Pictures of You
Del mismo modo que hay quien siente debilidad por los pies de su pareja o los humoristas malos, hay personas que disfrutan mucho con la fotografía digital. Se trata de gente que, ya sea con su cámara último modelo o con su móvil next generation, se dedican a hacer fotos de (literalmente) t-o-d-o lo que les pasa, desde su cara de nervios antes de un examen hasta un buzón que encuentran por la calle y que encuentran mínimamente artístico (dos casos reales que he presenciado con mis propios ojos). Estamos hablando de seres sin escrúpulos que te sueltan, en medio de una conversación y sin motivo aparente, un alarido que suena como ¡fotooooooo! y, acto seguido, te encuentras a ti mismo posando como un mermado y mirando al objetivo plateado de un teléfono móvil. No obstante, lo peor de todo viene después de que salte el flash: los fotografiados se agolpan como locos para poder ver antes que nadie cómo han salido de guapos (o de menos feos) en la instantánea en cuestión, algo que con las cámaras antiguas no pasaba. Por suerte, claro.
Bien. Todo esto viene al caso porque últimamente estoy más que harto de salir en fotos de recién estrenadas cámaras digitales, pero también porque he descubierto un link en The Ultimate Insult que me parece de lo más interesante: se trata de The Thought Project, una curiosa iniciativa del danés Simon Hosberg que consiste en fotografiar no solo el careto de un individuo determinado, sino también en hacer un esfuerzo por captar sus pensamientos. La web, de diseño sobrio pero excelente, contiene un buen puñado de fotos de personas anónimas acompañadas de sus declaraciones sobre lo que estaban pensando segundos antes de ser retratadas. La respuesta a la pregunta obvia (o sea: ¿es la cara del fotografiado un reflejo de su actividad neuronal?) se deja a la imaginación del visitante, pero yo casi que me alegro de que sea así. Al fin y al cabo, si de verdad se pudiera leer de algún modo lo que estaba pensando en las decenas de fotos en las que he tenido que salir a lo largo de este mes de enero, mucho me temo que un montón de personas me dejarían de dirigir la palabra.
Oh, no os enfadéis, hombre. Sabéis que es broma...
Bien. Todo esto viene al caso porque últimamente estoy más que harto de salir en fotos de recién estrenadas cámaras digitales, pero también porque he descubierto un link en The Ultimate Insult que me parece de lo más interesante: se trata de The Thought Project, una curiosa iniciativa del danés Simon Hosberg que consiste en fotografiar no solo el careto de un individuo determinado, sino también en hacer un esfuerzo por captar sus pensamientos. La web, de diseño sobrio pero excelente, contiene un buen puñado de fotos de personas anónimas acompañadas de sus declaraciones sobre lo que estaban pensando segundos antes de ser retratadas. La respuesta a la pregunta obvia (o sea: ¿es la cara del fotografiado un reflejo de su actividad neuronal?) se deja a la imaginación del visitante, pero yo casi que me alegro de que sea así. Al fin y al cabo, si de verdad se pudiera leer de algún modo lo que estaba pensando en las decenas de fotos en las que he tenido que salir a lo largo de este mes de enero, mucho me temo que un montón de personas me dejarían de dirigir la palabra.
Oh, no os enfadéis, hombre. Sabéis que es broma...
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morri -