Halloween ABC (II)
H de Hammer: Fundada en 1934 por un actor de medio pelo y un magnate de las salas de exhibición, esta compañía cinematográfica británica vivió una auténtica época de esplendor durante los años 60 y 70, en los que se convirtió en la mayor productora europea de cine de terror. El toque Hammer es algo difícil de definir, pero se basa en un delicioso contraste entre el bajo presupuesto y la alta aristocracia de sus intérpretes, directores y guionistas. Quizá la mejor manera de ilustralo sea contemplar a Peter Cushing recorrer los mismos decorados en varias cintas, sin que nuestro interés (ni nuestra capacidad para maravillarnos) decaiga en ningún momento. Todo empezó con "La maldición de Frankenstein" (1956), elegantemente dirigida por Terence Fisher, cuyo éxito llevó a la productora a dar luz verde a tres sagas de terror: la de Drácula, la de la Momia y la del propio Doctor Frankenstein. Un ciclo de cualquiera de las tres nos permitiría detectar ecos de la cultura pop sesentera y setentera en sus elaboradísimos decorados decimonónicos: "Kung Fu contra los siete vampiros de oro" (1974), por ejemplo, situaba a Drácula en el centro de una cinta de artes marciales. Además de estas grandes sagas, los cineastas solían aprovechar decorados y vestuarios para rodar películas de segunda categoría, especialmente concebidas para programas dobles —aunque algunas de ellas, como "La plaga de los zombies" (1965), estaban al mismo nivel que el plato principal—. Producciones de ciencia-ficción tan admirables como los "Quatermass" e incursiones en el género de chicas prehistóricas acaban de redondear una de las filmografías más fascinantes que el aficionado pueda concebir.
I de Invisible Man, The: Seminal novela de ciencia-ficción, firmada por H.G. Wells y publicada en 1897. Al igual que el monstruo de Frankenstein, el Hombre Invisible debe su condición de icono del terror a la Universal, concretamente a James Whale, que en 1933 se encargó de una adaptación recorrida por el humor negro y los secundarios grotescos. Es fácil adivinar las razones por las que el estudio pensó en Griffin, el protagonista de la novela, para ampliar su incipiente galería de monstruos: además de su condición de mad doctor, el personaje poseía un tipo particular de deformidad (muy particular) y, probablemente a causa de ella, carecía por completo de escrúpulos. Alan Moore pareció entenderlo cuando, en su sublime "The League of Extraordinary Gentlemen", situó a Griffin un peldaño por encima de Edward Hyde en la escala de abyección moral: al fin y al cabo, el Hombre Invisible era completamente humano, y no una bestia irracional ni un demonio no-muerto. Por eso, y por la inolvidable dicción de Claude Rains, el Hombre Invisible es el monstruo más fascinante y repulsivo de la galería Universal, aunque no tuviera la misma suerte con sus secuelas que algunos compañeros de viaje.
J de Jack-o’-lantern: Nombre técnico de la icónica calabaza de Halloween. Decorar vegetales es una tradición norteamericana que nació de una leyenda irlandesa (algo sobre el Diablo y un granjero que se creía muy listo), aunque los colonos empezaron a hacerlo mucho antes de que se asociara con la Noche de Difuntos: un poema de John Greenleaf Whittier ("The Pumpkin", 1850) habla de la calabaza decorada como símbolo del otoño. Hoy en día, las calabazas de Halloween van de lo clásico (la sonrisa malvada) a lo original: este año, la proximidad de las elecciones presidenciales ha estimulado a muchos estadounidenses a colocar la cara de sus políticos en sus adornos de Halloween. Por supuesto, Obama y Palin van en cabeza.
