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The Good Ol' Boys

The Good Ol' Boys Hoy se estrena en un cine de Madrid (ignoro el número de salas que lo habrán comprado en el resto de España) el vitriólico falso documental "CSA: The Confederate States of America". Si vivís en una ciudad en la que se proyecte o accedéis a ella a través de eso-que-todos-sabemos, aceptad mi consejo: dádle una pequeña oportunidad a esta producción de Spike Lee antes de que los marcianos invadan la cartelera.

He aquí la crítica que escribí para la AB (espero que no la encontreís muy coñazo):

“CSA”: SECRETOS DE FAMILIA

Todo debió de empezar con “This Is Spinal Tap” (1984), pionero falso documental que se valía del hiperrealismo del medio para poner a parir a las bandas de heavy metal de finales de los 70 y principios de los 80. A partir de entonces, el documental de ficción, o mockumentary, se ha confirmado como la manera más efectiva de satirizar cualquier cosa: desde el trabajo basura (la serie británica “The Office”) hasta los concursos caninos (“Very Important Perros”, dirigida en el año 2000 por uno de los cerebros de “Spinal Tap”, Christopher Guest), pasando por los Beatles (“The Rutles”, delirio de Eric Idle que contó con la complicidad de George Harrison) y hasta la propia historia del cine (gracias a Peter Jackson y su “Forgotten Silver”). No obstante, donde el mockumentary ha demostrado mayor efectividad es en el terreno de la sátira política, como muy bien deben saber Tim Robbins y Michael Moore. Y es que el mundo de la política es, en el fondo, un falso documental, un espejismo de realidad que debe resultar completamente creíble... pero que muchas veces lo único que consigue es espolear carcajadas involuntarias.

Todo esto viene a cuento porque sería erróneo interpretar “CSA” como un ejercicio de ciencia-ficción de bajo presupuesto o un what if? riguroso y respetuoso con la Historia con mayúsculas. La última película de Kevin Willmott no pretende trazar un escenario histórico posible, sino valerse de su hipotética situación de partida (la Norteamérica surgida tras una victoria de los Estados Confederados en la Guerra Civil) para describir con mucha mala leche un universo alternativo sospechosamente parecido a nuestra realidad cotidiana. En otras palabras: Willmott sabe mejor que nadie que es absolutamente imposible pensar en un mundo (o un país) donde la esclavitud continuara vigente a lo largo de todo el siglo XX, pero utiliza ese escenario como exageración sardónica de lo que ha sido la historia reciente de su país. Los que han criticado “CSA” argumentando que lo que se narra en ella no hubiera sido posible en un mundo civilizado (historiadores en su mayoría) no han comprendido que el realismo no era, ni mucho menos, el objetivo de su propuesta. Según declara el propio realizador: De algún modo, a veces siento que el Sur realmente ganó la guerra. Puede que perdiera en el campo de batalla, pero ganó en el terreno ideológico.

El documental adopta la apariencia de una retransmisión televisiva en la que, por primera vez en los Estados Confederados de América, se va a emitir un documental de origen europeo sobre la historia del país tras la Guerra Civil. De este modo, “CSA” se vale de la herramienta más precisa para analizar cualquier sociedad (aunque, en este caso, sea pura ficción): la televisión, gracias a la cual podemos vislumbrar la auténtica esencia de la antiutopía que supone un presente donde la esclavitud y la segregación racial son ya parte de la programación. Al igual que hiciera Paul Verhoeven en algunas de sus mejores obras (“RoboCop”, “Starship Troopers. Las brigadas del espacio”), Willmott incluye en su falso documental generosas raciones de anuncios que, a la postre, se revelan como uno de los indiscutibles highlights de la función: vitriólica, ácida, incómoda y sangrante; la publicidad de este universo alternativo se antoja todavía más perturbadora cuando, al final de la proyección, se nos informa de que la mayor parte de los anuncios que hemos visto estaban basados en hechos reales.

Dice Willmott que la esclavitud es el secreto de familia más oscuro de Norteamérica. En ese sentido, el objetivo de “CSA” es destapar uno de los tabúes más ridículos de la sociedad americana actual: el esclavismo, que tanto los blancos como los negros se asustan al recordar. El resultado es un valiente e interesantísimo mockumentary, que solo pierde pie en su último tramo (la revelación en el establo, una innecesaria salida de tono) y que parece diseñado para provocar sonrisas y remover conciencias a partes iguales.

2 comentarios

Noel -

¿Se sabe algo nuevo de los directores de la "Bruja de Blair"? Creo que estaban con un proyecto multimedia o para internet, pero es que ya son muchos años de silencio...

Steam Man -

La verdad es que me atrae un montón hacer un falso documental a lo "Documental de la bruja de Blair".

Es un tema excitante para explotar.