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La zanahoria de Bill

La zanahoria de Bill

En "Tripas", abrasivo relato que Chuck Palahniuk incluyó en su excelente (e incomprendida) "Fantasmas" (2005), un narrador excesivamente delgado nos relata tres accidentes masturbatorios que, en un crescendo de turbiedad, van de lo simplemente asqueroso a lo insoportable. No es casual que el autor pasase un buen tiempo leyendo este relato en sus conferencias: según cuenta la leyenda, no faltaba una en la que alguien no vomitara, se desmayara o se levantara corriendo de su asiento. Yo mismo leí "Tripas" en el metro y, bueno, digamos que tuve que apartar la vista del libro, apoyarme en la pared del vagón y terminarlo sentado en casa, donde hay menos riesgo de que ocurra cualquier desgracia. Para amplificar el efecto del relato, Palahniuk le pide al lector que coja aire y aguante la respiración durante toda la lectura. Imposible, claro, pero la sensación de asfixia se logra de manera bastante efectiva.

La denominada ’asfixia erótica’ es una de las parafilias clasificadas por la American Psychiatric Association como potencialmente peligrosas. En efecto, impedir la circulación de oxígeno en el cerebro durante el orgasmo tiene su riesgo, pero la presencia de otro garantiza una cierta seguridad (al fin y al cabo, una persona tarda alrededor de veinte segundos en asfixiarse, tiempo más que suficiente para que su partenaire deje de apretar). En cambio, la asfixia autoerótica es otra cosa: la víctima está sola, por lo que lo más normal es que sea hallada muerta por algo muy parecido a un ahorcamiento, aunque rodeado de ciertos detalles comprometedores. Eso es lo que presuntamente le ha ocurrido al gran David Carradine, quien ya figura en la lista de casos célebres de Wikipedia. En "Tripas", el narrador se refiere a una zanahoria y a un perro imaginario como talismanes que los familiares de la víctima utilizan para evitar enfrentarse a la realidad. Algo así como el elefante en la habitación (de hotel). En el caso de Carradine, esperemos que este final, tan proclive al humor negro, no pese más que su retahíla de papeles icónicos e inolvidables.

10 comentarios

Ibán Manzano -

Es imposible no contemplar esta noticia desde la rumorología más candente. Pero como se apunta arriba, la cosa es que tan triste suceso, por sus maneras, apuntala el mito... aunque nunca debería devorar al gran Carradine.

Apático -

Esto le pasa mucho a los artistas, que parecen ser excesivamente proclives a pelársela con la soga al cuello...

Lucía -

Yo estoy con Danzante...morir mientras te masturbas tiene su aquel...

Noel -

Ay, si apenas pude soportar "Tripas" sin un conato de mareo, no me quiero ni imaginar lo que me pasaría por el cuerpo con el que usted recomienda. Entiéndame, soy un tipo duro, pero el dolor genital y el ocular son mis puntos débiles. En el cine y (supongo) en la vida real.

sergio -

A mí Tripas tampoco me parece lo único cojonudo de Fantasmas, sino la parte de un todo cojonudo. Eso sí, es un divertimento muy entrañable y puñetero, pero para nada uno de los relatos más incómodos y grotescos que han escrito sobre genitales y masturbaciones, pero para nada. Me viene a la memoria uno que lo supera con creces y va mucho más lejos, El Mundo del Amor, del genial Aldo Nove.

Enric -

Tripas. Excelente relato corto!!! no lo conocia

Noel -

Andrés, yo tampoco recuerdo en cuál era, pero "La cosecha" es un clásico imprescindible, tanto de Amy Hempel como de la literatura UNIVERSAL.

Danzante -

Un final masturbatorio es un gran final: para mí pesa a su favor.

Relato apuntado, por cierto.

Andres G. Mendoza -

Hablando de Palahniuk. En uno de sus libros -no recuerdo ahora mismo el título- hablaba muy bien de un relato de Amy Hempel (La cosecha). Esta semana pasada vi que habian sacado un recopilatorio de historia cortas de esta autora, entre ellos, el citado por Palahniuk

HT -

Usté es MUY grande.