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¿Qué se siente?

¿Qué se siente?

Morir ahogado tiene un cierto halo de oscuro romanticismo: incontables heroínas literarias han acabado revolviéndose entre las olas, con las enaguas ondeantes flotando sobre sus cabezas. En realidad, ahogarse hasta la muerte no es bonito ni indoloro, aunque puede ser sorprendentemente rápido.

La velocidad a la que uno se ahoga depende de varios factores, incluyendo sus habilidades natatorias y la temperatura del agua. En el Reino Unido, donde el agua está generalmente fría, el 55% de los ahogamientos al aire libre ocurren a tres metros de tierra firme. Dos tercios de las víctimas son buenos nadadores, lo que sugiere que uno puede verse en dificultades en cuestión de segundos (...) Normalmente, cuando la víctima se da cuenta de que no puede mantener su cabeza sobre el agua tiende a dejarse llevar por el pánico, lo que conduce a la clásica "lucha por la superficie": da bocanadas de aire en la superficie y mantiene la respiración mientras se hunde (...) Al estar luchando por respirar, no puede gritar para pedir ayuda. Su cuerpo está recto, sus brazos se mueven débilmente, como si intentase subir por una escalera inexistente en el mar. Estudios realizados con guardacostas neoyorquinos en los años cincuenta y sesenta descubrieron que esta fase dura sólo de 20 a 60 segundos.

Cuando la víctima acaba por sumergirse, aguanta la respiración lo máximo posible (normalmente, de 30 a 90 segundos). Después de eso, inhala algo de agua, resopla, tose e inhala un poco más. El agua bloquea el intercambio de gases en tejidos delicados de los pulmones, así como inhalar agua también provoca que la vía respiratoria se cierre del todo (un acto reflejo llamo laringospasmo). Al tiempo que el agua baja, se da una sensación de desgarro y ardor en el pecho, que luego se convierte un cierto sentimiento de calma y tranquilidad (...) Esta calma significa el comienzo de la pérdida de conciencia, provocada por la falta de oxígeno, que va dando paso a la parada cardiaca y a la muerte cerebral.

Esto es sólo uno de los apartados del sensacional artículo How does it feel?, que la revista "New Scientist" ha publicado en su especial sobre la muerte. Descripciones profusas de lo último que nos pasa cuando nos quemamos, nos ahorcamos, nos electrocutamos, explotamos o nos decapitan

5 comentarios

Noel -

Sí, exacto. ¡Me alegra que se haya dado cuenta!

elhombrecohete -

Que haya elegido esta versión de "Les Amants" de René Magritte no puede ser fruto de la coincidencia. Creo recordar que el pequeño René presenció cómo sacaban el cadaver de su madre ahogada con el rostro cubierto por las ropas que vestía. Magritte supo transformar este hecho traumático en imagen poética recurrente.
Es fabuloso que use la obra de este artista con tanta coherencia, no como los horrorpublicistas y algún que otro habitante del infrawebmundo.
Gracias.

Noel -

Lo desconozco, jvol.

jvol -

Interesantísimo articulo.¿Lo puedo encontrar en la legua vernácula de Cervantes para poder entenderlo al 100 %?

Chus -

Increible!