Blogia
Los archivos de EL EMPERADOR DE LOS HELADOS

Chicas ensangrentadas para un viernes 13

Estas atractivas enfermeras zombis (tres palabras que son pura poesía cuando las pones una tras otra) son parte de la campaña publicitaria de House of the Dead: Overkill, el juego que va a convertir tu Wii en una explotation de serie Z. Lo cual resulta un movimiento coherente para una consola que debería empezar a aceptar sus limitaciones e intentar extraerles el máximo partido. Como una película italiana de zombis, sin ir más lejos. De todos modos, no deberíamos acostumbrarnos a que la máquina de Nintendo acoja muchos juegos con banda sonora de porno setentero, humor cafre y ultraviolencia a lo "Planet Terror".

A lo que íbamos. Chicas ensangrentadas: los responsables de márketing en Sega han tenido una gran idea para vender un producto de estas características, aunque no son los primeros. Allá por el verano de 2006, la adaptación al cine de la saga "Silent Hill" desembarcó en Japón de la mano de cincuenta cosplayers, convenientemente ataviadas de Dark Nurses (revisad la película, salen hacia el final). La estrategia salió tan bien que Konami aprovechó para montar la Silent Hill Shoking House, una casa encantada en la que uno podía tener un cara a cara con el mismísimo Pyramid Head. Así que la utilización de enfermeras zombis como reclamo publicitario es otro logro que "House of the Dead" le ha copiado a "Silent Hill".

Megan Fox no se ha licenciado en Enfermería, pero también utiliza la sangre humana como complemento estético en esta primera foto de "Jennifer’s Body", la comedia negra escrita por Diablo Cody. Bueno, esta es la primera foto oficial, porque todos hemos visto (y por "hemos visto" quiero decir "hemos establecido como fondo de pantalla") aquellas instantáneas en las que la protagonista de "Transformers" se bañaba en el lago con un vestido realmente tenue. A diferencia de las enfermeras que anuncian videojuegos de terror, "Jennifer’s Body" no se perfila como una fantasía masculina (de la rama geek/pajera), sino como un brutal alegato feminista: la protagonista, una animadora no muerta, se alimenta de la carne de los hombres que la despreciaron en vida. O sea, una inversión de los roles clásicos del terror adolescente, cuya moraleja probablemente sería: no trates mal a las cheerleaders, o ellas acabarán arrancándote la cara a mordiscos. Lo cual suena increíblemente sexy, desde un punto de vista abyecto y enfermo.

Feliz Viernes 13 a todos, amigos y vecinos. Y de cara a mañana, feliz San Valentín. Tratad de enlazar las dos festividades y tendréis un fin de semana lleno de Eros y Tánatos, las dos únicas razones por las que realmente merece la pena vivir.

4 comentarios

Steam Monkey -

Chicas preciosas.

Es una lástima que no le dedique periodicamente la atención que merece este Blog...

Saludos

YeOldeNemesis -

No crea. En otra ocasión, nos enviaron tres coristas, de muy buen ver, con motivo del lanzamiento del Space Channel 5, y no sólo no las dejaron pasar por la puerta si no que además las prohibieron hacer en la puerta de Zeta la coreografía que tenían preparada. Nosotros nos tuvimos que dar una ducha fría.

Noel -

Je, je: ¡una gran historia! De todos modos, me parece que los securities de Zeta no les dejaban pasar porque eran dos tíos andrajosos: con las dos enfermeras zombi de arriba no creo que hubiese habido problemas.

YeOldeNemesis -

Lo de disfrazar a la peña de zombie para promocionar un juego no es nuevo para Sega. Recuerdo hace la tira de años, cuando lanzaron en España el Zombie Revenge de Dreamcast y en el sector se ataban a los perros con longanizas, como enviaron a las redacciones de las revistas a un par de tíos caracterizados de zombies (hasta las últimas consecuencias) para entregar copias limitadas de los juegos. Y no se trataba de las típicas ediciones de prensa, con carpetita y CD de imágenes: eran unos ataudes acojonantes con una cruz troquelada en la tapa a través de la cual se podía vislumbrar un ojo brillante. En su interior, una máscara de zombie, un bote de sangre falsa, vendas, calcomanías de cicatrices y una pila de petaca para alimentar el "ojo brillante". No le cuento las movidas que tuvimos con los seguridad de Zeta para que dejaran pasar a la pareja de podridos, vestidos con andrajos, maquillados de lujo, y cargados con un porrón de ataudes. El mío lo conservo en buen estado, con la esperanza de venderlo algún día en eBay cuando las deudas me sobrepasen.