La habitación del pánico
Hoy voy a hablaros de Room Raiders, el programa de la MTV culpable de que todos los días se me atragante la comida.
El concepto es muy sencillo: un chico/chica tiene que escoger cuál de los tres chicos/chicas seleccionados/seleccionadas por el programa es el/la más indicado/indicada para llevárselo/llevársela a casa. Hasta ahí no es muy diferente que el clásico "Dating Game" inventado por Chuck Barris (si habéis visto la reivinidicable Confesiones de una mente peligrosa sabéis de lo que hablo). El problema es que "Room Raiders" introduce una variable considerablemente perversa en la ecuación: el/la protagonista no puede ver ni oír a los/las candidatos/candidatas, sino que solo se le permite inspeccionar a fondo sus habitaciones para, de ese modo, hacerse una idea de cómo es cada uno/una y elegir en consecuencia. En otras palabras: si Dismissed, el otro show de ligoteo adolescente de la MTV, nos parecía repugnante, eso es porque no conocíamos "Room Raiders".
En un primer momento, la idea sobre la que se sustenta el programa puede parecer aceptable: en lugar de dejarse guiar por el aspecto físico, los responsables del programa prefieren que la gente elija en función de otras razones aparentemente más profundas. El problema se hace visible cuando todo eso se lleva a la práctica: en el programa del pasado viernes, los tres chicos seleccionados observaban desde una furgoneta y a través de cámaras ocultas cómo la chica inspeccionaba a fondo sus habitaciones. En lo primero que se fijaba la muchacha era, indefectiblemente, en si el color de las paredes pegaba con el color de las sábanas de la cama. En lo segundo era en la ropa. En lo tercero era en los calzoncillos usados que había debajo de la cama, tarea para la que empleaba una pequeña lámpara de infrarrojos estilo forense. Conclusión: "Room Raiders" propone juzgar a un libro por las tapas, seleccionar a un posible ligue basándose en el color de sus colchas y en la marca de sus camisas. Los otros elementos que componían el ecosistema de las habitaciones (los pósters, los discos, las películas de vídeo, los videojuegos... cosas que, en teoría, proporcionan más información sobre la personalidad de alguien) eran observados por la chica como detalles secundarios, casi sin importancia. Si en "Dismissed" las parejas se hacían en un juego de la crueldad que funcionaba a contrarreloj, en "Room Raiders" se hacen en función de detalles superficiales que lo son todo. En ese sentido, este programa de media hora de duración podría ser la metáfora perfecta de las relaciones adolescentes en la era del politono. Pero la cosa no acaba ahí.
En cada capítulo llegamos a un punto en el que alguien inspecciona unas bragas o unos calzoncillos con la linterna infrarroja... mientras su propietario lo observa desde la distancia sin poder hacer nada. Es aquí donde el programa pone sus cartas sobre la mesa: "Room Raiders" es el dating game más cruel e inmisericorde que se ha emitido jamás, como esos shows japoneses que se regocijan en el sufrimiento ajeno, pero adaptado a la época de las webcams y la telerrealidad post-"Gran Hermano". Como ejemplo del tono antiutópico (pero aparentemente festivo) del programa, aquí os dejo un último detalle: al avisar a los concursantes de que han sido seleccionados, los responsables no pueden dejarles tiempo para que ordenen su cuarto, de modo que les pillan de sorpresa en la puerta de su casa y les meten casi por la fuerza en una furgoneta blindada. Sí, amigos: así es como se liga en el siglo XXI.
P.D.: Sé lo que estáis pensando: Si tanto odias el programa, ¿por qué no te lo pierdes ni un día?. La respuesta es compleja: "Room Raiders" es un programa al que me encanta odiar. De todos modos, lo prefiero a un posible remake español que se me ocurrió ayer: "Perdido en tu habitación", con banda sonora de Mecano y tuneros de extrarradio muriéndose de vergüenza mientras Vanessa María les descubre las revistas porno.
P.D. 2: Es una medida un tanto desesperada (desde que me dejaron por última vez no levanto cabeza), pero mejor esto que acabar en "Room Raiders": si eres la chica del metro que estaba hablando de Descartes con una amiga, por favor deja un mensaje. Creo que te quiero.
El concepto es muy sencillo: un chico/chica tiene que escoger cuál de los tres chicos/chicas seleccionados/seleccionadas por el programa es el/la más indicado/indicada para llevárselo/llevársela a casa. Hasta ahí no es muy diferente que el clásico "Dating Game" inventado por Chuck Barris (si habéis visto la reivinidicable Confesiones de una mente peligrosa sabéis de lo que hablo). El problema es que "Room Raiders" introduce una variable considerablemente perversa en la ecuación: el/la protagonista no puede ver ni oír a los/las candidatos/candidatas, sino que solo se le permite inspeccionar a fondo sus habitaciones para, de ese modo, hacerse una idea de cómo es cada uno/una y elegir en consecuencia. En otras palabras: si Dismissed, el otro show de ligoteo adolescente de la MTV, nos parecía repugnante, eso es porque no conocíamos "Room Raiders".
