Nosotros no negociamos con terroristas: "La Tierra de los Muertos Vivientes"
Tras demasiados años de silencio y subterfugios televisivos, el viejo lobo ha vuelto. Y lo ha hecho demostrando que, si bien sus jóvenes cachorros (Zack Snyder, Edgar Wright, Eli Roth) están a años luz en lo que a tratamiento visual y sentido del ritmo se refiere, sigue sin haber nadie como él a la hora de elaborar certeras y oscurísimas parábolas sociales a base de putrefactos muertos vivientes. El último trabajo de George A. Romero comparte con la incomprendida "El Bosque" su visión de los Estados Unidos post-11 de septiembre como un búnquer cerrado en sí mismo, aislado de un mundo exterior que se ha vuelto incomprensible y, por tanto, temible. La inmensa fortaleza-rascacielos que domina la ciudad humana de "La Tierra de los Muertos Vivientes" se erige también como símbolo polisémico de las intenciones de esta película: Fiddlers Green es, al mismo tiempo, una burbuja de bienestar y bonanza que contrasta con las miserables condiciones de vida de los que no pueden permitirse residir en ella, el sueño altruista de un mercenario (aparentemente) sin escrúpulos, el lujoso castillo de un señor feudal que tendrá que ver cómo su imperio se desmorona por culpa de una revolución zombi-proletaria, el espejismo de libertad en el que viven los norteamericanos de hoy en día (magistralmente condensado en ese plano de un periquito mecánico encerrado en su jaula) y una sangrante metáfora de la administración Bush (de hecho, el personaje de Dennis Hopper samplea algunas de las frases más celebres de su presidente) que adquiere aún más relevancia ante lo que está sucediendo ahora mismo en Nueva Orleans.
Vale que los diálogos y el diseño de personajes siguen sin ser el fuerte de Romero, pero el maestro sabe compensarlo por la vía del gore explícito (incluso juega con la autorreferencia en uno de los desmembramientos más salvajes de la función), del codazo cómplice (o sea, los cameos de Simon Pegg, Edgar Wright y Tom Savini) y de la poesía macabra (el ejército de zombis surgiendo de las aguas). Por si todo esto fuera poco, también se permite convertir a Asia Argento en icónica heroína de serie B y trazar tenues paralelismos entre la epopeya de nuestros héroes vivos y la de nuestros otros héroes, los muertos. Porque aquí, por primera vez, los zombis son los buenos. Y eso, amigos y vecinos, sólo se lo puede permitir un perro viejo como el gran George A. Romero.
Vale que los diálogos y el diseño de personajes siguen sin ser el fuerte de Romero, pero el maestro sabe compensarlo por la vía del gore explícito (incluso juega con la autorreferencia en uno de los desmembramientos más salvajes de la función), del codazo cómplice (o sea, los cameos de Simon Pegg, Edgar Wright y Tom Savini) y de la poesía macabra (el ejército de zombis surgiendo de las aguas). Por si todo esto fuera poco, también se permite convertir a Asia Argento en icónica heroína de serie B y trazar tenues paralelismos entre la epopeya de nuestros héroes vivos y la de nuestros otros héroes, los muertos. Porque aquí, por primera vez, los zombis son los buenos. Y eso, amigos y vecinos, sólo se lo puede permitir un perro viejo como el gran George A. Romero.
10 comentarios
lucia -
A pesar de que eso, porque no hay que pedirle tanto a una pela de zombies, es entretenida y tiene partes muy graciosas.
Noel -
No seré yo quien se lo impida...
EKI -
¿Cómo iba a cargarse a todos? Tiene que haber segundo encontronazo en el que los humanos salgan algo más mal parados y luego un ajuste definitivo de cuentas... ya me los veo...
Empire, Earth, Universe, Whatever, of the Dead...
Noel -
charlie -
Ike Janacek -
Aunque tuve un profesor de diseño que al tratar el tema fantástico nos decía: "A diferencia de los vampiros, los zombis gustan sobre todo a seres marginales, al lumpen, macarrillas de bar y gente de mal vivir"
Jajaja, y él con su camiseta de Tintín, reloj Swatch Pop estampado con mariposas y bermudas. Daban ganas de descuartizarlo.
Me da igual que sea malucha. Este fin de semana me retrato en taquilla para una deliciosa ración de muertos vivientes :)
Señor Toldo -
La película está en mis futuribles. Pero antes me apetece hacerme un repaso de la trilogía.
La Ruina de la Familia -
Hombre Lobo -
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Sin embargo, has dado en el clavo en una cosa: esta película refleja sin lugar a dudas lo que ha pasado en la industria del cine tras el 11 de septiembre. La línea de "no negociamos con terroristas" nos marca el clima, pero precisamente por ese clima se hace necesario (para el creador, para la industria y para el espectador promedio) el tener un héroe que salve el día y que resuelva todo. Porque la humanidad (es decir, la humanidad para los que hacen estas películas, o sea, el americano promedio) no soportaría la idea de que el Mal y la Demencia y el Caos triunfaran al final. A lo mejor mi descontento tiene más que ver con una idea que tengo de ciertas cosas en la vida que con una mera cuestión de estética. Quien sabe. En todo caso, el debate está interesante.
Hombre Lobo -