Vaya Santa Claus
Ser el Papá Noel de un centro comercial debe de ser, sin lugar a dudas, lo más cerca que uno puede estar del Infierno sin abandonar este mundo. Pensémoslo por un momento: además de tener que lidiar con una cantidad ingente de niños y niñas sentados en sus rodillas (algunos de ellos, con sobrepeso y/o cierta tendencia al muermo), el falso Santa debe soportar jornadas laborales inadmisibles, intentos de arrancarle de cuajo la barba falsa, acusaciones de ser un impostor (normalmente acompañadas de lo de la barba), flashes cegadores de decenas de cámaras digitales, salarios realmente insultantes... Todavía el falso Rey Mago de centro comercial lo tiene más fácil: al fin y al cabo, son tres personas entre las que repartir los mocosos, mientras que Santa Claus está solo ante el peligro. ¿Y cómo se le reconoce todo esto al valiente que acepta el trabajo? Pues, a tenor de esta noticia, si consigue evitar el despido ya debería considerarse afortunado: parece ser que un Papá Noel londinense fue puesto en la calle sólo una hora después de haber empezado a trabajar. ¿El motivo? Que superó el límite de treinta segundos por infante que le imponen los de la empresa Dreamtime Events (nombre siniestro donde los haya). El hombre declaró que es materialmente imposible escuchar a los niños, leer sus listas de regalos y hacerse una foto con ellos en menos de treinta segundos: si ya de por sí es un trabajo infernal, no me quiero ni imaginar lo que puede ser hacerlo a contrarreloj... Aún así, siempre es mejor que trabajar como empleado de la limpieza en un sex shop. SIEMPRE hay algo mejor que eso.
No obstante, todo el que haya sido humillado por el sistema en la sección infantil de una gran superficie tiene, desde hace un par de años, su película-manifiesto: Bad Santa, una considerable dosis de bilis y mala leche camuflada de comedia navideña que provocó verdaderos estragos en las oficinas de Miramax (filial de la Disney y blanco de todas las iras de padres indignados) poco antes de que esta dejara de existir. La película no pasará a la historia como la mejor de su director (un Terry Zwigoff que tiene en su haber dos obras maestras del tamaño de "Crumb" y "Ghost World"), pero puede que sí que lo haga por contener algunos de los diálogos más políticamente incorrectos jamás escuchados en una cinta de tema navideño (Fuck me, Santa! Fuck me, Santa! Fuck me, Santa!). Si queréis más Papá Noeles polémicos, no tenéis más que echarle un vistazo a la mítica serie de animación "Futurama" (arriba a la izquierda os dejo a su Santa Bot), descubrir el cameo de John Milius en una de las escenas eliminadas de "1941" o leeros el inagotable "How The Grinch Stole Christmas!" del Dr. Seuss. Y, barriendo para casa, uno no puede dejar de recordar el asesinato de los tres Reyes Magos a manos de un espídico Santiago Segura en "El día de la Bestia": un auténtico clásico navideño.
3 comentarios
Noel -
Kalimero: Ahpra que lo pienso, Chuck Palahniuk podría escribir un gran relato sobre un Santa Claus de centro comercial. Se parecería un poco a las descripciones del trabajo de Victor Mancini en "Asfixia", pero con trasfondo navideño.
kalimero -
Saludos.
EKI -