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Los archivos de EL EMPERADOR DE LOS HELADOS

Operación Casting

Operación Casting En "Muertos de risa" (1999), la mejor película de Álex de la Iglesia, Bruno (El Gran Wyoming) organizaba un multitudinario casting para encontrar al sucesor de Nino (Santiago Segura), su pareja cómica, o su tonto masoquista particular, recientemente encarcelado. Los asistentes al evento eran personas cualificadas, actores y actrices con talento, que no sabían que el objetivo de todo aquello era más bien simple: recibir una bofetada en la cara. O sea, que el casting no estaba pensado como trampolín de nada, sino como un ejercicio de crueldad destinado a buscar al payaso que más risa (o más pena) diera al recibir las hostias. Ahora venía una metáfora, pero... ¿hace falta que la escriba? Todos hemos visto los castings de la inminente cuarta edición de "Operación Triunfo", así que sospecho que no hace falta que la escriba.

Al espectador avispado no le costará mucho descubrir el secreto de este programa diario, auténtico récord de audiencia (algo insólito para un espacio pre-prime time de media hora de duración) que va camino de convertirse en fenómeno de masas, independientemente de la suerte del reality al que prologa: la mezcla de secreta identificación y sensación de superioridad que proporcionan los aspirantes a la audiencia. Me explico: el programa divide temáticamente a su ganad... perdón, a sus participantes en dos bloques, que denominaremos Gente normal y Freaks (aunque las fronteras entre ambos grupos están mucho menos claras de lo que los responsables de la cadena opinan). Así, este formato de telerrealidad bastarda tiene mucho que ver con la narrativa clásica: por un lado, tenemos al joven de origen humilde que debe dejar atrás su inocencia para conseguir su sueño o a alcanzar su destino (llámese Arturo, Luke Skywalker o David Bustamante); por el otro, tenemos a los bufones, a los pobres infelices que rebajarán la carga dramática del duro camino del héroe y nos harán reír gracias a sus cómicos intentos de emularle. El programa ofrece todo eso en un tiempo récord y con una capacidad de síntesis extraordinaria, además de contar con el valor añadido de que los héroes y los bufones son gente real, y no actores interpretando un papel. En ese sentido, el programa aumenta considerablemente el listón con respecto a otros similares: los aspirantes no son trece personas que entran a una casa vigilada a ver si ganan un premio en metálico y/o un puesto de colaborador donde sea, sino miles de infelices que acuden a Telecinco con la esperanza (y, en algunos casos, con el convencimiento) de que su vida va a cambiar desde el preciso instante en que cojan el micrófono.

Como toda la no ficción televisiva del siglo XXI, "OT: El casting" basa su éxito en la crueldad inmisericorde camuflada de espectáculo: cuando una aspirante (que previamente nos había dicho que el último deseo de su abuela fallecida fue que ella entrase en el programa) es sometida a uno de los mayores ridículos que se me ocurren (o sea, bailar y cantar bajo la mirada inquisitorial de una cantautora fracasada y un ex-miembro de La Trinca) para luego no ser admitida, la cámara hace un primer plano sobre su cara y -como diría Bart Simpson- congela el momento exacto en que se le parte el corazón. No sólo eso, sino que además seguimos a esa aspirante humillada y rechazada a cámara lenta mientras sale del edificio, con sus declaraciones de impotencia en off y fondo musical de piano. Uno casi podría decir que los responsables del programa se recrean más en esas tremendas escenas de llanto de estos pobres imbéciles que en la alegría de los triunfadores.

Y son precisamente los triunfadores lo que más repugnancia me produce de este show. Tras haber visto unos cuantos castings, puedo decir que el famoso perfil de concursante que buscan los jueces se basa sobre todo en tres pilares: a) atractivo físico; b) provocar pena o identificación en un gran sector del público; c) ser eminentemente idiota (lo de tener buena voz y saber cantar queda en un discreto segundo plano). Por supuesto, hay casos especiales en los que la b) es tan increíblemente insoslayable que los jueces deciden ignorar la a), pero tened por seguro que la c) está presente en todo momento. ¿Por qué? Pues porque estamos hablando de jóvenes (y no tan jóvenes) que tienen la misma edad que tenían Johnny Rotten o Sid Vicious cuando empezaron. Compañeros de generación que quieren imitar a ídolos de la canción ligera de generaciones muy anteriores. Inconscientes que ponen su vida en manos de una inhumana discográfica a cambio de una gloria efímera e insustancial. Y nosotros, sentados en nuestros sillones, disfrutamos avergonzados (sobre todo de nosotros mismos) con este espectáculo inmisericorde que ayuda a romper o cumplir sueños indistintamente. Lo peor es que sabemos que todos (triunfadores y perdedores) acuden al casting para olvidar su inocencia y llevarse la bofetada en la cara.

