Por todos los santos
De EiTB 24:
SE BUSCA SANTO PARA INTERNET
La Iglesia Ortodoxa rusa emprendió la búsqueda de un santo patrono que guíe espiritualmente y proteja a los fieles cuando usan internet, siguiendo los pasos de la Iglesia Católica que hace algún tiempo designó al beato italiano Santiago Alberione como patrono de internet.
La candidatura del beato Alberione, fundador de la Familia Paulina, se impuso en el Vaticano tras una dura competencia que incluyó a "pesos pesados" del catolicismo. Ahora, el clero ortodoxo está inmerso en un debate sobre cuál de los dos candidatos que han llegado a la recta final de la selección tiene más méritos para alzarse con el título.
Uno de estos es San Feofan, el Ermitaño, un santo que fue obispo de Nikei en el siglo IX d.C. y se destacó en la vida terrenal como protector de los íconos frente a la furia de los destructores de imágenes. El otro candidato es San Juan Crisóstomo, obispo de Constantinopla en el siglo V d.C., y patrono de los predicadores, llamado "boca de oro" por su gran elocuencia.
SE BUSCA SANTO PARA INTERNET
La Iglesia Ortodoxa rusa emprendió la búsqueda de un santo patrono que guíe espiritualmente y proteja a los fieles cuando usan internet, siguiendo los pasos de la Iglesia Católica que hace algún tiempo designó al beato italiano Santiago Alberione como patrono de internet.
La candidatura del beato Alberione, fundador de la Familia Paulina, se impuso en el Vaticano tras una dura competencia que incluyó a "pesos pesados" del catolicismo. Ahora, el clero ortodoxo está inmerso en un debate sobre cuál de los dos candidatos que han llegado a la recta final de la selección tiene más méritos para alzarse con el título.
Uno de estos es San Feofan, el Ermitaño, un santo que fue obispo de Nikei en el siglo IX d.C. y se destacó en la vida terrenal como protector de los íconos frente a la furia de los destructores de imágenes. El otro candidato es San Juan Crisóstomo, obispo de Constantinopla en el siglo V d.C., y patrono de los predicadores, llamado "boca de oro" por su gran elocuencia.
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