Blockbusters '05: "Star Wars: Episodio III. La venganza de los Sith"
NOTA: Lo que sigue es una crítica bastante tardía y casi sin spoilers. No obstante, si aún no habéis visto la película, os recomiendo que no la leáis: es mejor que el espectador vaya con la mirada limpia para ir quedándose más y más boquiabierto a medida que avanza el metraje. Eso sí, aceptad otro consejo: hay que ver esta película. Que no os quepa la menor duda al respecto.
En mayo de 1977, los espectadores de la primera entrega de "Star Wars" se quedaron absolutamente enmudecidos ante la interminable longitud de una nave espacial como nunca antes habían visto otra. En mayo de 2005, George Lucas lo ha vuelto a hacer otra vez: el soberbio, perfecto plano-secuencia digital que abre "La venganza de los Sith" tiene exactamente el mismo poder subyugante que aquella primera escena de "Una nueva esperanza". En cierto sentido, Lucas está resumiéndonos esta opus magna (sí, lo digo tranquilamente) en sus dos minutos iniciales: este episodio será el último, por lo que el director quiere dejar claro desde el principio que ha echado el resto para hacer de esta película una despedida por todo lo alto, una catarsis creativa en la que incluso está dispuesto a hacer cosas nunca vistas (ningún otro episodio empieza con un plano-secuencia) para el deleite de todos, pero sin traicionarse jamás a sí mismo.
Pocas películas logran transmitir desde el primer instante la extrañísima sensación de que cada plano, cada línea de diálogo y cada pequeño detalle están pensados para perdurar. "La venganza de los Sith" es una película donde todas las escenas son un clímax: incluso los interludios y los momentos de transición están cargados de un fatalismo y de unos matices tan inquietantes que el espectador no puede hacer otra cosa que sentirse abrumado durante estos 140 minutos de viaje (en clave casi apocalíptica) al Lado Oscuro. Es innegable que nos encontramos ante un Lucas en estado de gracia, que sabe que está diciendo su última palabra y que actúa en consecuencia; pero también hay que reseñar el notable esfuerzo que realizan todos los intérpretes por derrochar intensidad por los cuatro costados, especialmente un Ian McDiarmid que pone su gesto shakespeariano al servicio del Mal en estado químicamente puro y un Hayden Christensen capaz de superar sus limitaciones para componer un personaje trágico, confuso y absolutamente conmovedor. Y es que, cuando ambos actores comparten plano, se podría decir que están caminando por los mismos límites de la Mitología.
Lucas habla de muchas cosas en este avasallador relato de sueños rotos: del peligro de que nuestro destino acabe en manos de un tirano, de la fragilidad de la democracia en tiempos de guerra y confusión, de las dolorosas limitaciones del héroe, de la búsqueda del sentimiento verdadero en un entorno cada vez más opresivo, del demoledor impacto de la decepción, de la tentación de vender nuestra alma al Diablo cuando ésta no podría estar más desgarrada... Todo ello bajo la forma de una space opera sombría que no teme a la referencia culterana (la tragedia griega, especialmente el mito de Orfeo y Eurídice) ni a la inmersión, directa y sin cortapisas, en el puro cine de terror (pienso especialmente en el nacimiento de Vader, transparente y sublime homenaje a Frankenstein). En cierto sentido, su película podría compararse a la ópera que sirve de telón de fondo a una de las escenas más potentes la saga: hipnótica, extraña, fascinante, intensa, visualmente prodigiosa y capaz de removernos tanto a nivel racional como sensorial.
Pero donde "La venganza de los Sith" adquiere su condición de obra maestra es en su naturaleza de broche final de una saga que, por fin, podemos contemplar y comprender en su totalidad: "Star Wars" es, al fin y al cabo, la historia de Anakin Skywalker y de su redención. Nunca podremos mirar a Darth Vader sin tener en cuenta el alma torturada y definitivamente humana que alberga en su interior, como tampoco podremos olvidar algunos de los momentos mágicos que Lucas nos regala en este episodio final. Yo creo que me llevaré a la tumba unos cuantos: la muerte de Mace Windou, la consagración de Palpatine como emperador, la calma antes de la tempestad y (directamente) los últimos 25 minutos, sobre todo un grito (¡Te odio!) que me ha desbordado por completo. Al fin y al cabo, estamos ante un filme capaz de provocar aplausos y gritos de pura euforia en el público, de una forma absolutamente involuntaria y totalmente pura. Llamadme pesimista, pero creo que esta es la última película que conseguirá ese auténtico milagro.
En mayo de 1977, los espectadores de la primera entrega de "Star Wars" se quedaron absolutamente enmudecidos ante la interminable longitud de una nave espacial como nunca antes habían visto otra. En mayo de 2005, George Lucas lo ha vuelto a hacer otra vez: el soberbio, perfecto plano-secuencia digital que abre "La venganza de los Sith" tiene exactamente el mismo poder subyugante que aquella primera escena de "Una nueva esperanza". En cierto sentido, Lucas está resumiéndonos esta opus magna (sí, lo digo tranquilamente) en sus dos minutos iniciales: este episodio será el último, por lo que el director quiere dejar claro desde el principio que ha echado el resto para hacer de esta película una despedida por todo lo alto, una catarsis creativa en la que incluso está dispuesto a hacer cosas nunca vistas (ningún otro episodio empieza con un plano-secuencia) para el deleite de todos, pero sin traicionarse jamás a sí mismo.
