: "Los lobos del Calla pégate un tiro para sobrevivir Franquismo Pop cuando Alice se subió a la mesa los tres estigmas de Palmer Eldritch".

Vale, creo que voy a necesitar un poco de práctica.

Más DFW

Más DFW

Superada la etapa de negación, cada uno empieza a afrontar a su manera el hecho de que David Foster Wallace ha muerto. Lindyhomer, uno de sus mayores exegetas en nuestro país, le dedica un sentido post. Alvy Singer enlaza el último número de la revista literaria en la que colabora, Hermano Cerdo, que incluye una reflexión de Javier Moreno sobre el modo en que el autor de "La broma infinita" ha decidido abandonarnos. Precisamente ayer, un amigo me comentaba que se imagina su suicidio como el de Ian Curtis en la película "24 Hour Party People": en elipsis. Esos momentos previos (y, por supuesto, el propio acto) constituyen un espacio en blanco que nadie tiene el derecho de rellenar. Nunca llegaremos a entender del todo por qué se colgó DFW, porque entenderlo no es asunto nuestro. Con todo, la metáfora del guía que se arroja al abismo sobre el que segundos antes nos había advertido parece bastante acertada.

Ese amigo mío también se preguntaba si John McCain se había pronunciado ya sobre la muerte de alguien que no sólo fue uno de los literatos más importantes de Norteamérica, sino que también ejerció de cronista de lujo en su campaña para las presidenciales de 2000. Ese brillante texto, titulado "Up, Simba!" publicado (una versión mutilada del mismo, que diría el propio DFW) en la "Rolling Stone", sirve para conocer mejor al actual aspirante a la Casa Blanca, al tiempo que para comprobar hasta qué punto el McCain ’00 dista del McCain ’08. Quizá la muerte del escritor, con el boom de ventas de sus obras que eso conlleva, impulse a muchos estadounidenses a leer McCain’s Promise, una reedición de sus crónicas de campaña, publicada meses antes de su desaparición. Y quizá, sólo quizá, eso le haga ganar votos al candidato republicano. Así que sí, creo que McCain debería haberse pronunciado.

Para terminar, algunos superan la muerte de DFW a través del homenaje (concretamente, a "Up, Simba!"). Aunque es curioso, muy curioso que no lo citen por ningún lado...

Amante vampiro (I)

Amante vampiro (I)

"Es la segunda venida de los Beatles". Así describió Entertainment Weekly la reacción de las decenas de fans histéricas que se congreban en el panel de "Twilight" (la película, de estreno el 21 de noviembre) en la Comic-Con de este año. En consecuencia, la revista norteamericana le dedicó una portada al fenómeno: no sólo fue uno de los números más vendidos de los últimos tiempos, sino que también obtuvo alrededor de 200 comentarios en su página web, cuando la media son unos cincuenta. Que nadie se engañe: "Twilight", conocida entre nosotros como "Crepúsculo" y editada por Alfaguara, va a espolear un fenómeno de proporciones estratosféricas tan pronto como se estrene la película. Y cuando uno lee la primera entrega de la saga, la pregunta no es por qué. La pregunta es: ¿cómo iba a ser de otro modo?

Como toda autora de best sellers, Stephenie Meyer posee una astucia fuera de toda duda, más allá de su habilidad como narradora. Su gran acierto ha sido cocinar una ficción razonablemente ambiciosa dirigida al target más apetecible y, al mismo tiempo, más complicado del mercado editorial: las adolescentes y pre-adolescentes, las únicas lectoras capaces de apasionarse de verdad con una historia que consiga llegarles al corazón cual estaca de madera. Meyer parece haber estudiado a conciencia el fenómeno "Harry Potter", y el resultado es una saga que casi podría considerarse su versión tween, aunque también supone el primer gran éxito superventas de un subgénero (el romance paranormal) que lleva décadas haciendo furor a pequeña escala. "Twilight", con su exagerada angustia adolescente y su forma de recrearse en el romance prohibido, tiene la textura de una fan fiction más que de un trabajo original. Es más: podría considerarse la primera fan fiction original de la historia. Y es tremendamente marysueista, por supuesto.

En caso de que no seas una adolescente de 14 años, ahí va un resumen de las bases de "Twilight": Bella Swan es una bastante normal que se muda a Forks (Washington), el pueblo más lluvioso de todo Estados Unidos, para vivir con su padre ausente. En el instituto conoce a Edward Cullen, un extraño y extremadamente pálido joven que parece sentirse incómodo en presencia de la protagonista. Algo relacionado con que es un vampiro centenario y que, bueno, hay una gran posibilidad de que Bella podría ser su tan ansiada alma gemela. También influye el hecho de que Edward debe luchar contra el poderoso deseo de abrirle la yugular cada vez que están cerca. La mezcla culmina con otra facción de vampiros, mucho más sanguinarios que Edward, pero igual de jóvenes y ridículamente bellos, algo en lo que profundizaremos más en la segunda parte de este post especial.