13 comentarios

JQ -

El mejor post que he leído sobre el tema. De acuerdo contigo.

morri -

Buenísimo el post, lo he leido un poco tarde pero nunca es tarde si la dicha es buena, que no he tenido tiempo xD
Genial, no has podido dar más en el clavo, no son cantantes lo que buscan sino fieles mansitos que canten bien y estén dispuestos a hacer todo lo que les digan...

EKI -

Las ideas me vienen y, si no las cojo al vuelo, se me van. Allí está el grueso de lo que tengo que decir al respecto. Y lo que no está, que lo lea la gente entre líneas (o no).

Por otra parte, hay 2 cosas:
1) Junto a tu post, escribir esto queda más completo, porque es una puesta en situación idónea.
2) Aquí, aun siendo en los comments, lo leerá más gente XD

Así que por esta vez me permitiré fagocitar un poco de tu audiencia :P

Noel -

Haw haw haw haw: mis espías neuronales hacen bien su trabajo, EKI. Pero maldita sea, escribe ese post: por lo que veo en tu comentario, dices cosas más interesantes que mis necios pensamientos de ahí arriba.

EKI -

Noel tío, parece que me tengas sintonizado. El viernes vi por primera vez esto del Casting y pensé: 'voy a hacer un post de esto' pero claro, el sábado estaba liado por la mañana y por la tarde, tenía una cena por la noche, el domingo de resaca wapa wapa y por la tarde tocaba ya con la novia. Esta mañana he colgado varios posts que tenía pendientes y me he dejado el de OTCasting pa luego. Pos ya no me hace falta :D

Y respecto al tema. Un programa completamente basado en la visceralidad. Lo que me sorprende es cómo hay tanta gente que no se da cuenta que OT no es un concurso de a ver quien canta mejor, sino una factoría de musiquitos top ten en línea. Que cuando dicen 'no cumples el perfil que buscamos para esta edición', lo que quieren decir es 'ya sabemos que grupos queremos sacar y que tipo de música es la que queremos vender, y tu no pegas gritando a voz viva 'Huella le gusta la gasolina'' y no están diciendo que cantes mal, sino que no eres lo que quieren vender, porque hay otros que puede que canten peor que tu (subjetivamente siempre, claro) pero que seguro que venden más. La gente parece no saber que es OT.
Y luego salen y dicen que se sienten lo más inútil del mundo y que yo que se. Pues este programa debe de tener consorcio con el colegio de psicologos, porque la cantidad de frustración que genera es inconcebible.

En fin, que el concepto de OT como concurso sobre autosuperación en algo tan bonito y cultural como la música es muy atrayente, pero hay que ser conscientes de todo lo que acarrea esto y el daño que está haciendo a mucha gente.

Noel -

j-vol: Tu pregunta es la clave de todo, sin duda. Puede que no haya una respuesta definitiva, al menos no hasta dentro de unos años, cuando este fenómeno se autodestruya o evolucione.

Javi y Hombre Lobo: En "American Idol" también se hizo famoso un tal Keith Beukelaer, cuya interpretación de "Like a Virgin" encolerizó especialmente a Simon Cowell (de hecho, le dijo a la cara que era el peor cantante del planeta).

Yo creo que el fenómeno empezó antes en España, pero tanto "OT" como los cantantes "from outter space" (Tamara, Leonardo Dantés, Tony Genil...). De todos modos, no creo que el bueno de Will Hung sea consciente del símbolo coyuntural (y de alto poder metafórico) en el que se ha convertido.

Hombre Lobo -

En medio de toda la mitología que ha generado este tipo de programas, yo ya no sé que fue primero, si "OT" o "American Idol". Poco importa, de todas formas. Desde que William Hung se hizo famoso, ya se sabía que cualquier cosa puede pasar en este mundo de locos. Ya lo decían en EdTV: la fama se ha convertido en un bien moral, que hay que tener sea cual sea el precio.

Javi -

A ese me refería yo... a William hung, sólo que no sabía como se llamaba y preferí no arriesgar.
Creo que es el único del Operación Triunfo yanqui que conozco.

j-vol -

hay que ver la labia que tienes y lo bien que te explicas..."jomio"¿porqué hay tanta gente con estas expectativas de "fama" y resultados rápidos con poco esfuerzo?Cuentame que son los de tu generación...

Noel -

Ups, perdón: quise decir "AHÍ tenemos a...", pero soi un vurro jigantesco.

Noel -

Sí, hay tenemos a William Hung (www.williamhung.net) o a un tal "Michael Jackson de Zaragoza", que yo no lo vi pero me han contado que es asombroso.

Javi -

Buenísmo!!!
A mí, que nunca seguí estos programas, me entran unas ganas locas de ver a esta gente.
Por cierto, seguro que alguno de los del grupo de los freaks, a poco que se esmere, acaba teniendo más éxito que los "no-freaks"... que ya se tienen dado casos.

Anónimo -

De acuerdo con todo.