K de Krueger, Freddy: La Wikipedia lo describe como un "undead comedic serial killer", una descripción absolutamente perfecta para uno de los hombres del saco más célebres de finales del siglo XX. Creado por el director Wes Craven a partir de una inquietante anécdota real, Freddy hizo su primera aparición en "Pesadilla en Elm Street" (1984), en la que Robert Englund bordaba como nadie a un psicópata/pedófilo de ultratumba. Una vez nació el mito, la saga de "Elm Street" estaba en marcha: desde subtextos homoeróticos más evidentes que una cuchillada en el ojo hasta inmersiones directas en la metaficción, Freddy ha pasado por tantas etapas que resulta imposible resumirlas en un único párrafo. Digamos solamente que este hijo de perra onírico llegó incluso a matar en tres dimensiones. Probablemente, estamos hablando del monstruo cinematográfico pop por excelencia: tiene una colección de cómics, una serie de televisión y hasta una canción de DMX. Por ahora, su última aparición en la gran pantalla fue "Freddy contra Jason" (2003), una recuperación de la clásica ensalada de monstruos en la que el muchachote de la máscara de hockey acababa decapitando al Hombre de la Cara de Pizza. No obstante, se habla de un posible remake de la "Pesadilla" original, para el que parece ser que nadie cuenta con Englund. ¿Quién va a gritar "zorra" y a soltar wisecraks mortales con tanta gracia como él? ¡Bú!
L de Lugosi, Bela: "Listen to tham. Chee-eeldren of the night. Vat sweet music thay make". Cuando los espectadores de Broadway veían a este imponente actor rumano en la producción de 1927, su impresión solía ser la misma: ese hombre no interpretaba a Drácula. Ese hombre era Drácula. Sin embargo, Lugosi no fue, ni por asomo, la primera opción de la Universal para liderar su ambicioso proyecto de convertir en película la adaptación teatral del texto stokeriano: Lon Chaney era el favorito del productor Carl Laemmle Jr., mientras que el realizador Paul Leni quería a Conrad Veit, con quien ya había trabajado en "El hombre que ríe" (1928). Las muertes de Chaney y Leni dieron un vuelco al proyecto: Laemmle escogió a Tod Browning como nuevo director y le concedió a Lugosi la oportunidad de repetir para la pantalla con un personaje que ya le había calado hasta los huesos. "Drácula" (1931) fue un éxito y el origen de una de las páginas de oro del cine de terror, pero Lugosi sólo interpretó al Conde una vez más: en "Abbott y Costello contra los fantasmas" (1948). Este dato podría resumir perfectamente la carrera del actor en Hollywood: a las malas decisiones laborales (declinó interpretar al monstruo de Frankenstein porque pensó que el maquillaje le impediría transmitir emociones) se sumaron sus adicciones y, sí, su cada vez más creciente distanciamiento de la realidad. Con todo, Lugosi tuvo ocasión de protagonizar obras de la talla de "Satanás" (1934) y "El cuervo" (1935), aunque siempre le incomodó sentirse como una mera comparsa de Karloff. Tras el huracán Abbott-Costello, el actor (que ya no tenía problemas para interpretar al monstruo de Frankenstein en megamixes y producciones de serie B) inició su descenso a los infiernos, que culminó, como es bien sabido, con su etapa junto a Ed Wood. Bela Lugosi murió de un ataque al corazón el 16 de agosto de 1956. Fue enterrado con uno de sus trajes de Drácula, de la época en que lo interpretaba en los escenarios. Y, a partir de ese preciso instante, accedió a la inmortalidad.
M de Myers, Michael: La máscara de este psychokiller por excelencia no podría ser más neutra. Ni más acertada: Myers, sobre todo en las secuelas, es la presencia que mata, una simple mano ejecutora, sin personalidad ni motivos aparentes. En realidad, John Carpenter y su equipo compraron una máscara de William Shatner (por entonces, de moda gracias a "Star Trek") y la tiñeron de blanco para "La noche de Halloween" (1978), modélico slasher que dio lugar a una de las sagas más longevas de la historia del horror. Al igual que sucedió con Freddy Krueger, Michael Myers no tardó en convertirse en un icono pop, cuya poderosa figura se paseó por videojuegos, cómics y numerosas novelas (no así por la tercera entrega de la saga, en la que The Shape, siguiendo una idea del propio Carpenter, no aparecía para nada). El año pasado, Rob Zombie le escribió una carta de amor al original con su "Halloween" (2007), digno remake que mezclaba la nostalgia fanática con esa obesión por la vida privada del psychokiller que caracteriza al director de "Los renegados del Diablo" (2005).
Wayback Machine! "No quiero ser enterrado en un cementerio de animales / No quiero vivir mi vida otra vez". Cuando los titanes chocan: los Ramones y Stephen King nos regalaron un himno a todos los amantes de Halloween, y Cementerio de animales (Halloween 2004) lo reconoció como tal.
1 comentario
Libertino -
Para la casa.