Hay un dato aparentemente secundario, pero fundamental para comprender un fenómeno de esta magnitud: Stephenie Meyer es mormona. Lo cual explica la celebración de la abstinencia sexual que recorre toda su saga (el contacto físico entre Bella y Edward podría desembocar en una muerte horrible), pero también se convierte en el secreto involuntario de su éxito. Si los protagonistas cumpliesen el deseo de todo lector adulto y consumasen su amor en el primer volumen de la saga (convirtiendo a esta de paso en un festival de gore y sexo vampírico), es muy posible que "Twilight" no fuera ni la mitad de popular de lo que es hoy. Ese erotismo implícito, esta tensión sexual no resuelta (y raramente verbalizada), ese deseo incómodo y peligroso rima perfectamente con la revolución hormonal adolescente de sus lectoras tipo. "Twilight", como los Jonas Brothers, es la demostración palpable de que el mercado de la cultura teenager encuentra sexy la abstinencia sexual. Y es muy posible que esa sea también la clave de la devaluación del vampiro como arquetipo de horror, algo de lo que seguiremos hablando mañana, en la secuela de este post.

David Foster Wallace (1962 - 2008)

David Foster Wallace (1962 - 2008)

No sé cómo empezar este post. Quizá lo mejor sea afrontar lo obvio: DFW ha muerto. Ya no hay, ya no habrá más DFW. Uno de los mejores literatos norteamericanos de todos los tiempos (no digo esto porque esté conmicionado: ya lo decía cuando él estaba vivo) se suicidó en su casa de California en algún momento del viernes 12 de septiembre de 2008, y su cuerpo (ahorcado) fue hallado por su mujer a las 21.30 de ese mismo día. De momento, se desconocen las razones que le llevaron a tomar esa decisión.

Foster Wallace es el autor de mi novela preferida, "La broma infinita" (1996, editada aquí por Mondadori). También era un ensayista magnífico, como demuestra su insuperable "E Unibus Pluram", una influyente y asombrosamente lúcida reflexión sobre los vasos comunicantes que unen la televisión y la literatura de ficción norteamericana de los últimos años (incluido en algunas ediciones de "Algo supuestamente divertido que nunca más volveré a hacer", de 1997). Su afán por superar la posmodernidad le llevó a darle una segunda parte al "Lost in the Funhouse" de John Barth, titulada "Hacia el Oeste, el avance del imperio continúa" (1989) y, en muchos sentidos, superior al original. Llevaba propulsando la ficción histérica hasta cotas insólitas desde su primera novela, "The Broom of the Sistem" (1986), en un camino de perfección progresivamente más complejo que culminó en "Extinción" (2004), una colección de relatos que iban de lo impenetrable a lo absolutamente magistral. Escribió un tratado, "Everything and More" (2003), sobre la noción matemática del infinito. Convirtió a iconos y enclaves de la cultura popular, como la sala de espera del show de David Letterman o los premios pornográficos AVN, en material para confeccionar alta literatura. Fue capaz de resultar increíblemente interesante al tratar asuntos como la gramática anglosajona (y su obsesión con ella) o el monólogo interior de una persona compulsivamente deprimida. Convirtió las notas a pie de página en auténticas subestructuras dentro de sus trabajos principales. También era profesor de escritura creativa en la universidad de Pomona y escribió algunas ideas incómodas (seguramente, su último trabajo publicado) sobre lo que significa sentirse seguro en la Norteamérica contemporánea para el número de noviembre de la revista "The Atlantic".

Es una noticia trágica, muy trágica, para todos los que seguíamos y admirábamos su elegante, intrigante prosa. Es muy probable que su muerte haga que pasajes de "La broma infinita" o cierto relato de "Entrevistas breves con hombres repulsivos" (1999) se vuelvan aún más perturbadores. De lo que no cabe la menor duda es de que DFW deja un hueco inmenso e irremplazable en el panorama literario actual, cada vez menos dado a la experimentación y al arte casi perdido de desafiar al lector en cada página.

A ver si esto no es raro

A ver si esto no es raro

"Ha leído usted ese informe de Kissinger que se supone que envió al Consejo de Seguridad Nacional en 1974? ¿Ese informe en el que Henry Kissinger avisa de que la mayor amenaza para el futuro de los norteamericanos es la superpoblación en los países del Tercer Mundo? ¿Cómo decía? ¿Que necesitamos los minerales y los recursos naturales de África? ¿Y que, muy pronto, aquellas repúblicas bananeras iban a ser derrocadas mientras sus poblaciones aumentaban en exceso? ¿Y que la única forma en que Estados Unidos podía proteger su prosperidad y su estabilidad política era despoblar el Tercer Mundo?

¿Debería sorprendernos que el virus del sida apareciera aproximadamente en 1975?

¿Entiende usted lo que significa el término "despoblar"?"

Rant, de Chuck Palahniuk, es básicamente la novela por la que yo mataría. En serio, sería capaz de asesinar a alguien a sangre fría y con mis propias manos con tal de poder haberla escrito yo, en lugar de un tipo de Oregon que, maldita sea, no parece capaz de publicar nada que esté por debajo de "brillante". Además de la mayor depuración del tema rector de toda la literatura palahnuikiana (el Anti-Mesías), "Rant" es su primera incursión en la ciencia-ficción, tan llena de tributos a los maestros —Ballard a la cabeza— como rabiosamente original. Rabiosamente. Nunca mejor dicho.