Mis programas dobles: "Las mujeres perfectas" e "Invasión"
Inaugurar una nueva sección (en este caso, aperiódica e inusual) siempre da algo de vértigo, pero mucho más si se hace con material tan altamente controvertido como el que estoy manejando hoy aquí. El primer programa doble insospechado que propone este blog está integrado por dos cintas de ciencia-ficción que comparten una voluntad de incomodar a través de un mensaje que rehúsa la obviedad, una anómala capacidad para hacer que nos sintamos útiles como espectadores, un estreno marcado por la incomprensión general y a Nicole Kidman. Tanto la vitriólica Las mujeres perfectas (Frank Oz, 2004) como la áspera Invasión (Oliver Hirschbiegel, 2007) son dos reflexiones sobre la identidad en la era del simulacro que pagaron muy caro el precio de salirse de los límites marcados por su condición (producto para llenar multisalas con espectadores sin ningún ánimo de hacerse preguntas) y han acabado en el limbo de los fiascos inmerecidos.
Quizá el denominador común que mejor enlaza las dos partes de nuestro programa doble es su condición de remakes rebeldes: "Las mujeres perfectas" transforma el thriller conspiranoico de Ira Levin y Bryan Forbes en comedia satírica, mientras que "Invasión" escapa de la previsible (y, a estas alturas, incluso inocua) alegoría política para proponer una metáfora de largo alcance e intenciones aún más perturbadoras. Al final, la jugada le sale mejor a la primera, que tiene el privilegio de contar con Paul Rudnick, guionista astuto y perverso donde los haya, capaz de colarnos a través de la comedia un mensaje desesperanzador: básicamente, que nadie puede parar a Stepford, y que el proceso de clonación, despersonalización y envasado al vacío del entorno social ya se ha puesto en marcha en la vida real. Las esposas-robots del filme de Frank Oz riman con los urbanitas-ultracuerpos de "Invasión", en la que Nicole Kidman vuelve a testar los límites de permisividad hacia el individualismo que tiene una sociedad (la nuestra) cada vez más tendente a la homogeneización y a una forma ferozmente silenciosa de profilaxis. Pero esta nueva versión de la inagotable novela de John Finney no se detiene ahí, sino que se plantea algo más ambicioso que la mera referencia coyuntural al contexto socio-político (lo que, admitámoslo, hubiera sido el camino fácil): a través de la conversación con el diplomático ruso y el posterior enfrentamiento con el Daniel Craig ultracuerpo, "Invasión" pone de manifiesto una muy incómoda voluntad de preguntarse qué es lo que realmente nos hace humanos. El aparente final feliz no podría ser más significativo, ni más valiente: por primera vez, una versión de "La invasión de los ultracuerpos" deja en el aire la pregunta de si no hubiera sido mejor convertirnos en vainas, además de la posibilidad de que el virus seamos nosotros. Un mensaje controvertido, que incluso puede ser interpretado como una fábula reaccionaria (la violencia, la guerra es lo que de verdad nos hace humanos, para bien o para mal), pero que genera debate y plantea dilemas morales, en lugar de predicar para el converso con una manida (y, a estas alturas, casi políticamente correcta) parábola anti-Bush.
Por supuesto, ninguna de las dos películas son completamente brillantes: esos problemas durante el rodaje que parecen acompañar a su actriz protagonista se notan en el resultado final. Quizá "Invasión" fuera la que salió peor parada, con Joel Silver preocupado por el denso montaje que le entregó su director original y James McTeigue (nuevo hombre de confianza del productor) volviendo a rodar en la sombra demasiado material como para no figurar en los créditos. Es la película más imperfecta del programa doble y no aguanta una comparación con las versiones de Don Siegel y Philip Kaufman, pero no deja de ser un resfrescante ejemplo de ciencia-ficción intrépida y heterodoxa, que resulta ideal para ser aplicado después de haber disfrutado con "Las mujeres perfectas" y su desopilante defensa del feminismo (posmoderno). Cine apocalíptico en el seno de Hollywood. Benditas rarezas.
10 comentarios
ddaa -
El Gran Mimón -
Alvy Singer -
Alvy Singer -
en lugar de predicar para el converso con una manida (y, a estas alturas, casi políticamente correcta) parábola anti-Bush.