Pocas películas logran transmitir desde el primer instante la extrañísima sensación de que cada plano, cada línea de diálogo y cada pequeño detalle están pensados para perdurar. "La venganza de los Sith" es una película donde todas las escenas son un clímax: incluso los interludios y los momentos de transición están cargados de un fatalismo y de unos matices tan inquietantes que el espectador no puede hacer otra cosa que sentirse abrumado durante estos 140 minutos de viaje (en clave casi apocalíptica) al Lado Oscuro. Es innegable que nos encontramos ante un Lucas en estado de gracia, que sabe que está diciendo su última palabra y que actúa en consecuencia; pero también hay que reseñar el notable esfuerzo que realizan todos los intérpretes por derrochar intensidad por los cuatro costados, especialmente un Ian McDiarmid que pone su gesto shakespeariano al servicio del Mal en estado químicamente puro y un Hayden Christensen capaz de superar sus limitaciones para componer un personaje trágico, confuso y absolutamente conmovedor. Y es que, cuando ambos actores comparten plano, se podría decir que están caminando por los mismos límites de la Mitología.
Lucas habla de muchas cosas en este avasallador relato de sueños rotos: del peligro de que nuestro destino acabe en manos de un tirano, de la fragilidad de la democracia en tiempos de guerra y confusión, de las dolorosas limitaciones del héroe, de la búsqueda del sentimiento verdadero en un entorno cada vez más opresivo, del demoledor impacto de la decepción, de la tentación de vender nuestra alma al Diablo cuando ésta no podría estar más desgarrada... Todo ello bajo la forma de una space opera sombría que no teme a la referencia culterana (la tragedia griega, especialmente el mito de Orfeo y Eurídice) ni a la inmersión, directa y sin cortapisas, en el puro cine de terror (pienso especialmente en el nacimiento de Vader, transparente y sublime homenaje a Frankenstein). En cierto sentido, su película podría compararse a la ópera que sirve de telón de fondo a una de las escenas más potentes la saga: hipnótica, extraña, fascinante, intensa, visualmente prodigiosa y capaz de removernos tanto a nivel racional como sensorial.
Pero donde "La venganza de los Sith" adquiere su condición de obra maestra es en su naturaleza de broche final de una saga que, por fin, podemos contemplar y comprender en su totalidad: "Star Wars" es, al fin y al cabo, la historia de Anakin Skywalker y de su redención. Nunca podremos mirar a Darth Vader sin tener en cuenta el alma torturada y definitivamente humana que alberga en su interior, como tampoco podremos olvidar algunos de los momentos mágicos que Lucas nos regala en este episodio final. Yo creo que me llevaré a la tumba unos cuantos: la muerte de Mace Windou, la consagración de Palpatine como emperador, la calma antes de la tempestad y (directamente) los últimos 25 minutos, sobre todo un grito (¡Te odio!) que me ha desbordado por completo. Al fin y al cabo, estamos ante un filme capaz de provocar aplausos y gritos de pura euforia en el público, de una forma absolutamente involuntaria y totalmente pura. Llamadme pesimista, pero creo que esta es la última película que conseguirá ese auténtico milagro.
18 comentarios
Noel -
morri -
Las series y comics intentaremos echarles un vistacillo.
Noel -
NetDancer: Ahora hay mucha gente que suelta aquello de "reivindicar las dos primeras precuelas", cuando hace un par de años las despreciaban con toda su alma. En fin, que es la moda, pero ya veremos en qué queda todo eso cuando se pase esta fiebre galáctica.
NetDancer -
morri -
Yo necesito un remake de las primeras con los efectos de ahora, o algo, no se, necesito más aunque esté bien como está. XDDDD
Arrgghhhh NO puede acabarseee XDDD
Noel -
JQ: Muy buena la crítica, pero no creo que las dos primeras precuelas fueran bodrios: son... incomprendidas.
JQ -
EKI -
Por otra parte, el chiste más fácil que saltó en las mentes de los que fuimos a verla juntos se resume en:
60 GOTO 66
66 Del *.jedi
Deleting...
ERROR 404
Yoda.jedi not found
Deleting...
ERROR 404
ObiWan.jedi not found
¿Freaky? Quizás. ¿Y qué? ;)
Noel -
Hombre Lobo -
Noel -
Por cierto, ¿por qué nadie comenta en ningún sitio la Gran Purga Jedi?
EKI -
es como un... ¿What if...?
EKI -
Noel -
forfy: Sí, el nacimiento de Vader es prodigioso. La verdad es que la peli está entre lo mejor que llevamos de año, junto con "American Splendor" y "Life Aquatic". A ver qué más nos da este 2005.
forfy -
Por otra parte, coincido plenamente contigo Noel y espero que Lucas no haga nada relacionado con Star Wars en su vida. Bien esta lo que bien acaba. Me da un poco de pena, porque es una parte de nosotros que muere al concluir la historia, pero mejor que quede así. De toda tu crítica me ha llamado la atención un detalle : a mi también me conmocionó el momento en el que Anakin / Vader grita "TE ODIO" a Obi-Wan. Y lo que viene después ya ni te cuento. La secuencía más grande en el cine lo que va de año! Y en los años venideros!!!
No sere yo quien te llame pesimista, pero si te doy la razón : rara la película que nos vaya a llenar tanto.
Un saludo!
EKI -
Debido a tanta fatalidad previsualizada y a tanta auto-pre/post-referencia, esta película... ¿Hubiera sido tan grande sin las 4, 5 y 6? Y el otro asunto... ¿Cómo hubiese sido esta precuela si el primer film hubiese englobado La amenaza fantasma y el ataque de los clones quitando todo lo superficial y el segundo film hubiese seguido una trama similar a la serie Clone Wars, con la chica esa sith, la secuecia de annakin luchando igual que luke contra su padre, un General Grevious demoledor, esas pinturas de la cueva, etc... y el tercero tal cual está?
Noel -
Ah, y yo la vuelvo a ver el martes como muy tarde.
La Ruina de la Familia -