Hammer Summer: La Momia visita Londres
Bizácoras quiere conmemorar un par de fechas que deberían significar mucho para todos vosotros: el estreno de la última película de la Hammer (hace treinta años) y el final de su serie televisiva (hace veinte). Por eso, este agosto celebramos el HAMMER SUMMER, dedicado a repasar los logros de uno de los mejores estudios cinematográficos que en el mundo han sido: "El Emperador de los Helados" se encarga, como podéis ver, del ciclo de la Momia. Estad atentos a las novedades en la lista de Bizácoras, y deleitaos con la iniciativa de Harmony House (el primer blog que ha empezado a hammerizarse): "Hammerettes", o un recorrido sentimental por las chicas que gritaron al son de las partituras de James Bernard.
Cuando, allá por 1932, la Universal planeó incorporar a la Momia a su incipiente catálogo de monstruos cinematográficos, se enfrentó a un importante dilema: a diferencia de Drácula o el monstruo de Frankenstein, este personaje no tenía una base literaria o teatral como respaldo, por lo que nadie sabía cómo iba a reaccionar el público ante este nuevo monstruo. Por ello, el estudio no quiso arriesgar prácticamente nada con la producción de "La momia" (1932): la película de Karl Freund canibaliza sin pudor los hallazgos del "Drácula" de Browning, hasta el extremo de contar con los mismos actores interpretando a personajes similares o con escenas prácticamente calcadas de su anterior éxito. Más importante aún, la Momia nacía con una mitología de segunda mano: sus temas rectores (el amor inmortal, el miedo a lo ancestral, la vida después y más allá de la muerte) eran los mismos de la novela de Bram Stoker. Cuando el estudio británico Hammer decidió reformular algunos de los clásicos del terror de la Universal, las similitudes entre la Momia y el conde se acentuaron aún más: la acción se trasladaba al Londres del siglo XIX, Peter Cushing repetía el papel de cazamonstruos que ya bordara en el "Drácula" de Terence Fisher y, sobre todo, Christopher Lee volvía a encarnar al personaje del título. Es decir, que la Hammer cambió la capa negra por las vendas roídas.
De todos modos, resultaría algo injusto descalificar a La momia (1959) como un sucedáneo de "Drácula": Fisher supo imprimirle la suficiente personalidad como para que resultara una película bastante notable, uno de los clásicos refinados y atmosféricos que nos regaló la productora en sus años dorados. Es importante señalar que el punto de partida no fue la película de Karl Freund, sino dos de sus secuelas de bajo presupuesto: "The Mummy's Hand" (1940) y "The Mummy's Tomb" (1942), de las que el guionista Jimmy Sangster tomó prestado al personaje principal (Kharis, y no Him-Hotep). El argumento de la Momia hammeriana es muy parecido al de sus dos fuentes de inspiración: un grupo de arqueólogos británicos pretende descubrir el sarcófago de la princesa egipcia Ananka, sin conocer las graves consecuencias que conlleva profanar el sueño de los muertos (sobre todo de aquellos que descansan a orillas del Nilo). Al ser abierta la tumba de su protegida (y amada) princesa, el sacerdote Kharis vuelve de la tumba para vengarse de los arrogantes ingleses, pero sus planes se tuercen cuando descubre que la hija del jefe de expedición se parece sospechosamente a su Ananka (de hecho, ambos personajes fueron interpretados por la misma actriz, Yvonne Furneaux). Maestro en la dirección de actores y dotado de un gusto por el detalle realmente excepcional, Fisher consiguió sacar oro puro de los irreales decorados —ese pantano nebuloso...— y nos regaló una historia de amor fou con esa intensidad que sólo puede conseguir la serie B.
Las Hammer tardó algún tiempo en rentabilizar este éxito comercial y artístico: hasta 1964 tendríamos que esperar para ver su primera secuela, la competente La maldición de la momia. Dirigida por el simpar Michael Carreras, esta segunda parte contiene al menos una idea interesante (¡la Momia como atracción de feria!) y una hammerette para el recuerdo (la futura chica Bond Jeanne Roland), aunque ya quisiera esta momia tener la mitad del pathos que Lee le imprimió a la suya. El sudario de la momia (1967) ya cae directamente en la mediocridad con encanto: el director John Gilling, autor de la superior (y muy psciotrónica) "La plaga de los zombis" (1966), se limita a filmar al doble de Christopher Lee (Eddie Powell, fans fatales de la Gran H) cubierto de vendas y vengándose por enésima vez de sus agresores. Ni siquiera el irrepetible Michael Ripper podía evitar el evidente desgaste que estaba sufriendo el ciclo, razón por la cual Sangre sobre la tumba de la momia (1971) no fue otra repetición del mismo esquema, sino un arriesgado cambio de rumbo. Impregnada del erotismo sofisticado que caracteriza a las producciones Hammer de principios de los 70, "Sangre..." abandona la idea del vengador con vendas para convertirse en un cuento onírico (y muy femenino) sobre la reencarnación que cuenta con la hipnótica mirada de Valerie Leon como sugerente punto de partida.
Para terminar, un último apunte: "Sangre sobre la tumba de la momia" estaba basada en "La joya de las siete estrellas" (1903), una de las novelas menos conocidas de Bram Stoker. Con estos datos, uno podría pensar que el escritor británico fue decisivo a la hora de forjar no solo uno, sino dos de los monstruos más importantes de la cultura popular.
14 comentarios
nadie -
Noel -
Hijo Tonto: ¡Vaya, muchas gracias! Si lo del afán enciclopédico lo dice la Wikipedia, entonces sí, me ha dado el afán enciclopédico.
Hijo Tonto -
Dios mio, cuanto sabe usted... y le da el afan enciclopédico y todo.
Hombre Lobo -
Lo siento, pero no pude evitarlo.
Noel -
Uruloki -
Yo le he dedicado el Hammer Summer al Profesor Bernard Quatermass y sus enfrentamientos a los eres venidos del espacio!
Dr.Benway -
Dr.Benway -
Noel -
No te preocupes: hasta hace un par de años yo era un compelto analfabeto en lo que a la Hammer se refiere. Empieza por los Quatermass y verás cómo te enganchas...
forfy -
andrinete -
Ike Janacek -
Uno de los recuerdos más vivos de mi infancia es la estupenda "¿Qué sucedió entonces?", una de las películas del Doctor Quatermass. Hace poco la volví a ver y casi recordaba tal cual cada plano: el caso es que el mismo memorable encanto tienen muchas de las otras películas de la factoría. Se merecen un verano y dos y tres :)
Alvy Singer -
Y La Momia es todo lo contrario, tal y como afirma, una cinta mitiquísiiiiima. El duo Cushing-Lee llena totalmente la pantalla.
¡Un saludo!
kalimero -
En fin, mientras me fustigare un rato con mi latigo regalo de los herederos de Escriba de Balaguer.
Saludos.