En un primer momento, la idea sobre la que se sustenta el programa puede parecer aceptable: en lugar de dejarse guiar por el aspecto físico, los responsables del programa prefieren que la gente elija en función de otras razones aparentemente más profundas. El problema se hace visible cuando todo eso se lleva a la práctica: en el programa del pasado viernes, los tres chicos seleccionados observaban desde una furgoneta y a través de cámaras ocultas cómo la chica inspeccionaba a fondo sus habitaciones. En lo primero que se fijaba la muchacha era, indefectiblemente, en si el color de las paredes pegaba con el color de las sábanas de la cama. En lo segundo era en la ropa. En lo tercero era en los calzoncillos usados que había debajo de la cama, tarea para la que empleaba una pequeña lámpara de infrarrojos estilo forense. Conclusión: "Room Raiders" propone juzgar a un libro por las tapas, seleccionar a un posible ligue basándose en el color de sus colchas y en la marca de sus camisas. Los otros elementos que componían el ecosistema de las habitaciones (los pósters, los discos, las películas de vídeo, los videojuegos... cosas que, en teoría, proporcionan más información sobre la personalidad de alguien) eran observados por la chica como detalles secundarios, casi sin importancia. Si en "Dismissed" las parejas se hacían en un juego de la crueldad que funcionaba a contrarreloj, en "Room Raiders" se hacen en función de detalles superficiales que lo son todo. En ese sentido, este programa de media hora de duración podría ser la metáfora perfecta de las relaciones adolescentes en la era del politono. Pero la cosa no acaba ahí.
En cada capítulo llegamos a un punto en el que alguien inspecciona unas bragas o unos calzoncillos con la linterna infrarroja... mientras su propietario lo observa desde la distancia sin poder hacer nada. Es aquí donde el programa pone sus cartas sobre la mesa: "Room Raiders" es el dating game más cruel e inmisericorde que se ha emitido jamás, como esos shows japoneses que se regocijan en el sufrimiento ajeno, pero adaptado a la época de las webcams y la telerrealidad post-"Gran Hermano". Como ejemplo del tono antiutópico (pero aparentemente festivo) del programa, aquí os dejo un último detalle: al avisar a los concursantes de que han sido seleccionados, los responsables no pueden dejarles tiempo para que ordenen su cuarto, de modo que les pillan de sorpresa en la puerta de su casa y les meten casi por la fuerza en una furgoneta blindada. Sí, amigos: así es como se liga en el siglo XXI.
P.D.: Sé lo que estáis pensando: Si tanto odias el programa, ¿por qué no te lo pierdes ni un día?. La respuesta es compleja: "Room Raiders" es un programa al que me encanta odiar. De todos modos, lo prefiero a un posible remake español que se me ocurrió ayer: "Perdido en tu habitación", con banda sonora de Mecano y tuneros de extrarradio muriéndose de vergüenza mientras Vanessa María les descubre las revistas porno.
P.D. 2: Es una medida un tanto desesperada (desde que me dejaron por última vez no levanto cabeza), pero mejor esto que acabar en "Room Raiders": si eres la chica del metro que estaba hablando de Descartes con una amiga, por favor deja un mensaje. Creo que te quiero.
16 comentarios
scarlett -
Noel -
P.D. Oye, tu blog está muy muy bien, pero ¡¡no se pueden dejar comentarios!! Te he agregado a mis enlaces: ¿no te importará?
scarlett -
Estas de suerte,porque los fragglels los echan en localia todos los dias a las 6 de la tarde!!!AVISADO ESTÁS!!
Noel -
¡Y "El equipo A!!
scarlett -
Noel -
scarlett -
Noel -
j-vol -
Noel -
Ike, lo de Pollock es buenísimo... Je, je, je.
Steam Man -
Ike Janacek -
Y si eso no es un "placer culpable" no sé de algo peor.
"Dissmised"es igualmente indescriptible. Ver para creer.
El día que pasen la linterna fluorescente por mi dormitorio va a parecer una exposición de Pollock.
Noel -
Lo siento, pero la atracción/replusión que siento por esta cadena es algo difícil de explicar. Ah, y gracias por seguir el blog.
Javi -
Noel -
REFO -
Que sepa usted que cada día me gusta más esta su weblog.