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Blockbusters '08: "Speed Racer"

El cielo es el límite para los dos cineastas más enigmáticos y ambiciosos del nuevo milenio: en menos de diez años, los hermanos Wachowski han destilado una antológica y jamás superada muestra de blockbuster cerebral ("Matrix"), han edificado una inabarcable mitología multimedia que no hace distinciones entre alta y baja cultura (cuyo mayor logro sea, quizá, "Animatrix"), han metido cucharada hasta el fondo en la única adaptacíón de una obra de Alan Moore que no apesta ("V de Vendetta") y, ahora, han rodado la primera cinta de animación en imagen real. Como "Beowulf" y "Casshern", "Speed Racer" es una de esas obras de vanguardia digital que se abre paso a machetazos entre la frondosa jungla que nos separa de un cada vez más cercano cine del futuro; como "Sky Captain" y "Sin City", no es tanto una película como la traducción al lenguaje cinematográfico de los códigos y formas de otros medios de expresión. En este caso, los directores construyen un tren no eléctrico, sino supersónico, a partir de la fusión del universo anime con los principios rectores del mundo del videojuego, dando como resultado un todo excesivo, caleidoscópico, arrebatador y encauzado por las reglas más diáfanas del blockbuster modelo Joel Silver. "Speed Racer" funciona como obra medularmente pop y autoconsciente hasta el extremo de su ligereza, pero también puede verse como una muestra de los nuevos caminos que la hiperrealidad y la superación de lo posmoderno (por algo que aún no tiene nombre, pero que definitivamente está contenido en esta película) pueden emprender en el Hollywood de los próximos cinco años.

Inspirada en una de las series pioneras de la animación japonesa, "Speed Racer" esconde otra referencia clave para que el espectador sepa cómo enfrentarse ante lo que ve en pantalla: la carrera de automóviles climática de "El castillo de Cagliostro" (1979), segunda aventura en la gran pantalla de Lupín III, considerada por los sibaritas de Hayao Miyazaki como una de las piezas claves del maestro. Su influencia en las imposibles pistas de carreras del filme de los Wachowski es realmente insoslayable: sólo Miyazaki había mostrado el mismo interés por convertir las secuencias de conducción en un espacio para el derroche de imaginación, la arbitrariedad y un sentido de la maravilla que está por encima de la física elemental. No es el único secreto de las carreras automovilísticas de "Speed Racer" (en las que el recuerdo de "Los autos locos" se da la mano con elementos extraídos de los videojuegos de conducción más avanzados), pero conviene tenerlo en cuenta a la hora de juzgar a una cinta que se guía antes por la lógica del anime que por la de las insípidas persecuciones del cine de acción en imagen real: para entendernos, es como si los directores hubieran cogido la secuencia de la autopista de "Matrix Reloaded" y la hubiesen subido hasta el once, liberándose de todo tipo de limitaciones. Ahora, los pilotos pueden dialogar en un falso plano-secuencia que nos acerca a sus rostros en pleno fervor de la carrera, por no hablar de la cantidad de ases en la manga que los Wachowski se reservan para la electrizante, apoteósica última carrera. "Speed Racer" es la primera película de efectos especiales que no los concibe como un mero apoyo, sino como la paleta con la que pintar una deslumbrante realidad alternativa.

No es esta una de esas películas que se lo pongan precisamente fácil al escéptico: su apuesta por el sentido del humor transparentemente idiota, su exceso de diálogos rimbombantes (un vicio adquirido en las secuelas de "Matrix"), su ampuloso estilo visual y su inclinación hacia el artificio sobreactuado parecen pensados para epatar, y mucho, a todo el que decida no entrar en su juego. Tampoco ayuda el hecho de que se plantee a sí misma como una película infantil (o, al menos, para toda la familia) y, al mismo tiempo, tenga una trama enrevesada —algo acerca de megacorporaciones con conexiones con la mafia y pactos para fusionarse—, un arranque de gran complejidad estructural y una Cristina Ricci muy, muy erotizada. Sin embargo, "Speed Racer" es una de esas películas extrañas y luminosas que exigen un salto de fe: su trivial excusa argumental es la base sobre la que los Wachowski construyen una espectacular y heterodoxa celebración del placer cinéfago, con una rara habilidad para aniquilar la distancia irónica sin tomarse en serio a sí misma y una capacidad para fascinar similar a la de un éxito de j-pop.

 VEREDICTO: Una propuesta arriesgada que está pensada para dividir al público de manera feroz: no hay duda de que estamos ante la película a amar/odiar del verano. Su delicioso sentido del exceso y su irresistible condición de puro arte pop obliga a este blog a llamar ignorantes a todos los que la describan como un delirio visual vacuo e inductor de epilepsia

TERMÓMETRO:     (4/5)

14 comentarios

Libertino -

La he visto hoy, en alta definición, y he fli-pa-do
Había jurado que nunca más vería una peli de estos tipos, pero es que Speed Racer es una peli que "está buena", como lo pueda estar Kira Miró o Cameron Diaz. Es... otra cosa y tiene "la pelea"
El finde repito con colegas que no la han visto FIJO

Don Lindyhomer -

No se crea, era un texto de espectador entusiasta. La fui a ver otra vez con ánimo de diseccionar, y encontré mayor fundamento del que esperaba, incluso a nivel de guión. Estoy escribiendo un ejercicio más académico de cinco páginas, ya se lo pasaré.

Noel -

Cierto es, Don Lindyhomer. De todos modos, mi critiquilla no tiene mucho qure hacer frente a su gran, gran texto speedraceriano.

Don Lindyhomer -

Emperador, escribí mi comentario a speed racer sin leer su reseña. De haberlo hecho no me hubiera sentido tan solo mientras lo hacía... Me da cierta tranquilidad que nuestra intuición corriera por senderos similares.

EKI -

AWESOMBROSA.

Salanova -

Es una maravilla. Visualmente es arrolladora, y el sentido de la espectacularidad que tienen Los Wachowski es infinito. Los primeros veinte minutos puede que no sean superados en toda la película porque es realmente increíble como mezcla dos carreras espectaculares y un flashback divertidísimo sin perder la espectacularidad.

Noel -

¡Cierto es! Me alegro de que hayan disfrutado.

absence -

Pues absencito y yo hemos disfrutado.
Por cierto, habria que añadir otro referente: La carrera de la muerte del año 2000. El look de Racer X es clavadito al de Frankenstein/Carredine.

Noel -

Je, je. No sé. yo creo que todos esos colores le van a chiflar.

absence -

¿puedo llevar a absencito esta tarde o la ve a dar un síncope?

EKI -

Esta es la película que me he pedido en IMAX para este año... si sólo el trailer ya parece espectacular, no hago sino babear cada vez que pienso en pantalla por todos lados...

Libertino -

No puedo ir al pase de Indy!!!!!!!!

Señor Toldo -

¡Bravo! Tengo unas ganazas tremendas. Como no me la pongan en v.o. en los Ideal o algún sitio pienso quemar el local. Con lo de Lupin III me ha matado.

Salanova -

¡SÍ! ¡VIVA! "e "Speed Racer" (en las que el recuerdo de "Los autos locos" se da la mano con elementos extraídos de los videojuegos de conducción más avanzados" Sólo por ello vería la película.