Blockbusters '09: "Harry Potter y el Misterio del Príncipe"
En su entusiasta crítica de "Harry Potter and the Deathly Hallows" (2007) para Entertainment Weekly, Stephen King situaba una de las claves del éxito de la saga en la fascinación elemental de lector infantil por la magia. King citaba a Hans Christian Andersen, Lewis Carroll y los hermanos Grimm, magníficos escritores que, al igual que J.K. Rowling, no estaban interesados tanto en el lado luminoso de los hechizos como en su reverso oscuro, en sus consecuencias desde un punto de vista perverso y adulto. Ese es precisamente el tema rector de la sexta entrega de la saga, "Harry Potter and the Half-Blood Prince" (2005), una novela juvenil en el sentido más amplio del término, pensada para que esos niños que han ido creciendo con el trío protagonista miren al Mal a la cara antes de pasar a la épica del capítulo final. Así, "The Half-Blood Prince", como "La venganza de los Sith" (2005), versa sobre la construcción (y, en este caso, deconstrucción) de un villano: ese Voldemort al que vamos entendiendo a través de flashbacks que, por fortuna, no sitúan su naturaleza maléfica en algún trauma fruto de la causalidad, sino en algo mucho más profundo y complejo.
David Yates y el guionista Steve Kloves (de vuelta tras un breve permiso) se enfrentaban al reto de adaptar una novela tan extensa y estructuralmente compleja a las ya conocidas más-de-dos-horas-y-media de cada entrega cinematográfica. La decisión de dejar fuera algunas inmersiones en el Pensadero de Dumbledore relativas a la infancia y juventud de Tom Riddle puede resultar algo amarga para el fan fatal, pero la fidelidad demedida de un Zack Snyder no hubiera beneficiado en ningún modo a una película que ya es lo bastante densa y arrítmica para el no converso. De hecho, cuesta imaginar a un espectador que se deje llevar por "Harry Potter y el Misterio del Príncipe" sin haber leído antes el original: su primacía de los tiempos muertos y los pequeños momentos íntimos sobre las grandes set pieces puede llegar a ser frustrante. De todos modos, su electrizante tramo final hace que sea injusto hablar de una entrega de transición: de hecho, tanto la novela como la película resultan mucho más satisfactorias que "Harry Potter y la Orden del Fénix" (2003), el eslabón más débil del canon potteriano.
"El Misterio del Príncipe" logra captar a la perfección esa genuina angustia adolescente que recorre las últimas entregas escritas por Rowling: todos los que hemos experimentado ese breve periodo de confusión regido por los deseos de amor y muerte (en el caso de Potter, completamente literales) sabemos de qué se está hablando realmente cuando aparece la poción Felix Felicis o cuando Harry y Ginny se pierden en un bosque rodeado de mortífagos. Por desgracia, la película no puede superar esa maldición que condena toda adaptación de las novelas mayores de la saga (de la cuarta en adelante) a una forma especialmente molesta de farragosidad narrativa, aunque es posible que Yates y Kloves superen ese obstáculo con la anunciada división en dos partes de "Deathly Hallows". Si la brillante secuencia de la caverna es indicativo de algo, deberíamos esperar un auténtico gran final.
VEREDICTO: Una entrega superior a la media, si bien lastrada por los mismos problemas de ritmo y falta de cohesión de las dos anteriores. No obstante, interpretaciones como la de Alan Rickman y momentos como el clímax en la torre hacen que todo valga la pena.
VEREDICTO: (3/5)
7 comentarios
Nacho -
Por lo demás, Harry Potter dejó de interesarme en... bueno, la verdad es que nunca me interesó, aunque no discuto en absoluto sus méritos (literarios y cinematográficos).
Noel -
Estoy actualizando la sección de enlaces, así que si alguien más considera que quiere figurar y no lo hace aún, que me avise. ¡Si no, se me olvida!
Dostoievski -
Con los libros...lo intenté dos veces con el primero, que incluso personas con cierta instrucción literaria me habían recomendado, pero no le cogí la gracia por ninguna parte: prosa pobre y llana, deus-ex-machinas por doquier... . No es lo mío, vaya.
Llevo leyéndote de hace un tiempo, pero soy extremadamente vago para escribir (Intento remediarlo, como ves). Si te parece bien, podríamos enlazarnos mutuamente en nuestros blogs.
¡Saludos!.
Alvy Singer -
Alvy Singer -
Noel -
2003 es la fecha de publicación del libro.
Alvy Singer -
No he leído el libro, pero me permitirá un pequeño inconviente...: Stephen King es un ensayista simpático, valioso, pero ciertamente ignorante. Que es su papel ¿eh? Yo lo entiendo: reivindicar a Rowling y a Zafón le van a la medida. ¡Una cima! también exclamó cuando leía La sombra del viento. Su criterio literario es ese mismico.
Vale. Pongamos que soy un bloguero repelente (que LO SOY) y que mi argumento queda invalidado por considerar a King 'menor'. Me leo el artículo. King parece que escribe "she had become one of the finer stylists in her native country not as good as Ian McEwan or Ruth Rendell (at least not yet), but easily the peer of Beryl Bainbridge or Martin Amis." (RISAS)
Ahí va. McEwan y Rendell son lo mismo. Amis está por debajo escribe King en su ensayo. ¿Dar pruebas? Nah. ¿Citar ejemplos? Queh? ¡Entertaiment Weekly!
Luego King concluye: Maybe it's the british prose. ¡A lo mejor es el color!! Pero no. Los TÓPICOS, claro. "It's hard to resist the hypnotism of those calm and sensible voices" Voces calmadas y sensibles. ¿Dónde? ¡Entertaiment Weekly!
Vamos, que suerte que viene A.S. Byatt al rescate...
http://www.nytimes.com/2003/07/07/opinion/harry-potter-and-the-childish-adult.html
PD: Una fe de erratas pequeñica la Orden del Fénix es de hace dos añicos.