Discrepo enormemente de que una parábola anti-bush hubiera sido manida. Lo que hubiera sido manida es una cosa banal. Se pueden hacer parábolas antialgo si son lo suficientemente inteligentes y críticas, igual que Land of the Dead es una película dignísima, pese a ser poco explícita (no lo necesitaba, coincidiremos en esto, Noel). Y en el caso de Invasión no explora elementos que no tuvieran las otras versiones. En una de las versiones más poco recordadas, dónde se dejó que los defectos ganaran a las virtudes, Abel Ferrara hizo una sugerencia bastante más arriesgada que la de ésta: ¿no son acaso los militares la necesidad máxima para que una sociedad funcione? Narrada como si fuera una pesadilla adolescente jugaba al despiste con su condición (similar) de multisalas de la época, pero los Body Snatches ferrarianos eran aún más distintos porque situaba como protagonista a una estructura familiar tradicional norteamericana que se veía invadida, pero esto quedaba en uno de los mejores momentos de la cinta reducido a un berrinche de su protagonista. Pensemos en que la versión de Ferrara a día de hoy sigue teniendo elementos mucho más transgresores que la de McTeigue (a estas alturas no tiene sentido hablar del realizador alemán, un cero a la izquierda). ¿Está diciendo que el mayor mérito de una película es que NO haya sido presuntamente obvia? Es evidente que no: Invasión tiene un final feliz que no tiene nada de impostado, sino propio de una época dónde parecen claramente pasados los finales angustiantes. Por lo mismo se decapitó a la olvidada Body Snatchers (1993).
¿Defensa del feminismo postmoderno? No entiendo esto. Lo digo porqué básicamente lo que han hecho es un cambio de roles harto esquemático y VERDADERAMENTE políticamente correcto, como una respuesta justificatoria a que las mujeres también pueden ser fuertes (después de Sigourney Weaver yo no necesito este cantar): Nicole Kidman es una madre protectora, obsesionada con su hijo (me pregunto dónde está la valentía: si en repetir el esquema de Kidman protege niños del Mal propio de cintas tan estúpidas como Los Otros sin que nadie parezca querer darse cuenta o en la enésima repetición del compañero protagonista que se convierte en ultracuerpo) me parece un chiste bastante idiota (propio de McTeigue autor de la también imbécil V de Vendetta) convertir a Becky en Ben y a Bennett, en Carol. Ah sí, la protección del muchacho que no decaiga. A mi me parece, y lo digo con franqueza, que lo que usted está celebrando es que no se hagan alegorías banales antiBush y ya está. Invasión es una cinta tediosa, a medio terminar y se nota, para bien o para mal, es una película con el corazón propio de un ultracuerpo: carente de emoción y reflexión, más allá de su destino (recaudar dinero) que se convirtió en desatino por una serie de indecisiones (las evidentes sombras de la cada vez más importante 28 días después ¿no las vió o fui yo el único?). Sigo pensando que Ferrara propuso una reinvención auténtica, personal y llena de verdaderos dilemas y nadie lo vió.
Señor Toldo -
El Gran Mimón -
ddaa -
Por cierto que la idea de que la guerra y la violencia nos hacen humanos también planeaba sobre "Equilibrium", otra película muy salvable que ni siquiera fue estrenada en España.
Tones -
Noel -
Jaime Lorite -
De los dos films, únicamente he visto "Las mujeres perfectas". A "Invasión" aún no he podido cederle parte de mi tiempo.
Estoy bastante de acuerdo en lo que respecta al film de Frank Oz. La película fracasó holgadamente y la crítica no fue muy complaciente con ella, pero, en líneas generales, me parece un dignísimo producto.
A "Invasión" parece estar pasándole lo mismo. Con sólo decir que esta es la primera opinión positiva que leo del film... De todos modos, creo que esos defectos e imperfecciones de las que hablan podrían deberse al remontaje de McTeigue. No sé, pero sospecho que la original de Hirschbiegel era un peliculón, aunque alejado del estilo frenético que buscaba Silver.
En cualquier caso, cuando la vea trataré de extederme más.
Por cierto, ya he visto "Shoot 'Em Up", y suscribo con plenitud sus palabras: es la madre del cordero. Yo no lo habría dicho mejor.
¡Un saludo!