La increíble historia de Ronald McDonald
Seguimos con los payasos, concretamente con el que probablemente sea el payaso más popular e inquietante de la cultura occidental: Ronald McDonald. Todo el que haya leído la magistral novela corta "Hacia el oeste, el avance del imperio continúa", de David Foster Wallace, sabrá que este icónico y bonachón personaje que encarna a la cadena de restaurantes fast foodmás emblemática del planeta es una fuente inagotable de leyendas urbanas: está claro que hay algo que no funciona en un payaso de aspecto amable pero que es, en realidad, una imagen corporativa de lo más feroz. Foster Wallace se lo imaginó como una entidad trascendental, que tenía vida propia más allá de los actores que lo interpretaban (desde un pedófilo cincuentón hasta un adolescente palurdo y fumeta), un icono del siglo XX que, nos guste o no, forma parte de nuestras vidas y del inconsciente colectivo. Pero la verdad es que Ronald McDonald no fue producto de un brainstorming perpetrado por ejecutivos sin escrúpulos en busca de la imagen corporativa perfecta, sino creación personal de un malogrado actor televisivo en horas bajas.
En 1960, Willard Scott (gloria de la TV de los 50 gracias a su papel en la popular serie "Today") sobrevivía en una televisión local con su personaje Bozo el payaso, equivalente a otros fenómenos autóctonos como el abisal Ginesito y fuente de inspiración para el Krusty de "Los Simpsons". Según cuenta Scott en su biografía "The Joy of Living", Bozo era uno de los personajes más queridos por los niños americanos de la época, casi al mismo nivel que Pluto o Dumbo: por lo tanto, parecía algo natural que las dos cosas que volvían locos a los chavales (payasos y hamburguesas) se unieran para hacer saltar la banca. Así, los de McDonald's contactaron con Scott para que Bozo se dejara ver por la apertura del primer restaurante en Alexandria, Virginia: tan solo tres años después, en 1963, el show de Bozo había sido cancelado y los jefazos de McDonald's le pidieron a Scott que se inventara otro personaje totalmente nuevo para cubrir su hueco. "Así que me senté y creé a Ronald McDonald's", dice el padre de la creatura en su libro.
Lo cierto es que la imagen original de Ronald era muy diferente a la que todos hemos aprendido a amar/odiar: nariz de papel blanca, sobrero de cartón con McMenú incorporado, pelo rubio de estropajo... Los primeros anuncios de McDonald's, que tanto fascinan al Foster Wallace, datan del 63, y los podéis encontrar en esta página que, dicho sea de paso, ha sido mi principal fuente de información para este post. El mejor (sin duda) es el tercero, por la genuina sensación de escalofrío que consigue transmitirnos de forma casi intangible. Y si queréis seguir profundizando en la onda Ronald McDonald os podéis pasar por su web oficial, en la que también están presentes el resto de personajes que conforman esta familia feliz: el Ladrón de Hamburguesas, Grimace y Birdie. Al parecer, viven todos en un mundo de fantasía donde solo se alimentan de hamburguesas y patatas fritas. Como el tío de "Super-Size Me", vamos.
En 1960, Willard Scott (gloria de la TV de los 50 gracias a su papel en la popular serie "Today") sobrevivía en una televisión local con su personaje Bozo el payaso, equivalente a otros fenómenos autóctonos como el abisal Ginesito y fuente de inspiración para el Krusty de "Los Simpsons". Según cuenta Scott en su biografía "The Joy of Living", Bozo era uno de los personajes más queridos por los niños americanos de la época, casi al mismo nivel que Pluto o Dumbo: por lo tanto, parecía algo natural que las dos cosas que volvían locos a los chavales (payasos y hamburguesas) se unieran para hacer saltar la banca. Así, los de McDonald's contactaron con Scott para que Bozo se dejara ver por la apertura del primer restaurante en Alexandria, Virginia: tan solo tres años después, en 1963, el show de Bozo había sido cancelado y los jefazos de McDonald's le pidieron a Scott que se inventara otro personaje totalmente nuevo para cubrir su hueco. "Así que me senté y creé a Ronald McDonald's", dice el padre de la creatura en su libro.
Lo cierto es que la imagen original de Ronald era muy diferente a la que todos hemos aprendido a amar/odiar: nariz de papel blanca, sobrero de cartón con McMenú incorporado, pelo rubio de estropajo... Los primeros anuncios de McDonald's, que tanto fascinan al Foster Wallace, datan del 63, y los podéis encontrar en esta página que, dicho sea de paso, ha sido mi principal fuente de información para este post. El mejor (sin duda) es el tercero, por la genuina sensación de escalofrío que consigue transmitirnos de forma casi intangible. Y si queréis seguir profundizando en la onda Ronald McDonald os podéis pasar por su web oficial, en la que también están presentes el resto de personajes que conforman esta familia feliz: el Ladrón de Hamburguesas, Grimace y Birdie. Al parecer, viven todos en un mundo de fantasía donde solo se alimentan de hamburguesas y patatas fritas. Como el tío de "Super-Size Me", vamos.
11 comentarios
ian -
pedro -
lala5000 -
luis -
ronald....mc carlos -
Radick -
Y si haces un blog me lo mandas igual...
Sale amigo, sigue poniendole salsa.
vanessa pirela -
edimi -
por que no escriben como murio? -
Noel -
Lord Auch -