La película de Michel Gondry que ya deberías haber visto...
... aparte, por supuesto, de Rebobine, por favor, el estreno más importante de la temporada. De hecho, muchos de los pilares fundamentales de esta obra maestra, como la presencia de Mos Def o la recreación de la leyenda de Fats Waller, no se pueden entender sin la existencia de Dave Chappelle’s Block Party, documental que el realizador galo estrenó en salas comerciales de Estados Unidos e Inglaterra en la primavera de 2006. A primera vista, podríamos considerarlo como un trabajo menor —el nombre del popular cómico aparece incluso en el título, por lo que no hay duda de quién es la verdadera estrella—, pero lo cierto es que este proyecto terminó de afianzar el interés de Gondry por la cultura afroamericana de Nueva York y alrededores, algo que (a la vista de su última película) ha incorporado de forma decisiva a su discurso creativo. Básicamente, "Block Party" se inspira en el "Wattstax" de Mel Stuart y se articula en torno al macroconcierto callejero que Chappelle organizó, allá por septiembre de 2004, en la esquina de Brooklyn que le vio crecer. No obstante, cuando la cámara de Gondry sigue al sensacional cómico mientras promociona (él solito) su evento, uno tiene la sensación de que la película va de mucho más que eso: no es habitual que una superestrella de la televisión como era en ese momento Chappelle recorra barrios deprimidos de todo el país para invitar (e incluso pagar el desplazamiento) a su gente a un concierto gratuito en el que actúan Kanye West, Mos Def o Lauryn Hill. "Block Party" supone la celebración de una cultura de la integración, que se tuvo que forjar a la fuerza precisamente porque la cultura blanca era demasiado segregadora (el propio Gondry reconoce que lo que más le fascina de la cultura musical afroamericana es que tuvieron que construirla desde cero y sin ayuda de nadie, ya que no les era permitida la entrada a las discotecas para blancos). Es posible que se eche de menos la inventiva visual marca de la casa, pero este documental es un trabajo demasiado notable como para que los fanáticos de Gondry lo pasen de largo: si conoces y amas esta música, tienes tickets de primera para una fiesta inolvidable; si no comulgas con el hip hop, es un retrato fascinante de toda una subcultura y de una manera de entender la vida.
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