Blockbusters '05: "Dos chalados y muchas curvas"
Defender o recomendar una película como esta podría suponer: a) el fin de una bonita amistad; b) un hara-kiri cinéfilo; y c) una ruptura de pareja. Eso en el mejor de los casos. "Dos chalados y muchas curvas" (o, si pasáis de títulos impostados, "The Dukes of Hazzard") es la clase de película que parece pensada para enervar al crítico talibanesco (de hecho, Roger Ebert montó en cólera como solo él sabe hacerlo), para ser nominada a todos los Razzies posibles, para ser incluida en todas las oraciones que contengan la cadena de palabras declive-del-cine-contemporáneo y para convertirse en paradigma de esa cosa tan incomprensible y ridícula llamada americanada. Sin embargo, este bloggero es incapaz de expresar en una frase con sentido la emoción que sintió al ver cabalgar de nuevo al General Lee, con sus bajos a prueba de balas y su bandera sudista en el techo. Todo aquel que haya disfrutado alguna vez (aunque sea como placer culpable) de la serie original no tendrá más remedio que esbozar una sonrisa cómplice al comprobar que los Dukes siguen todavía con las ganas de juerga intactas.
Protagonizada por Sean William Scott, Johnny Knoxville y el culo de Jessica Simpson, "The Dukes of Hazzard" es una festiva y chispeante celebración de la chorrada, la burrada y la idiotez como tres de las bellas artes. Si el principal objetivo de una adaptación televisiva es convertirse en una versión corregida y aumentada del más espectacular de sus episodios, esta carrera loca sin frenos lo cumple a la perfección: la voz en off que surge cada vez que se congela la imagen, las destructivas persecuciones de coches con desopilantes resultados o la pelea en la tasca nos confirman que los responsables de esta película saben muy bien que la (supuesta) posmodernidad y la pedantería metelingüística que lastran la inminente adaptación de "Embrujada" le hubiera sentado como un tiro a los Dukes. Porque de lo que se trata aquí es de ofrecer a su público lo que su público espera con impaciencia: hostias, tontunas, alcohol, chistes gruesos y bellezas sureñas. Ni más ni menos.
Por supuesto que no es una gran película (hay demasiados agujeros argumentales y no muchos chistes que los compensen), pero es que tampoco pretendía sentar cátedra, sino ofrecer las mismas cantidades de diversión necia que uno puede encontrar en una pelea de gallos (o en un combate de lucha libre semiprofesional). Por si esto fuera poco, el director Jay Chandrasekhar aún tiene tiempo de permitirle a Knoxville un poco de desenfreno estilo "Jackass", de dejar que Sean William Scott visite su hábitat natural (es decir, el campus, en este caso de la Universidad de Atlanta), de brindarles a los míticos Willie Nelson y Burt Reynolds unos papales para los que habían nacido, de incluir un cameo de Lynda Carter, de pasar de lo políticamente correcto, de apuntar a algunos miembros de Broken Lizard a la juerga y de regalarnos la interpretación irresistiblemente estúpida (y semidesnuda) de Jessica Simpson. Qué pena que esté mal visto soltar un sonoro Yeeeeeeeeee-haw cuando las luces de la sala se encienden.
Protagonizada por Sean William Scott, Johnny Knoxville y el culo de Jessica Simpson, "The Dukes of Hazzard" es una festiva y chispeante celebración de la chorrada, la burrada y la idiotez como tres de las bellas artes. Si el principal objetivo de una adaptación televisiva es convertirse en una versión corregida y aumentada del más espectacular de sus episodios, esta carrera loca sin frenos lo cumple a la perfección: la voz en off que surge cada vez que se congela la imagen, las destructivas persecuciones de coches con desopilantes resultados o la pelea en la tasca nos confirman que los responsables de esta película saben muy bien que la (supuesta) posmodernidad y la pedantería metelingüística que lastran la inminente adaptación de "Embrujada" le hubiera sentado como un tiro a los Dukes. Porque de lo que se trata aquí es de ofrecer a su público lo que su público espera con impaciencia: hostias, tontunas, alcohol, chistes gruesos y bellezas sureñas. Ni más ni menos.
Por supuesto que no es una gran película (hay demasiados agujeros argumentales y no muchos chistes que los compensen), pero es que tampoco pretendía sentar cátedra, sino ofrecer las mismas cantidades de diversión necia que uno puede encontrar en una pelea de gallos (o en un combate de lucha libre semiprofesional). Por si esto fuera poco, el director Jay Chandrasekhar aún tiene tiempo de permitirle a Knoxville un poco de desenfreno estilo "Jackass", de dejar que Sean William Scott visite su hábitat natural (es decir, el campus, en este caso de la Universidad de Atlanta), de brindarles a los míticos Willie Nelson y Burt Reynolds unos papales para los que habían nacido, de incluir un cameo de Lynda Carter, de pasar de lo políticamente correcto, de apuntar a algunos miembros de Broken Lizard a la juerga y de regalarnos la interpretación irresistiblemente estúpida (y semidesnuda) de Jessica Simpson. Qué pena que esté mal visto soltar un sonoro Yeeeeeeeeee-haw cuando las luces de la sala se encienden.
6 comentarios
Noel -
Dani Lebowski -
Sunes -
Un saludo!!
Noel -
Ike Janacek -
La idea de verla me daba cierto repelús (Hace día vi "Jackass, la película" y hasta sentí miedo), pero... joer, después de leerte me entran ganas de entrar al cine con un tanque de palomitas y tirar la pipa cinéfila a la papelera.
La Ruina de la Familia -