Aquí los Conejos Muertos
Andy Reily es un tío muy raro. Y, ojo, que no estoy utilizando ese adjetivo a la ligera: cuando en "El Emperador de los Helados" se dice que alguien es raro, podéis tener por seguro que se trata de un auténtico perro verde. Porque vamos aver una cosa: ¿de qué otra manera se podría calificar a alguien capaz de escribir guiones para programas de la BBC tan marcianos como "The Armando Iannucci Shows" o "The Saturday Night Armistice", firmar un largo ensayo basado en el libro "Cómo hacerse rico" de Donald Trump, crear una teleserie con el insuperable título de "The Nearly Complete and Utter History of Everything", conceder entrevistas en las que no cuenta más que mentiras y escribir un libro infantil sobre unos conejitos empeñados en suicidarse de todas la maneras posibles?
Precisamente de The Book of Bunny Suicides (que descubrí hace tiempo gracias al Castoro Fotonico) es de lo que quiero hablaros hoy. Para empezar, el libro no tiene trama ninguna: son solo conejitos suicidándose. Nada más y nada menos. A cada descripción del suicidio (apenas un par de líneas) le acompaña una ilustración que nos puede recordar tanto a la maestría lateral de Edward Gorey como a la economía de medios de una tira cómica dominical. ¿Y por qué quieren suicidarse estos lindos animales? Ni idea. Y eso es lo bueno. Aún no hay traducción en castellano, pero tampoco importa: el esquinado sentido del humor de Riley (inglés y macabro, como debe ser) solo se puede apreciar con todos sus matices en su lengua original. Así que ya sabéis: si sois un poco malas personas y os gustan los libros aparentemente tontos pero cargados de mala leche, "The Book of Bunny Suicides" (y sus segunda parte, "Return of the Bunny Suicides") es vuestro libro.
Precisamente de The Book of Bunny Suicides (que descubrí hace tiempo gracias al Castoro Fotonico) es de lo que quiero hablaros hoy. Para empezar, el libro no tiene trama ninguna: son solo conejitos suicidándose. Nada más y nada menos. A cada descripción del suicidio (apenas un par de líneas) le acompaña una ilustración que nos puede recordar tanto a la maestría lateral de Edward Gorey como a la economía de medios de una tira cómica dominical. ¿Y por qué quieren suicidarse estos lindos animales? Ni idea. Y eso es lo bueno. Aún no hay traducción en castellano, pero tampoco importa: el esquinado sentido del humor de Riley (inglés y macabro, como debe ser) solo se puede apreciar con todos sus matices en su lengua original. Así que ya sabéis: si sois un poco malas personas y os gustan los libros aparentemente tontos pero cargados de mala leche, "The Book of Bunny Suicides" (y sus segunda parte, "Return of the Bunny Suicides") es vuestro libro.
3 comentarios
Steam Man -
Noel -
Por cierto, muchas gracias por linkarme.
Álvaro -
:)