Placeres culpables: "El Gran Halcón"

El caso es que "El Gran Halcón" era la ocasión ideal para enterrar a Willis: protagonizada por un personaje creado por él mismo durante sus días de camarero, la película tuvo uno de los rodajes más tormentosos que se recuerdan, con un director (Michael Lehmann, ¿dónde estás?) pasándose constantemente de la raya con el presupuesto y unos actores de reparto (Danny Aiello, Andie McDowell, James Coburn) que no paraban de preguntarse dónde demonios se habían metido. El resultado final llegó a los cines con la palabra "bluff" en boca de todos. Y, sí: "El Gran Halcón" es un egotrip de proporcionaes mastodónticas (Eddie Hawkins es la apoteósis del wisecracking, el cénit de la chulería, la elevación a la enésima potencia del caradura simpático estilo "Luz de Luna"). También es cierto que el sentido del absurdo de una película que pasa radicalmente de ser cine de acción a comedia idiota (y viceversa) no está hecho para todos los gustos. Pero, si pasamos por alto todo eso, nos queda una rara peli de aventuras llena de inventiva visual, one-liners antológicos y un palpable surrealismo que da lugar a secuencias verdaderamente memorables (la pelea en el barrio EUR de Roma, el dilatado clímax final). Anárquica, imprevisible y estilizada, "El Gran Halcón" es una de esas estimulantes heterodoxias que Hollywood produce muy de cuando en cuando. Y, aparte, el mayor fiasco en la carrera de Bruce Willis hasta "El desayuno de los campeones" (1999), otra que también tenía tela...
2 comentarios
Noel -
"El desayuno de los campeones" no me la esperaba: ¡¡más rara que un perro verde!! Está muy bien, pero (a parte de tú, yo y alguno más) no la ha visto nadie. ¿Por qué?
La-Ruina-de-la-Familia -