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Los archivos de EL EMPERADOR DE LOS HELADOS

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Las dos primeras frases del artículo Dos estadounidenses crean una ’droga digital para Second Life, aparecido hoy en "El País", me resultan especialmente interesantes: "¿Son artistas o discípulos del doctor Mabuse del siglo XXI? ¿Su creación es una obra de arte o una nueva clase de droga alucinógena digital?". No estoy seguro de que la dicotomía artista/Mabuse sea del todo válida (¿qué es Spencer Tunick, sino un maestro de la hipnosis colectiva?), pero sí es relevante la forma en la que el personaje de Norbert Jacques está resurgiendo en una época de crisis global: no olvidemos que "Dr. Mabuse, der Spieler" (1922), su primera adaptación cinematográfica, ha sido leída como un certero diagnóstico de la decadencia de la república de Weimar y, glups, un pronóstico de las oscuras sombras que se proyectaban sobre el futuro de Alemania. Si cada crisis engendra un Mabuse, será mejor que nos echemos a temblar.

Por otro lado, la relación entre el arte y las drogas alucinógenas digitales (es el término de la semana) es algo que me fascina. La píldora que han creado estos dos profesores universitarios se llama Virta-Flaneurazine y, de momento, sólo está disponible para los usuarios de Second Life que posean un Mac. La experiencia parece harto interesante: el consumidor activa una clave USB que le lleva directamente a una clínica virtual, donde los avatares de los artistas (disfrazados de médicos) empiezan a experimentar con su segundo cuerpo. Además de alterar su percepción visual y sonora, la Virta-Flaneurazine también confiere superpoderes al usuario, aunque sus responsables afirman que el objetivo es la navegación a la deriva (y alterada) por mundos virtuales.

De todos modos, lo más interesante son los efectos secundarios de la droga: el artículo habla de "alucinaciones, euforia, paranoia, calambres y sobrecalentamiento del ordenador". Dejando de lado este último (hay que asumir un precio cuando uno se instala material artístico pirata en el Mac), no hay excesiva diferencia con el hecho de consumir drogas psicotrópicas en la vida real. La imagen mental de avatares teletransportándose al azar por los plieges de la realidad de Second Life, mientras sus reflejos humanos sufren espasmos ante la pantalla del ordenador, ya ha sido anticipada en decenas de ocasiones por la ciencia-ficción (desde "La broma infinita" hasta William Gibson), pero jamás pensábamos que iba a llegar tan pronto.

"No nos interesan los espejos o las simulaciones", dicen sus responsables. "Las experiencias que los pacientes/usuarios tienen in SL bajo la influencia del VF son reales, porque no sólo les producen efectos visuales, sino también emotivos". Definitivamente, ya no hay diferencia entre artista y Mabuse.

1 comentario

Grom el Único -

Hombre, tanto como decir que no hay diferencia entre consumir sustancias alucinógenas en la vida real y hacerlo en el SL, pues no sé... Quiero decir: me resulta difícil creer que alguien pierda el contacto con la realidad mientras observa a su "doble internauta" flipar en colores. Y se lo digo por experiencia.
De todos modos, ¿qué será lo próximo: el cyber-sexo? Ah, ¿que ya existe?...