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Blockbusters '07: "El Ultimátum de Bourne"

Blockbusters '07: "El Ultimátum de Bourne"

Resulta irónico que, tomando como punto de partida unas novelas a las que el tiempo no ha tratado especialmente bien, la trilogía de Jason Bourne haya acabado por convertirse en la regeneración del cine de espías para el nuevo milenio. De hecho, el high concept que actúa como eje vertebrador de las tres películas (un James Bond sin recuerdos, pero con conciencia) las convierte en obras clave de la década de los 00, en la que el espía ya no es ese ser superior que seduce a una mujer segundos antes de salvar al mundo de megalómanos instalados en el interior de un volcán, sino una persona sin identidad, sin rasgos característicos: en suma, cualquiera de nosotros. "El Ultimátum de Bourne", broche final de una trilogía que siempre se mantuvo un paso por delante de lo cool, va aún más allá, descubriendo los mecanismos de poder que convierten a un proyecto de héroe en un frío asesino a sueldo del gobierno. En ese sentido, Paul Greengrass ha hecho una película aún más incómoda que "United 93", aunque al final haya una redención (en forma de metafórico renacimiento) para ese hombre nuevo ha desenterrado su pasado y ha encontrado allí un cadáver maloliente.

"El Ultimátum de Bourne" está llena de dobles lecturas y Grandes Temas (el significado de la identidad y las máscaras del héroe a la cabeza), pero Greengrass no deja que se antepongan a lo que, en el fondo, es una película de espías: suspense y acción, rodados con una inmediatez que logra, por ejemplo, que sintamos el peligro que supone una hiperrealista persecución de coches (el rasgo más característico de la saga). Matt Damon vuelve a llevar con dignidad el peso de ese personaje complejo que le convirtió en el actor respetado que es hoy, aunque no es el único intérprete que brilla en un filme preocupado tanto por sus personajes como por las secuencias de acción en las que se ven inmersos: así, la soberbia coreografía del peligro que tiene lugar en la estación de Londres no sería ni la mitad de impactante sin el siempre impecable Paddy Considine, ni la persecución por los tejados de Tánger llegaría a impresionarnos lo más mínimo si no fuera por el buen hacer de Julia Stiles. Es posible que Bourne se haya ido sin dejarnos ni un momento de sana heterodoxia (la suya es una saga prácticamente desprovista de sentido del humor), o que Greengrass cargue demasiado las tintas en la figura trágica del asesino incapaz de recordar los nombres de sus víctimas, pero nadie le puede reprochar a este espía con alma que no haya llegado al final con la cabeza bien alta.

VEREDICTO: Un blockbuster completamente adulto que es, a su vez, una tercera parte que no devalúa el legado de las entregas anteriores. En otras palabras, una bendita anomalía.

TERMÓMETRO:     (4/5)

4 comentarios

robin -

he leido los tres libros de jason bourne y he visto las peliculas tambien, me gustaria saber si alguien sabe si la cuarta parte llegara a la pantalla grande.

Noel -

"And standing between Greengrass and real-life terrorists who would slit his throat are, of course, real-life American intelligence people".

Entre esto y su definición de blockbuster...

El hombre Malo -

Impagables los comentarios de el Zar de los opinadores conservadores en USA, Bill O'Reilly;

http://news.bostonherald.com/editorial/view.bg?articleid=1016707

Y lo mejor es que seguro que encontramos sin mucho trabajo a algun critico español que le achaque americanismo a la pelicula.

Jaime Lorite -

Hace un par de años vi "El caso Bourne" y me dejó bastante frío. Sin embargo, con el estreno de la tercera entrega, ayer decidí darle otra oportunidad y, esta vez sí, me convenció y gustó mucho más que en la anterior ocasión. Este fin de semana intentaré ver la segunda para ya, como muy tarde, el lunes, ir a ver "El ultimátum de Bourne".

Un saludo