Duelo de divas
Como todo el que esté familiarizado con la carrera discográfica de William Shatner sabrá, los discos grabados por estrellas de la interpretación suelen acabar resultando fantasías ególatras de primer orden, más allá de la capacidad de fascinación que puedan ejercer sobre el oyente predispuesto. Cuando Scarlett Johansson anunció su intención de debutar como cantante con un disco compuesto casi íntegramente por versiones de Tom Waits, las reacciones fueron desde los inevitables gestos de estupefacción hasta las sonrisas malévolas de los que ya pronosticaban un fracaso. Sobre todo, hubo un montón de sonrisas malévolas que pronosticaban un fracaso. Finalmente, Anywhere I Lay My Head ha demostrado que la otra chica Bolena siempre cae de pie, sin importar la magnitud del desafío, y que sabe transformar un probable bluff en un debut apreciado por la crítica. Queda, no obstante, la duda de hasta qué punto estamos juzgando la idea del disco (musa de lo indie, ese concepto tan devaluado, interpreta algunos de los clásicos de una leyenda viva) en lugar de al disco en sí mismo.
No es necesario terminar la primera escucha para advertir que algo no funciona como debería en "Anywhere I Lay My Head". No se trata de los pequeños fallos que lastran algunas canciones, como "I Don't Wanna Grow Up" (¡esos sintetizadores!) o "Song for Jo" (¡y es la única original!), sino de algo más profundo y que afecta a todo el conjunto. Es muy probable que ese algo tenga nombre: Dave Sitek, guitarrista de TV on the Radio y productor/estrella invitada del disco. Como concepto, Scarlett versiona a Waits era lo suficientemente estable como para mantenerse por sí solo, quizá con un acercamiento más cercano a lo acústico, que dejase brillar a la única estrella que debería brillar en todo el disco. Por el contrario, Sitek opta por una producción grandilocuente, excesiva, ruidosa e irritantemente experimental: en lugar de ser el proyecto de vanidad de la señorita Johansson, "Anywhere I Lay My Head" se convierte en un duelo de divas en el que, mucho me temo, acaba saliéndose con la suya aquella a la que nadie había invitado. El tema que da título al disco es la prueba más diáfana: Scarlett Johansson ha querido rendir tributo a Tom Waits, pero el resultado ha acabado pareciéndose tremendamente a un disco de Enya.
6 comentarios
jonbrion -
Además, voz tampoco es que tenga. Con tanta capa sónica almenos queda disimulado.
Señor Toldo -
Y lo peor es que no creo que Scarlett tenga gran parte de culpa, sino ESA producción... por dios. ¡Si hasta hace bueno a lo de Hard Candy!
El Tallarín Esquizofrénico -
Si la votas te sentirás más cómodo contigo mismo.
Entra y verás que satisfacción.
La ofrecieron salir en la película de Indiana Jones, pero esta tan solicitada que tuvo que dejar a un lado las intervenciones en películas.
Que no te extrañe que en unos meses este de gira por el mundo, dando mítines y ayudando a los pobres.
Es tan maja que va a ir a frenar las guerras y a luchar por la paz mundial. Es la nueva Mahatma Gandhi.
Además, ha sobrevivido a un ataque zombie.
Vótala!
El Tallarín Esquizofrénico -
mil25 -
No creo que la producción de David Sitek afecte negativamente al disco. Creo que es uno de sus principales valores. El recurrir a una producción más standard, o que dejase brillar a la señorita Johansson, habría acercado demasiado el concepto del disco al de gente como la Bruni, o peor, al Rod Stewart más actual.
Interior Noche -